He sentido una vez más esas vibraciones que sin explicación llegan a mí antes que a los demás.
Una misa funeral. Sí, comprendo que ya de por sí el título promete, pero no fue éste el motivo, ni siquiera influyó el ánimo de la gente en aquel momento. Fue el lugar.
Nada más entrar nos recibió una mortecina luz que iluminaba lo justo para ver, pero no para deslumbrar. Yo había estado más veces en ese templo, pero nunca sentí esa sensación de tristeza tan acentuada. Nos situamos en uno de los bancos del final, con lo que tenía ante mi vista toda la iglesia. Los bancos gemían como extenuados entre los monótonos murmullos de la gente que los iba ocupando. Las paredes dejaban al descubierto sus llagas de ladrillos, en el pasado recubiertos con un yeso que ahora yacía muerto por el paso de los años sobre un ajado suelo desgastado por el tiempo y las pisadas de la gente. En los pocos espacios libres entre las sobrias columnas y silenciosas imágenes, colgaban cuadros y retratos de sacerdotes, santos, o personalidades relacionadas con la vida religiosa; tan raídos, amarillentos y envejecidos como el resto de la decoración… Un todo fantasmagórico que dibujaba un ambiente lúgubre. Mientras pienso en todo esto la voz del sacerdote se muestra cansada, lenta, falta de vida… ¿Y los cánticos? Tan tristes y desganados como todo lo demás.
Sin poder evitarlo le pregunto en voz baja a una amiga que está a mi lado:
-¿Tú puedes imaginar el celebrar una boda aquí? - Por supuesto me mira extrañada sin saber de qué le hablo.
Montse, imagina yo que no veo, la cantidad de sensaciones que a veces me asaltan. Claro que así luego escribo lo que escribo.
ResponderEliminarAle, que estés bien.
Feliz martes, pese a todo.
Besos de luz.
Sí, esa sensación, quizá de tristeza o desánimo, la he tenido en algunas iglesias, cuando mi concepto sobre los lugares santos, es que deberían ser lugares donde la felicidad irradiara destellos por todos sus rincones...
ResponderEliminarBesos Montse.
He tenido algunas veces esa sensación, pero también la contraria. No hace mucho estuve en un funeral donde los nietos del fallecido cantaban contentos y yo pensaba: ¡Cuánto le hubiera gustado a él estar aquí y disfrutar ese momento!... Abrazos
ResponderEliminarPues querida amiga , te diré que una Iglesia triste es "una triste iglesia!, Jesús , el galileo, nunca fue un hombre triste y fue alegre y muy hombre, porque cuando Dios hace de un hombre un dios , no mata al hombre. Quien si los mata, son algunas iglesias , al menos parece que te mueres de tristeza. Parece que se quieren mas dos que hicieron juntos la mili, que unos que van a conmemorar la última cena. Recuerdo que Él dijo :¡Que feliz soy y cuanto he deseado estos momentos y dejó, en la más maravillosa humana y erótica acción de amor que una mujer le lavara los pies y se los secara con el cabello, por eso es mi ídolo y mi Dios
ResponderEliminarComo me he enroliado . Tu entrada que me inspira.
Disculpa y besos.
Esas sensaciones las he vivido varias veces, en diferentes funerales. Son momentos que duelen, y encima son templos que hieren el alma. Es como si no encontrara cobijo entre sus columnas y como si todo el ambiente precipitara sobre mi cabeza. A mí me dan ganas de salir corriendo.
ResponderEliminarEsa amiga, esta claro que no tenía las mismas sensaciones.
Besos amiga-mia.
Montse a veces influye mucho el ánimo con el que vamos a los sitios aún a pesar del retrato tan triste de esa vieja iglesia que haces pero posiblemente en un día soleado la sensación sea distinta si además escuchas a un sacerdote que en sus palabras te transmite vitalidad.
