No os riais muy fuerte que...
¡¡¡ Os oigo!!!
Desde que me muevo en el mundillo de los “corredores”, no hago nada más que ver fotos de gente con tipazos esculturales, cuerpos sin atisbo de grasa por ningún lado, ¿¿¿michelines???, ¿Eso qué es?, se preguntarán…
¡¡¡Tengo envidia!!! Sana pero envidia al fin y al cabo. No puedo evitar el que se me caiga un poquillo la baba y desear un tipazo así...
Yo no es que viva obsesionada por la dieta y mis “redondeces”, pero que este año peso 2 kilos más no es discutible, ni cambiándole las pilas a la báscula se arregló el tema, y ya engañarme a mi misma cambiando el calibrado, no me parece del todo bien…
-¡Tengo que hacer algo! , ¡Manos a la obra! O este año no paso la prueba del bikini ni con recomendación…
Y pienso en volver a mi “maquinita de gimnasia pasiva”, con la que no llegué a intimar del todo la primera vez que quisimos hacernos amigas... ¿ o quizás intimé demasiado?
-El deporte nunca ha sido, es, ni (imagino que) será mi fuerte, y no por el esfuerzo que supone el practicarlo, ni porque me aburra; es más bien una “fobia” al sentirme sudada, y… que me cuenten a mí que deporte que se precie, se puede practicar “sin sudar”…
Me planteé el ajedrez, pero no creo que sentada delante del tablero, sea capaz de perder mis dos “bien agarraos” kilitos…, y la otra opción es la natación ya que al estar en el agua el sudor no se nota… Pero en invierno… ¡da tanta pereza!
Total, que me compré una maquina de esas que a base de cosquillas y descargas eléctricas me iban a dejar “tipin” en un “plis plas”… y cada día a la hora de la siesta me tumbaba en el sofá llena de cables y electrodos a “hacer gimnasia”.
Cuando explique lo de las cosquillas y el amodorramiento que me entraba al enchufarme “los expertos” en esa clase de inventos, me hicieron ver que lo que yo lo que me hacía era un masaje de placer, que la máquina, para estar realmente cumpliendo su función… tenía que notarse rallando lo incómodo, y no adormilarme de puro gusto…
Total, no me había servido para nada el mes que me tiré conectándome a diario…
Esta vez cambié el programa (tiene cien, todos demasiado parecidos) y justo después de comer cada día, empecé a “conectarme” a una potencia suficiente como para hacer que me retorciera a en el sofá y por supuesto de dormirme… ¡me olvidé!
Creo que no os he dicho que los dos kilos “okupas” han acampado repartiéndose entre la barriga y otra parte bipolar de la anatomía de mi cuerpo, que los que podéis verme en persona habréis notado, y los que no ya os imagináis…
Como en esta segunda “parte dual” no se puede enchufar el aparato en cuestión, todos los electrodos y toda la potencia va para mi sufrido estómago/ barriga…
Imaginaos la situación… justo después de la comida, retorcida viva en algo así como un escalofrío a lo bestia, tumbada, haciendo “NADA”, deseando que se acabe…
Ni el consuelo de que mis amigas, que también se compraron la máquina para resolver sus problemas de “ pompis”, lo estarían pasando peor que yo por la posición de sus “ventosas y pellizquitos” me ayudaba…
Al tercer día empecé a relacionar mis “ruidos” y malestar de estómago con el dichoso artilugio…
No os digo lo que me han dicho esta vez “los expertos” porque me da vergüenza, pero ...!Yo ya no lo intento más!.
He optado por quedarme con mis kilitos… o tratar de perderlos de otra manera que quizá os cuente algún día…