Hay ocasiones en las que el final del túnel parece estar tan lejos que ni siquiera nos podemos hacer a la idea de que alcanzaremos la luz.
Es entonces cuando debemos CREER.
Creer que llegarán alegres risas que ahogarán los tristes llantos y, bellas luces, que inundarán de claridad las oscuras sombras.
Creer que siempre hay una mañana que sigue a la noche o, calma que llega cuando al fin pasa la tormenta.
Creer que existe la paz cuando llega el final de una guerra…
Creer en que el abrazo de un niño, borrará las penas del adulto…
Simplemente debemos CREER.
Creer en que el vuelo de una mariposa o un pequeño pajarillo, espantará los miedos que tenemos a volar.
Creer que cuando demos por fin el primer paso, nuestro vuelo será alto, libre, placentero…
Creer que podemos volar…
VOLAR…
CREER…
Es entonces cuando debemos CREER.
Creer que llegarán alegres risas que ahogarán los tristes llantos y, bellas luces, que inundarán de claridad las oscuras sombras.
Creer que siempre hay una mañana que sigue a la noche o, calma que llega cuando al fin pasa la tormenta.
Creer que existe la paz cuando llega el final de una guerra…
Creer en que el abrazo de un niño, borrará las penas del adulto…
Simplemente debemos CREER.
Creer en que el vuelo de una mariposa o un pequeño pajarillo, espantará los miedos que tenemos a volar.
Creer que cuando demos por fin el primer paso, nuestro vuelo será alto, libre, placentero…
Creer que podemos volar…
VOLAR…
CREER…
(Les dedico esta entrada a los mineros chilenos atrapados en la mina)