ResponderEliminarAlgunos días se vuelven tristes y no podemos remediarlo.
Te mando una sonrisa y un abrazo,
Alberto, sensación viene de sentir. Eso es lo que me pasó a mí en aquel lugar, sentía con o sin razón, no lo sé, pero setnía tristeza.
ResponderEliminarUn abrazo
José,
ResponderEliminarpero el ambiente acompaña y la hora ( casi las 9 de la noche) y esa decoración tan sombría... El resto lo hace la psique.
Un abrazo
Ligia,
ResponderEliminarpues eso si que es del todo inusual. Creo que nuestras mentes no están preparados para eso. En otros paises sí se celebra la muerte, pero aquí...
Un abrazo
André, jaja, sí, todo un tratado. Pero es cierto que las vivencias y las creencias de cada cual precipitan la formación de esas sensaciones "anómalas" que aparecen en determinados momentos. En este caso estoy convencida que incluso en una boda o un bautizo, ambos temas alegres, yo seguiría SINTIENDO esa tristeza.
ResponderEliminarNo pregunntes por qué, que no lo sé.
Un abrazo
Sin embargo yo, el sábado, en la iglesia del colegio, vibré de emoción, de alegría, con tantas flores adornando el altar, y la Virgen Niña tan bonita,y todas cantando... mañana... nuestra fiesta Montse, aunque haya pasado tanto tiempo, el 21 de Noviembre no se olvida. Besos.
ResponderEliminarLaura, eso mismo pensaba yo. Pero no hay que olvidar que el ambiente acompañaba al acto. Con decirte que el sacerdote nos cantó hasta en latin... Toda una película de terror, vamos.
ResponderEliminarMenos mal que tú sí me entiendes.
;)
Besos
Saudades, Sí, estoy segura de que tienes razón, pero aunque la luz asustara a las tinieblas, esa sensación tan lúgubre perduraría. POr cierto, no sé si hay ventanas. Creo que no. :(
ResponderEliminarBesos
Pilar, es cierto, la Niña María es algo que no se olvida. Qué fiesta tan bonita! Y claro en esa iglesia... Pero allí también el corazón nos empuja a recordar y recordar es vivir de nuevo.
ResponderEliminarUn besote
Si, hay veces que los templos nos producen unas extrañas sensaciones, de recogimiento , de miedo y también de calma y bienestar, no hay lugar mejor para descansar los pensamientos, quedarse en blanco, solo respirando lentamente...
ResponderEliminarUn abrazo
Bueno te digo la verdad, no voy a las iglesias, para mi Dios es mi amigo y su templo mi corazón, allí llora, ríe, canta, baila, sufre y ama, conmigo y cuando veo la maravilla de la creación, ahí también lo encuentro.
ResponderEliminarAbracitos, espero estés bien, ando un poco perdidita, pero estoy.
Hola Montse! Yo creo que esto de las sensaciones es muy relativo, la disponibilidad de nuestro ánimo al levantarnos influye bastante en el acondicionamiento del dìa.
ResponderEliminarA veces estamos un poco desganados y todo lo vemos sombriamente, y en otras ocasiones aunque tengamos el mismo recorrido le ponemos mayor vivacidad y color a todo lo que encontramos personas, lugares o cosas.
Sin embargo considero que ese ambiente lúgubre que describes, más la tradición que se tenìa de los cultos de antaño, los Padres de la iglesia, los feligreses era bastante conservadora, se tenìa una idea del cristianismo de los pobres humildes en donde se daba la idea de que todos debían estar solo escuchando, callados y se dìo la idea de no alegrarse en las iglesias.
Sin embargo en los templos modernos de las iglesias evangélicas, inclusive catòlicas de actualidad; se les ha dado mayor dinamismo y participación mas directa de los preceptos cristianos, e inclusive las alabanzas e instrumentos que se usan para adoración, o júbilo en los cultos y actividades.
