Leí su primer libro, Flor del Desierto y me encantó. Saber que es la verdad de su existencia se convierte en un ejemplo a seguir, que nos muestra con la historia de su vida.
Hoy ha llegado hasta mí este correo en forma de Power Point y me he tomado la libertad de “operarlo” como he hecho otras veces, para poder compartirlo con vosotros. Sé que es un poco largo, pero cuando comencéis a leer, no podréis parar.
¡Pensad y difundidlo!
“ A mí nadie puede ya dañarme , sólo DIOS “
La heroína de esta historia real fue la primer modelo africana en tener un contrato en exclusiva con Revlon.
En 1997, escribe su primer libro, su autobiografía, Flor del desierto, se publicó en Nueva York.
“Nací en el desierto de Somalía, no sé la edad que tengo, lo único que sé es que cada día es nuevo. ¿33 años? , ¿36 años ? ¡Qué más da!, en el desierto no hay papeles ni falta que hacen.
El desierto fue mi hogar durante toda mi infancia, yo pastoreaba el rebaño de camellos y cabras de mi padre.
Lo peor era estar descalza, el suelo erizado de piedras, no podíamos pagarnos unas sandalias.
¡A veces sangraban los pies! No teníamos nada, ni casa, ni agua, éramos nómadas…pero teníamos el rebaño y a nosotros mismos. ¡Estábamos bien! Siempre unidos: mi madre, mis hermanos, mi padre… Él me pegaba, pero… Él mandaba, Era un hombre fuerte, alto, sólido, un guerrero, pero debo decir que años después cuando estaba sola en Nueva York, habría preferido mil veces un bofetón de mi padre a esa soledad.
Cuando tenía 13 años me escapé. Mi padre iba a casarme con un viejo de 60 años porque le daba 5 camellos. Yo era especial, rebelde. Las niñas son educadas para trabajar y ser ofrecidas en matrimonio. Eso quieren los padres para sus hijas. La madre se preocupa de que su hija sea pura limpia, virgen y por eso la mía a los cinco años me llevó a la ablación. Por amor a mí... ¡Y yo, claro quería ser “pura y limpia”! En Somalia se practica la ablación más severa: se extirpan clítoris y labios menores de la vagina con una oxidada cuchilla de afeitar. La herida se cose dejando sólo una abertura del diámetro de una cabeza de cerilla para la orina y la menstruación… Una hermana murió desangrada y yo desde aquel día… Supe que ya nada podría destruirme ¡Sólo temo a Dios!
ES YA EL ÚNICO QUE PUEDE HACERME DAÑO…
Cuando empecé a hablar sobre la ablación en Estados Unidos, me sentí muy culpable, porque estaba criticando la cultura de mi familia. Hoy me dedico a conseguir medios para formar maestros en Somalia, educar a niñas, a las madres… Al menos lo he logrado con la mía. Veinte años después de escaparme de mi casa he vuelto a Somalia. Fue una suerte encontrarme con una tía mía que estaba casada con un diplomático somalí destinado en Londres. Me armé de valor y lepedí que me llevaran allí como criada. ¡Nunca antes había visto blancos!
Como en un cuento de hadas, Waris Dirie, se convirtió en una de las modelos más solicitadas de la época.
Un día mientras fregaba pisos en una tienda, un fotógrafo la descubrió. Muy pronto, su figura se paseaba por París, Londres , Italia y Nueva York.
Hoy no me falta nada…pero cuando veo el agua que se va por el desagüe al ducharme me
desespero ¡LO QUE HARÍAN EN EL DESIERTO CON CADA GOTA…!
Con el tiempo volví a ver mi padre, le habían robado su rebaño y operado de los ojos con un cuchillo en el desierto: quedó ciego… A aquel hombre tan poderoso y fuerte lo vi ahora frágil y desvalido… ¡Pero aún con la cabeza alta! Cuando nos despedimos me confesó: “Tú eres como yo “. Mi padre… ¡estaba orgulloso de mí! ENTONCES LLORÉ…
Waris Dirie dejó atrás las pasarelas, el cine y la moda. Como Embajadora de Naciones Unidas, recorrió África y consiguió que 15 países penalizaran la mutilación femenina. Ha creado la fundación Desert Dawn para luchar contra esta violencia.
