Comprendí que cualquiera fueren mis circunstancias, yo estaba
en el lugar correcto en la hora correcta, en el momento exacto, entonces me
relajé.
Hoy sé que eso tiene nombre ... AUTOESTIMA.
ENTONCES fue cuando me amé de verdad, me di cuenta que mi
angustia y sufrimientos emocionales, no pasan de ser una señal de que voy en
contra de mis verdades.
Hoy sé que eso es... AUTENTICIDAD.
Cuando me amé de verdad...dejé de desear que mi vida fuese
distinta y comencé a ver que todo lo que sucede contribuye a mi crecimiento.
Hoy a eso le llamo...MADUREZ.
Cuando me amé de verdad, comencé a entender como es ofensivo
forzar alguna situación o a alguien sólo para realizar mis deseos, aún sabiendo
que no es el momento o la persona no está preparada, inclusive yo mismo.
Hoy sé
que el nombre a esto es...RESPETO.
Cuando me amé de verdad, comencé a despojarme de todo lo que
no fuera saludable, personas, tareas, y cualquier cosa que me desanimara, en
principio, mi razón me llamó la atención acerca de esa actitud de egoísmo.
Hoy
sé que se llama...AMOR PROPIO.
Cuando me amé de verdad, dejé de temerle a mi tiempo libre y
de hacer grandes planes, abandoné proyectos a muy largo plazo, hoy hago lo que
considero correcto, lo que me gusta, cuando quiero y a mi propio ritmo.
Hoy sé
que eso es...SIMPLICIDAD.
Cuando me amé de verdad, desistí de querer tener siempre la
razón y con eso cometí menos errores.
Hoy descubrí la...HUMILDAD.
Cuando me amé de verdad... dejé de revivir el pasado y de
preocuparme por el futuro. Ahora, me mantengo en el presente, que es donde la
vida realmente ocurre, hoy vivo un día a la vez.
Eso es...PLENITUD.
Cuando me amé de verdad...entendí que mi mente puede
perturbarme y decepcionarme, pero cuando la coloco al servicio del corazón, se
torna una enorme y valiosa aliada.
Todo eso es...¡SABER VIVIR!
(Charles Chaplin)
*************************************************************