Pero como decía en un inicio, depende también de la indisponibilidad conque uno se sienta o la entusiasta disponibili-dad.
Recordemos que todo lo que nos rodea nos influye, pero asimismo influimos también nosotros en el medio en donde nos movamos!
Arriba con ese ánimo Montse! que el amor y la esperanza permanezca siempre en ti, cuyo fruto del mismo es precisamente la alegrìa, el gozo.
/Un fuerte abrazo
con mucho cariño!
Hola Montse...pues sí que en algunas ocasiones he notado diferentes sensaciones al entrar en alguna iglesia o algún monasterio, pero supongo que aparte de lo que te transmite el lugar, las circunstancias que hacen que estés allí condicionan el estado anímico...
ResponderEliminarUn abrazote muy grande y espero que estés totalmente recuperada...besos
María, ante todo bienvenida. Soy de las que entra en las iglesias para simplemente sentarse a pensar, a meditar, a empaparme de sensaciones, y no me arrepiento, obtengo frutos. Veo que no soy la única
ResponderEliminarUn abrazo
Alborada,
ResponderEliminarcualquier sitio es bueno para encontrarse con El, si se tiene fe. El corazón es uno de los mejores acomodos que pueda tener.
Un abrazo
Francisco, si, es cierto que no atravieso mi mejor momento, pero te aseguro que no era yo la que captaba ese ambiente, sino que el mismo ambiente desprendía esas sensaciones. Lúgubres muros, tenues luces, macilentas fotografías e imágenes. Quizás el ánimo influya, pero creo que ante tanto estímulo, es difícil no sucumbir.
ResponderEliminarGracias por tus palabras
Un abrazo
Anakonda, gracias por preocuparte. Voy lenta, quizás más de lo que esperaba y por eso mi ánimo no está todo lo bien que debiera, pero he de tener esperanza en que todo volverá a ser como antes.
ResponderEliminarSobre las sensaciones en esa iglesia, he pensado que tendré que volver un día con la luz del sol a comprobar si fue el momento, jaja, aunque no lo creo.
Un abrazo
A mí también me gusta meterme en los templos y meditar ... , dejar la mente en blanco, como mucho rezar a Jesús... en la Iglesia ya no pienso tanto que sabes que se me sube la tensión y puedo terminar como la niña del exorcista allí en medio.. así que me dejo llevar por la calma... soy amante de las iglesias románicas, así, tristonas.. .aunque en Jerez predomina el gótico que son digamos más alegres con sus vidrieras de colores... de todas formas, para una boda en un templo de esos, con un buen coro rociero, asunto terminao jj
ResponderEliminarGracias a tus sesaciones eres lo que eres maravillosa
ResponderEliminarCoincido en todo y con todo, Alfonso. Una iglesía de por sí da paz, y si es como tú dices románica, sobría, silenciosa... Pues mucho mejor. Pero no es eso. Veo que no he conseguido explicarlo. Paz no quiere decir tristeza ni silencio melancolía...
ResponderEliminarY... Allí los cantos alegres están totalmente fuera de lugar. :)
Un saludo
Gracias Mucha
ResponderEliminarUn abrazo
Si.
ResponderEliminarUna boda de zombies.
Mi poema de Luisa Martín es irónico.
Bailan porque se alegran de que haya muerto.
Besos.
Cierto Toro, esa boda sí que cuadra con el ambiente.
ResponderEliminarjaja
Voy de nuevo a releer.
;)
Besos
Has sabido transmitir maravillosamente
ResponderEliminaresas sensaciones,
imágenes de lo raído
y triste.
Un abrazo muy grande Montse
Gracias, Marisa. Tengo pendiente una nueva vista "de día" para ver si trasnmite las mismas sensaciones.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, Chema.
ResponderEliminarUn abrazo
Aquí donde yo vivo hay una iglesia así y a mi no me gusta entrar. Una iglesia no puede ser triste porque ya de por sí el lugar impone respeto y silencio. Te entiendo.
