Nunca fue uno de mis cuentos preferidos, pero reconozco que ahora ha tomado relevancia en lo que a su significado representa. Es una historia tan actual en el tiempo como corriente en la vida. Todos conocemos alguna Cenicienta. No voy a explicaros el argumento, porque ya lo conocéis, y además admite múltiples variaciones. Los tiempos han cambiado, y con ellos la historia ha tomado otros tintes. Lo que ayer era barrer y fregar suelos, en los tiempos actuales se ha convertido es pasar aspiradora, fregona o mopa. Fregar platos se convierte en colocar los platos y vasos en el lavaplatos y sacarlos y ordenarlos en su sitio después; las aparatosas ollas de antaño son ahora modernas ollas exprés y las viejas sartenes de hierro hoy en día se fabrican de cerámica o teflón antiadherente... El baile que celebraba en su palacio el príncipe para elegir esposa bien podría tener su símil con lo que representa un día de relax en la piscina o en la playa, o incluso con la posibilidad de asistir a una sesión de cine o a un buen partido de futbol, pero la esencia no varía Cenicienta es la sirvienta que trabaja para todos sin recompensa alguna, demasiados deberes para tan pocos derechos hasta que…
¡Quizás mañana!
¡Quizás mañana!
Poco pan para tanta miga...
ResponderEliminarAbrazos
A mí me gusta el cuento porque tiene final feliz, para Cenicienta y para "las malas" que también llevan su castigo. Abrazos
ResponderEliminarLigia, Ojalá sea así también en la vida real.
ResponderEliminarUn abrazo
Sigue habiendo cenicientas pero ya se comparte mas el trabajo ahora ya sabemos muchos que limpiar el culo al nieto no es cuestión de sexo¡Es cuestión de amor!
ResponderEliminarBesos.
André, eres todo poesía. Me encanta tu filosofía de vida. Siempre aprendo contigo y si no aprendo al menos me confortas.
ResponderEliminarGracias por estar
Como te entiendo, Monstse, a veces cuando veo que todos están sentados viendo una peli o relajados de cualquier manera y yo tengo que meterme en la cocina DE NUEVO me dan los siete males, pero eso es así. Somos las madres y tenemos que hacerlo. Nos tocó ese papel, o fuimos tan tontas que lo elegimos.
ResponderEliminarPaciencia, amiga.
Besos
Teresa
El cuento es precioso por lo mismo que te dicen por ahí arriba el final justo y lindo.
ResponderEliminarPero es cierto en la vida real también hay muchas cenicientas, el final del cuento en la realidad supongo que mejor que cada una de ellas se ponga el suyo...
Besos grandes amiga.
... hasta que sea un hombre el que tenga los hijos por nosotras y entonces se den cuenta de lo que cuesta llevarlos nueve meses dentro. Porque la tecnología puede sustituir millones de tareas engorrosas, pero hay alguna cosilla que todavía nos queda, por mucho que se empeñen en decir que con cuatro meses de recuperación ¡estás en la gloria bendita! y que si tienes diabetes gestacional será porque comes chocolate :) y que si te pesa mucho es porque está más sanote y que si te quejas en el parto ¡cómo vas a quejarte, si todas paren!. Ay! que me he ido del cuento y creo que enseguida voy a traspasar la frontera de Hamsel y Gretel o ¡vete tú a saber!, casi que mejor me callo y ya te envío el final del cuento otro día. ;)
ResponderEliminarBesitos desde mi escoba eléctrica.
No creas que es tan malo el cuento tradicional, hoy día sigue habiendo Cenicientas y además acaban siendo matadas por la violencia de género.
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ResponderEliminarjaja! y si encima tenemos en cuenta la cantidad de familias que hoy en día son mezcla de otras, me explico, la cantidad de hermanos y hermanastros, padres y padrastros y madres y madrastras que hay, esto será mas que frecuente.......y me imagino que no siempre será idílico ni para unos ni para otros.....
Besos Montsita
Tienes toda la razón.
ResponderEliminarTodavía hay muchas Cenicientas y sin final feliz.
Besos.
Supongo que todo empieza con la educación que han recibido en casa los hijos, en no diferenciar hijo-hija para colaborar en los trabajos de la casa, así cuando esos hijos formen su propio hogar sabrán compartir el trabajo en casa con su pareja y más si los dos trabajan fuera.
ResponderEliminarBesos,
Es todavía más penosa la vida de Cenicienta hoy en día, ya que además de la casa está el trabajo fuera, somos pluriempleadas cenicientas. Lo peor es que no veo la liberación por ningún lado.
ResponderEliminarBesos.
Cuánta razón en este texto, aún hay tantas Cinicientas que el cuento parece no acabar nunca, por eso trato de huir. (Aunque se me da muy mal el papel)
ResponderEliminarTe mando un cariño grande Mon
Todas somos un poco cenicientas, ¿no? Eso me recuerda que esta tarde he estado barriendo y fregando el pasillo y la cocina. :D
ResponderEliminarEs cierto, todo un clásico de los cuentos que se ha vuelto un arquetipo, por eso tiene tanta vigencia en muchas sociedades...
ResponderEliminarBesos, amiga
Efectivamente, aún siguen existiendo demasiadas cenicientas. La lucha continua.
