Vuelvo a casa, como el turrón, por Navidad.
Volveré pronto.
Mientras, os dejo de nuevo esta entrada reeditada porque, es tan apropiada para el día de Navidad...
Perdonad mi ausencia.
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¡Feliz Navidad! <--- Pinchad aquí si quereis ver mi felicitación Navideña *****************
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Y así nos lo contó:
-Alguien se acerca, se escuchan voces ¿Quién puede ser con este frío? Es muy tarde, ya debe haber pasado la medianoche…
Ha entrado en el establo un hombre, tirando de una mula sobre la que viaja una mujer que parece estar enferma.
-¡Uff!, ¡qué guapa es!
Están decidiendo si quedarse aquí a pasar la noche. Por mí no hay problema, pero el buey se podría molestar.
El hombre ayuda a la mujer a descender de la mula y a tumbarse encima de las pajas, parece que ella sufre …
- No sé qué está pasando, no puedo ver bien, pero… ¿Qué es eso? Ahora se oye el llanto de un bebé… ¡Ha nacido un niño entre el heno! Ella lo mira y le sonríe y los dos se abrazan, lo arropan con una vieja manta y lo tienden en el pesebre lleno de paja en donde come el “Gordo”, como le dice mi amo al buey. Por cierto, a mí me llama “Chica”, soy una cabrita blanca muy pequeña, pero claro, al lado del “Gordo”, cualquiera es pequeño…
-Voy a tomar entre mis dientes el tazón del amo y se lo acercaré, por si quieren un poco de mi leche. Seré pequeña, pero mi leche es estupenda, o al menos eso dicen los pastores…
El hombre me sonríe, me acaricia, me ordeña con ternura, y le tiende a su mujer el tazón con la leche tibia diciendo: - mira María lo que nos ha regalado esta cabrita tan linda…
Pronto ella cae rendida por el sueño al lado del bebé, que también duerme y José, que es como le llamó María, se acurruca a su lado y descansa también… y lo más curioso, el “Gordo”, lejos de ofenderse por esta intromisión, y por haber sido privado de su pesebre, se acurruca entre ellos para darles calor; "Parda" la mula que también vive en el establo, hace lo mismo pero al otro lado… ¡Hace tanto frío!
De repente más voces se dejan oír; ahora escucho cantos de alegría, algo así como que ha nacido el Salvador, el Redentor… No sé qué pasa esta noche, pero me lo estoy pasando muy, muy bien…
Pronto aparece un grupo de pastores. Traen regalos para el niño, al que llaman Jesús, y para sus padres: mantas, miel, frutas, y leche
-¡Pero qué tontería, estando yo aquí la leche no le faltará al niño… !
Se arrodillan ante él, lo cogen, lo besan… y entre toda esta algarabía, llega la luz del día… ¿Qué? Todos se asustan, parece que no es el día, sino una estrella, "la más brillante que nunca se vio en el cielo", -dicen los pastores, y se acerca tanto, que parece que va a caer encima de nosotros…
Alguien más se aproxima, son tres hombres montados sobre camellos; sus ropas brillan tanto como la estrella, parecen muy ricos, seguro que son muy importantes, quizás reyes…
Descienden de sus monturas ayudados por sus sirvientes y se arrodillan ante el recien nacido. Esto es increíble, ¿Quién será este niño que hasta los reyes lo adoran? Le dejan también regalos, pero no sé lo que contienen esas cajas que brillan tanto a la luz de las hogueras y que tan suavemente han depositado a su lado…
Poco a poco la gente se va marchando, y llega el silencio; la estrella se aleja y vuelve la oscuridad… Me estoy quedando dormida; ha sido una noche tan intensa…
Por la mañana, al despertar, el pesebre está vacío, no hay nadie en el establo, sólo el “Gordo” que aún duerme. ¿Habrá sido todo un sueño? Al volverme para mirar alrededor en busca de alguno de los supuestos visitantes de la pasada noche, algo se desliza desde mi lomo… Es la vieja manta con que arroparon al niño, seguro que antes de marcharse me la echaron por encima para que me diera calor…
¿Quién sería esta buena gente?
Llega mi amo, no encuentra su tazón… Está de mal humor, refunfuña…
Dice que esta noche ha nacido el Mesías y él no se ha enterado.
-Alguien se acerca, se escuchan voces ¿Quién puede ser con este frío? Es muy tarde, ya debe haber pasado la medianoche…
Ha entrado en el establo un hombre, tirando de una mula sobre la que viaja una mujer que parece estar enferma.
-¡Uff!, ¡qué guapa es!
Están decidiendo si quedarse aquí a pasar la noche. Por mí no hay problema, pero el buey se podría molestar.