ResponderEliminarBesos
Teresa
Una iglesia debe de irradiar alegría, felicidad y confianza, que es lo que predicó Jesús. Buena entrada amiga. Un fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea.
ResponderEliminarhttp://tertuliacofradecruzarborea.blogspot.com/
Yo no veo las Iglesias como tú, supongo, aunque a mi también se me mezclan todo tipo de sentimientos cuando entro en ellas. Positivas por la estructura/arquitectura en que están hechas, pero por todo lo demás que las rodea... ciertamente negativa. Además, prácticamente sólo entro en ellas para funerales, así que por eso me gustan menos aún.
ResponderEliminarUn beso
Las iglesias hace mucho que deje de visitarlas..
ResponderEliminarUn gusto siempre leerte amiga..
Aunque mi ausencia escrita sea notoria en comentarios...
un abrazo
Saludos fraternos..
La describes tan bien que no hace falta verla.
ResponderEliminarMuy bueno.
Besos :)
Tu relato me ha transmitido esa sensación lóbrega y triste que tienen las iglesias cuando el cura oficia la misa y apenas hay feligreses que le acompañen.
ResponderEliminarUn abrazo.
Mercedes.
Me molas Montse!
ResponderEliminarUn beso.
PD: hace nada, releia a Tronken: “Todo templo con divina presencia, es en definitiva un bucle insaciable y asesino de nuestras etapas vitales”
La verdad Teresa es que imponen respeto. Como he dicho más arriba tengo que volver de día a ver si los fantasmas huyen de la luz.
ResponderEliminarjaja
Besos
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Si, Adolfo, ya vi que quitaste los comentarios. Todos andamos a la carrera últimamente. Un abrazo
Pepe, Pues esta te aseguro que alegrías pocas. Ya digo que una boda allí no la puedo imaginar. Como algún día me inviten a una jaja, me tendré que comer mis palabras.
ResponderEliminarjeje
Abrazos
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Eso es porque a tí te sobraimaginación, Gamyr.
Gracias
un besote
Cristina, hombre, todo tan negativo no suele ser. Recuerdo por ejemplo La mayor en Baza que me encantaba. Esta es que tiene algo especialmente triste. Y si encima se celebraba un funeral, pues ya la puntilla.
ResponderEliminarUn abrazo
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Es cierto, Mercedes. A mí también me pasa, hay pocos, y los pocos que hay parecen estar cansados. Es otra sensación triste que por suerte no sucedía aquel día.
Un besote
Rafa,
ResponderEliminares que Tronken es MUCHO TRONKEN. Para algo es mi ídolo. Qué pena que ya no escriba como antes...
;)
Un abrazo
Hay templos a los que se les nota demasiado el dolor y la tristeza y la insatisfacción que cientos de generaciones han dejado entre sus paredes y columnas... la oscuridad de las almas sin consuelos. La avaricia de los poderosos. La miseria de las niñas engañadas y el horror de los niños abusados...
ResponderEliminar¿Una boda?... para esas fiestas ya se encargan de engalanarlas con flores y luces, no te apures :)
Besos
Mariluz, en este caso sólo pienso que ha sido el paso de los años y "el momento" lo que me llevaron a pensar en ese tono de tristeza. Lo que tú comentas, chillaría en tono de rabia y venganza.
ResponderEliminarTE aseguro que ni engalanada, toma esa iglesia un aire fiestero.
Abrazos
Puedo imaginar la boda... pero es deprimente.
ResponderEliminarCada vez me repelen más las sensaciones que siento cuando me acerco a un templo...
Un abrazo grande, grande como tú ( o dos)
Pues en eso no coincidimos, amiga Kayla. A mí me transmiten paz. No sé por qué esa iglesia es tan especial.
ResponderEliminarRecibido ese abrazo. Uno de vuelta
;)