ResponderEliminarUn beso.
era un cuento que me encantaba porque habia un principe que la sacaba de su injusticia! pero me daba una rabia las hermanastras que ni veas!
ResponderEliminareran unos dibujos lindisimos y una musica maravillosa!
un abrazo Montse, ya me quite del candy crush pues estaba supermegaenganchada y no tenia tiempo para visitar blogs como habras visto
un besote grande amiga
A mi el cuento en el sentido de que es algo irreal, sí que me gusta, y me trae recuerdos de mi niñez, pero si vamos al sentido puro ya es otra cosa, lo de sirvienta... eso me gusta menos. Un fuerte abrazo amiga, yo ya me despido por el verano hasta Septiembre.
ResponderEliminarTeresa, por un hijo o un marido se hace y punto, pero ¿y cuándo son ajenos e impuestos?
ResponderEliminar...
Entonces sí que duele!!
Besos
Paraiso Perdido,
ResponderEliminarla protagonista estaba tan cerca de mí, que respirábamos el mismo aire...
Besos
Laura, Sí, yo también creo que la vida es injusta con las mujeres. Está mal repartida, y aunque cada vez hay más igualdad, también por eso se deja sentir más fuerte la desigualdad.
ResponderEliminar...
A veces me siento tan impotente!!!
Besos
Tracy,
ResponderEliminaresperaba ese final. Sabía que alguno lo daría. Si no lo hubiera dado yo.
Besos
Angie??
ResponderEliminarPuff, no quiero ni pensarlo. Pero lo que sí importa es que la Cenicienta la crean, no existe hasta que no es conminada a ese papel. La culpa es social.
;)
Besos
Toro,
ResponderEliminarlo peor es que seguro que todas ellas esperan al príncipe...
Besos
Saudades,
ResponderEliminarNo puedo dejar de comparar la educación que tuve yo con la que les he dado a mis hijos. Por supuesto intento pulir todo lo que no estaba pulido ayer cuando yo tenía mis obligaciones por ser chica.
Tienes razón
Besos
Mar,
ResponderEliminarte puedo asegurar que igual que existe la desigualdad, existe la igualdad. Pero mejor no tenerla cerca, porque te da una envidia...
Un abrazo, amiga. Y paciencia. Quizás mañana...
María,
ResponderEliminarojalá sirviera para erradicar esta injusticia. Es un cuento y sirve de ejemplo, pero la realidad es incluso a veces peor.
Un abrazo
Mercedes,
ResponderEliminares así. ¡No aprendemos!Me alegro de verte por aquí de nuevo.
Un abrazo
Mercedes Mariño.
ResponderEliminarNo sé como se las ingeniaba Disney para darle ese toque de dulzura. Seguro que nadie se queda con la parte mala del cuento después de ver la película.
Un abrazo
Pepe,
ResponderEliminardisfruta de tu verano. Nos vemos en septiembre. El cuento tiene su parte docente, y con que sólo uno de los niños que la ven aprenda la lección, ha sido un éxito.
Un abrazo
Hola Montse, creo que el canvio deveriamos construirlo los hombres, para que cenicienta dejara de existir de una vez para siempre.
ResponderEliminarReflexivo relato.
Un abrazo.
Pablo Grados Tapia
Un hombre valiente, Pablo. No todos reconocerían portarse así.
ResponderEliminarUn abrazo y mil gracias
Cuando las cenicientas del mundo se den cuenta que ellas (las mujeres) son las que administran, educan, organizan, limpian, cocinan, atienden, dan vida y por tanto son las que tiene “el verdadero poder” (aunque no el gobierno) ese día dejarán de soñar en un príncipe azul que las bese y se las lleve a su castillo para lavarle su ropa por siempre jamás.
ResponderEliminarRevélate cenicienta, indígnate del lugar que incluso en los cuentos te han colocado. Naciste para ser reina, pero para llevar la corona, la tienes que ganar. Hazte valer por ti misma y no por el apellido que un “príncipe” te pueda otorgar.
Todo lo escrito arriba va de buena onda y dedicado a la cenicienta, para que de una vez por todas despierte, no por el beso de un príncipe, sino por una bofetada que le de la realidad.
¡Saludos!
Algún día podrían intercambiarse los términos y que por unos meses hubieran Cenicientos así tal vez, el cuento tuviese otro nuevo argumento :) y colorin, colorado este cuento se dé por fin terminado.
ResponderEliminar:)Besitos Montse
Juan Carlos,
ResponderEliminarprecioso comentario, lo agradezco de corazón pues se nota que nace en un corazón generoso que no cree en la supremacía de uno u otro sexo.
Es una inyección de moral, amigo.
Un abrazo
Darilea,
ResponderEliminarme apunto al sortilegio.
¿Cómo lo hacemos? Crees qué será suficiente con un Abracadabra???
jaja
Un abrazo
Quizá algún día decida por y para si misma y aprenda a vivir de verdad.
ResponderEliminarTodo es cuestión de ser valiente y "desoír" a la sociedad.
Besitos.
Syl, pero a veces ésta chilla demasiado fuerte para hacerse el sordo. Cuestión de tiempo, tal vez...
ResponderEliminarBesos