El hombre ayuda a la mujer a descender de la mula y a tumbarse encima de las pajas, parece que ella sufre …
- No sé qué está pasando, no puedo ver bien, pero… ¿Qué es eso? Ahora se oye el llanto de un bebé… ¡Ha nacido un niño entre el heno! Ella lo mira y le sonríe y los dos se abrazan, lo arropan con una vieja manta y lo tienden en el pesebre lleno de paja en donde come el “Gordo”, como le dice mi amo al buey. Por cierto, a mí me llama “Chica”, soy una cabrita blanca muy pequeña, pero claro, al lado del “Gordo”, cualquiera es pequeño…
-Voy a tomar entre mis dientes el tazón del amo y se lo acercaré, por si quieren un poco de mi leche. Seré pequeña, pero mi leche es estupenda, o al menos eso dicen los pastores…
El hombre me sonríe, me acaricia, me ordeña con ternura, y le tiende a su mujer el tazón con la leche tibia diciendo: - mira María lo que nos ha regalado esta cabrita tan linda…
Pronto ella cae rendida por el sueño al lado del bebé, que también duerme y José, que es como le llamó María, se acurruca a su lado y descansa también… y lo más curioso, el “Gordo”, lejos de ofenderse por esta intromisión, y por haber sido privado de su pesebre, se acurruca entre ellos para darles calor; "Parda" la mula que también vive en el establo, hace lo mismo pero al otro lado… ¡Hace tanto frío!
De repente más voces se dejan oír; ahora escucho cantos de alegría, algo así como que ha nacido el Salvador, el Redentor… No sé qué pasa esta noche, pero me lo estoy pasando muy, muy bien…
Pronto aparece un grupo de pastores. Traen regalos para el niño, al que llaman Jesús, y para sus padres: mantas, miel, frutas, y leche
-¡Pero qué tontería, estando yo aquí la leche no le faltará al niño… !
Se arrodillan ante él, lo cogen, lo besan… y entre toda esta algarabía, llega la luz del día… ¿Qué? Todos se asustan, parece que no es el día, sino una estrella, "la más brillante que nunca se vio en el cielo", -dicen los pastores, y se acerca tanto, que parece que va a caer encima de nosotros…
Alguien más se aproxima, son tres hombres montados sobre camellos; sus ropas brillan tanto como la estrella, parecen muy ricos, seguro que son muy importantes, quizás reyes…
Descienden de sus monturas ayudados por sus sirvientes y se arrodillan ante el recien nacido. Esto es increíble, ¿Quién será este niño que hasta los reyes lo adoran? Le dejan también regalos, pero no sé lo que contienen esas cajas que brillan tanto a la luz de las hogueras y que tan suavemente han depositado a su lado…
Poco a poco la gente se va marchando, y llega el silencio; la estrella se aleja y vuelve la oscuridad… Me estoy quedando dormida; ha sido una noche tan intensa…
Por la mañana, al despertar, el pesebre está vacío, no hay nadie en el establo, sólo el “Gordo” que aún duerme. ¿Habrá sido todo un sueño? Al volverme para mirar alrededor en busca de alguno de los supuestos visitantes de la pasada noche, algo se desliza desde mi lomo… Es la vieja manta con que arroparon al niño, seguro que antes de marcharse me la echaron por encima para que me diera calor…
¿Quién sería esta buena gente?
Llega mi amo, no encuentra su tazón… Está de mal humor, refunfuña…
Dice que esta noche ha nacido el Mesías y él no se ha enterado.
Paso a saludarte, desearte lo mejor para ti y los tuyos no solo estos días sino todo el año.
ResponderEliminarUn beso grande.
¡¡¡ FELIZ NAVIDAD Y UN VENTUROSO AÑO NUEVO !!!
ResponderEliminarRecibe un gran abrazo.
UN gran relato sin duda. te felicito Montse.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz Navidad.
Aún depués de crecido y drecreido de envejecido y certero apostata sigo viendo la magia de lo imposible realizada con maestria atemporal.
ResponderEliminarNo me canso de leer de nuevo para en ese instante estar ahí, para en este instante escribir sin razon ni dogma.
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.
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Feliz Navidad!
Nada que perdonar, pero prometeme que serás Feliz.
Un beso,
Rafa
Josef,
ResponderEliminares un alhago viniendo del rey del relato.
Nos vemos a la vuelta.
Un abrazo
Rlfox,
ResponderEliminarMe alegro de haberte transportado allí. Yo también estuve cerca mientras lo escribía...
Sí, tienes que perdonarme lo de tu villancico, pero ... Las circunstancias mandan. De todos modos te diré que esa canción en particular no me gusta, y algo con desgana, no suele dar buenos resultados.
Te compensaré.
Un abrazo y nos vemos a la vuelta.
Perdonada.
ResponderEliminarFeliz Navidad y besos.
Corne,
ResponderEliminarAhora ya puedo dormir tranquila...
;)
Besos
Me has hecho casi llorar, Montse... precioso. Yo no tengo nada que perdonar, amiga. Es hermoso volver a casa :)
ResponderEliminarBuen viaje y ¡por favor! llegad y volved
beso(s)
Amiga, disfruta de estas Navidades. El relato, muy tierno.