“A mi regreso de África, lo conté todo. A periodistas, en conferencias y programas de televisión, como defensora de las seis mil niñas que, día a día, son mutiladas.
Nada puede ser peor que orinar y menstruar por una abertura del tamaño de un guisante.”
Sherry Hormann, directora de la película sobre su vida (basada en la novela original) dijo:
«Hice la película porque soy mujer, madre y un ser humano.
Todos los humanos compartimos haber sido niños, y los niños deberían estar a salvo del cualquier daño» Dirie coloca la «valentía» de su autora «por encina de la tristeza de su infancia».
Gracias por haber llegado hasta aquí, ahora te toca difundir a ti este mensaje de valentía y esperanza.
Montse había leído la historia de esta mujer somalí, su entereza y su valentía al contar las aberraciones a la mujer en esa "cultura", donde se les priva de su más mínima libertad y son objeto de comercio, sin contar las que mueren en el parto.
ResponderEliminarTriste realidad a la que apenas hace caso el mundo occidental.
Besos,
Sauda, por eso ella se ha volcado en esta causa basandose en su propia experiencia. Admirable y un ejemplo a seguir. Te recomiendo el libro. Un abrazo
ResponderEliminarHabía visto su bello rostro, pero no conocía la historia de su vida, impresionante, vale la pena difundirla y hacer algo para compensar tanta barbarie, amparada en la excusa de la tradición del pueblo somalí.
ResponderEliminarUn abrazo
Un libro magnífico... una gran mujer
ResponderEliminarabrazos :)
María, yo he hecho lo que está en mi mano. Difundirlo. Si pudiera hacer más, lo haría.
ResponderEliminarUn abrazo y mil gracias
Mariluz, ahora sé que ha escrito más de uno. Quizás sea el momento de investigar y seguir aportando nuestro pequeño, porque eso es lo que es, granito de arena.
ResponderEliminarUn abrazo
Había oído hablar de ella, pero no tenía muchos datos. Ahora sé que voy a buscar el libro y lo voy a leer. Gracias por abrirnos los ojos a cosas así, Montse.
ResponderEliminarUn abrazo
Teresa
Teresa, no te arrepentirás, te lo aseguro. Es de esos libros que cuesta dejar. Ya me contarás si lo compras y si te gusta.
ResponderEliminarUn abrazo
Amiga leí ese libro hace algunos años, créeme que llore, no daba crédito a lo que narraba, me parecía mentira, pero es una triste realidad, imperdonable.
ResponderEliminarDios quiera que esto desaparezca y que Waris logré mucho de lo que se propone.
Te leí en el blog de Ligia.
Un abrazo con amor
Gracias, Sergio por compartir con nosotros lo que sentiste. Algo parecido me pasó a mí. Se queda grabado a fuego.
ResponderEliminarBienvenido a mi rinconcito.
Un abrazo
Duro, durísimo Montse y... al menos en este caso con un final féliz, ¡cuántas mujeres se han ido quedando por el camino!
ResponderEliminarNo me he leido el libro, pero voy a hacerme con él.
Un beso fuerte, gracias por haberlo compartido.
Gracias por compartirlo.
ResponderEliminarUn ejemplo de valentía y solidaridad Flor Del Desierto.
Bonito post.
Besos.
Bueno, y también de esperanza, como tu bien nos dices.
ResponderEliminarCreo que está bien que nos hagas llegar esta esperanza a todos.
Un abrazo.
No conocía la historia de esta somalí, gracias por compartirla Montse. Un besito y feliz año.
ResponderEliminarNo conocía la historia Montse, pero por lo que nos cuentas merece la pena leerla, seguro que se aprende mucho de esta mujer. Gracias amiga.
ResponderEliminarConocía su historia. Nos enseña en realidad como es el mundo. No avanzamos tanto como parece. De hecho, si Waris Dirie decidiera venir a España y quedarse en casa de alguno de nosotros, por más tiempo que una turista, nos meterían en la cárcel.
ResponderEliminar¿A dónde habrá ido a parar la sensibilidad que teníamos?
En fin.... ser culpable por ser mujer. Y encima, negra y africana. Triste.
Una historia de superación increíble, pero cuantas mujeres hay que se quedaron por el camino....
