Esto es un ejercicio de los muchos que he escrito para el taller de escritura online que estoy realizando.
La tarea consistía en buscar asociaciones personales a palabras encontradas al azar.
Como creo que estos tres pequeños textos, podrían perfectamente formar parte de los retazos de mi mosaico, los comparto con vosotros.
Os animo a intentarlo, es divertido.
Medusa
Me he fijado en la palabra medusa porque me gusta como suena. Rápidamente he pensado en cada verano, cuando hay días que incluso no podemos bañarnos en el mar porque está infectado, pero no, aún guardo un recuerdo mejor, o peor, según se mire, relacionado con esta palabra.
Hoy las veo tan a menudo que por costumbre pasan incluso desapercibidas. En el lugar en donde vivo, Aguadulce, todos los veranos el mar nos trae alguna plaga de estos extraños animales, pero entonces…
Tendría yo 15 o 16 años cuando pasé unas cortas, pero intensas vacaciones en Gandía, en casa de una amiga. Entre las muchas locuras que recuerdo de entonces, la relacionada con el tema sobre el que escribo es que un día de oleaje, alquilamos un patín acuático. Imprudentemente alejadas de la playa, vimos desde el inquieto patín algo que se asemejaba a una bolsa de basura, y no tuvimos mejor idea que la de acercarnos para comprobar lo que allí se escondía. Cuál no sería nuestra sorpresa al descubrir que aquella bolsa tenía unos tentáculos de casi un metro de largo. Era la primera medusa que yo veía en mi vida y hoy puedo asegurar que es la más grande que he visto nunca.
Comentamos como esos tentáculos medio invisibles hacen unas heridas tremendas, incluso cuando están desprendidos del animal o si la medusa ha muerto, y la sangre se nos cortó.
Ni qué decir tiene que salimos del lugar “por pedales”.