ResponderEliminarUn abrazo.
Mariluz,
ResponderEliminargracias, me refería al no poder "estar". Me llevo el portatil pero el año pasado no pillé red...
Ya veremos.
Hasta la vuelta.
;)
Un abrazo
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Celia,
Gracias, se intentará, aunque son días de echar de menos...
Besos y hasta pronto
Gracias María.
ResponderEliminarQué encontremos el equilibrio entre dar y recibir.
Si todos lo consiguieramos la Navidad tendría más sentido.
Un abrazo
Montse, mis mejores deseos para ti y tus seres queridos!
ResponderEliminarQue disfrutes de estos días y los venideros allá donde estés, como comenté en el rincón del Té yo salgo mañana para casa de mi madre, pasaré unos días allí ;)
Por cierto, una preciosidad la postal virtual, qué linnnnda.
Feliz Navidad!!!
Besitos!
Te deseo todo lo mejor...para ahora y para siempre. Pasatelo fenomenal y procura disfrutar de estos días...aunque ya sé que a veces es dificil...yo voy a procurar no inmutarme por nada, ni nadie...Besotes
ResponderEliminarQue lo pases bien
ResponderEliminary vengas cargada
de energía positiva.
Mil besos
Isora,
ResponderEliminarmil gracias por todo. Me alegro de haberte conocido. Te deseo lo mejor.
Besos
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Carla, yo voy preparada para hacer lo mismo. Es la mejor postura.
Besos
Marisa,
ResponderEliminarLo intentaré.
Besos
Entrañable e imaginativo relato.
ResponderEliminarTe felicito
Un abrazo grande y disfruta
Te esperamos de regreso, eres parte de la familia.
ResponderEliminarHasta Noche Buena.
Oohh... Me ha encantado la felicitación, y a la cabrita la quiero adoptar, ¡Es una monada!
ResponderEliminar¡Feliz Navidad y próspero 2011!
Al llegar estas fechas tan entrañables, con mis mejores deseos de paz y felicidad.
ResponderEliminar¡¡FELIZ NAVIDAD!!
Un abrazo.
Estas son las Navidades que a mí me gustan, incluso la imagen que has colgado... las de siempre!
ResponderEliminarMuchísimas Felicidades, que pases unos días entrañables!
Nos vemos a la vuelta
Un besazo
Muchas felicidades y mis mejores deseos para tu navidad!
ResponderEliminarPasé por aquí a echar un ratito con tus cosas. Quiero aprovecharte, una feliz navidad. Te deseo lo mejor, para ti y para los tuyos.
ResponderEliminarUn abrazo enorme.
De hecho, no se enteró. Cuando se dió cuenta, se fue 40 días y 40 noches al desierto del susto :) Feliz Navidad :)
ResponderEliminarFeliz Navidad... tan atareada he estado que mira a qué horas llego.
ResponderEliminarEs preciosa tu narración, te gustará mi próximo post... si es que encuentro tiempo... ay, ay, ay. Entre las guardias y la intendencia... no hay quien respire.
Un abrazo muy fuerte.
(Por cierto, tus receticas han sido un auténtico éxito.)
:))))))))))))))))))
Precioso y oroginal relato, como no puede ser menos, viniendo de ti. Feliz 2011.
ResponderEliminarHola, Montse:
ResponderEliminar¿Qué tal pasaste la nochebuena? seguro que genial.
Te deseo una feliz semana, y que tengas una feliz salida y entrada de año nuevo.
Un besazo.
Mercedes, Yuria,
ResponderEliminarya de vuelta, iré poco a poco poniéndome al día.
Gracias
Besos
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C.O.
más de uno se enamoró de esa cabrita. jaja.
No creo que se deje...
Besos
Ricardo,
ResponderEliminarTe deseo Felices Fiestas a tí también.
Un abrazo
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Latris,
a mí también me encanta Ferrandiz, y de hecho hay todo un post sobre él.
Busca en las etiquetas, en Navidad.
Besos
Adrián, Antonio,
ResponderEliminarFelicidades a vosotros también.
Un abrazo
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Alfonso,
En eso me quedé, la cabrita no contó más "na" como se dice por aquí.
Un saludo
Ana,
ResponderEliminarAcabo de llegar y no sé cuando podré visitaros...
Pero lo haré.
Ahora me toca a mí la cocina y te aseguro que algo de lo que aprendí cae.
Me alegro de haberte sido útil.
Besos
Pedro,
ResponderEliminarmil gracias. Feliz Navidad!
y como no, UN ABRAZO.
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María,
Con la familia,la verdad es que nos reunimos tan poco que apetece, pero como en casa ...
Ahora me toca a mí el resto de las fiestas, pues vienen a casa.
Pero me gusta, aunque el tiempo...
jaja. Sobreviviré!
Besos