ResponderEliminarUna historia muy conmovedora y con un desenlace, a Dios gracias de esperanza de fe, en que si podemos cuando el derecho, la justicia y la verdad nos asiste!
ResponderEliminarGracias por compartir Montse!
Un abrazo con
mucho cariño
Bendiciones!
Marifé,
ResponderEliminarEstoy segura de que lo disfrutas un montón. Dentro de la dureza contiene un gran y alentador mensaje.
Dime algo cuando lo leas. ¿Vale?
Un abrazo
Amapola, gracias por tus palabras. Más que bonito, es un post que quiere solidarse con esta mujer y su dura cruzada.
ResponderEliminarAbrazos
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Oréadas, te recomiendo encarecidamente que leas el libro. Una persona tan sensible como tú le puede sacar mucho y valioso jugo.
Abrazos
Pepe, como a los demás te aconsejo que la leas. Es una historia dura, pero a veces tenemos que quitarnos la venda de los ojos y enfrentarnos al mundo que hay más allá.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo.
Alfonso,
ResponderEliminary al menos ella era guapa, triunfó y como ella misma dice, no le falta de nada, pero ¿y las otras niñas, normales, sin privilegios que nunca conocerán lo que hay más allá?
Esas sí que dan lástima.
Encomiable tarea la de Waris
Un abrazo
Tracy,
ResponderEliminarsí, en eso también hay que pensar. Su hermana por ejemplo, murió desangrada...
Triste, muy triste.
Abrazos
Francisco.
ResponderEliminarUna historia en deginitiva con la que aprender y de la que sacar fuerzas para luchar por los derechos humanos sin desfallecer.
Un abrazo
Conocía la historia.
ResponderEliminarSin duda una mujer valiente y luchadora.
Besos.
Todo un ejemplo a seguir, Toro.
ResponderEliminarUn abrazo
Me gusta el libro y lo que escribiste
ResponderEliminarte dejo un beso y las gracias por estar siempre conmigo
Gracias a tí, Mucha.
ResponderEliminarUn besote
Una proeza digna de ser admirada por toda la humanidad. Es muy reconfortante conocer biografías como la de esta mujer y descubrir que el ser humano puede ser tan altruista en ocasiones.
ResponderEliminarGracias por compartirlo, Montse
Conozco la historia, pero desconocía que hubiera un libro; intentaré hacerme con él.
ResponderEliminarMujeres como ésta son las que cambian el mundo; tiene toda mi admiración y mi apoyo, por supuesto.
Un abrazo luchador y solidario ( o dos).
Hola Montse, sí ya conocía la dura historia de esta increíble mujer, un ejemplo de fuerza, valentía y superación.
ResponderEliminarUn besazo
Había leído sobre ella, pero tal como dices, si empiezas a leer lo escrito lo lees todo.
ResponderEliminarCostumbres incomprensibles para nosotros, que ojala algún día dejen de suceder del todo.
Gran valiente esta mujer!
Besitos.
Juanra,
ResponderEliminarcelebro que te haya gustado. Ojalá estas cosas ocuparan los telediarios en lugar de tanto polítiqueo.
Un abrazo
Kayla, amiga, qué gusto verte. Son historias que merecen la pena ser compartidas. Calan hondo y nos hacen más humanos.
ResponderEliminarUn abrazo
Anakonda,
ResponderEliminarComo tú bien dices, todo un ejemplo. Ojalá hubiera muchas mujeres como ella...
Un abrazo
Costumbres, Syl, que no sabemos quién habrá inventado. ¿No te preguntas por el origen de esta brutalidad? Yo sí. Y lo que pienso no me gusta.
ResponderEliminarMe gusta más pensar que entre todos podremos erradicarla.
Un abrazo
Leí el libro, vi la película y cada año escribo sobre ella cuando se aproxima el día internacional contra la mutilación genital femenina.
ResponderEliminarEs importante recordar lo que pasan tantos miles de mujeres en el mundo por culpa de tradiciones absurdas y dañinas.
Enhorabuena.
Un beso muy grande.
Gracias a tí, Towanda, por ser tan constante en tu lucha contra esta barbarie que ninguna religión puede exigir.
ResponderEliminarUn abrazo desde este pequeño rincón.
Voy a conocerte yo también.