Lo que para unos es una bendición, para otros es la peor de
las maldiciones.
Afortunado aquel que
le saca el jugo a estos paisajes llenos de acertadas pinceladas vacías de
siluetas que rompan el encanto. Yo me encuentro en este grupo. Me fascinan los
paisajes dormidos. Mi soledad en esos momentos se convierte en la mejor de las
amigas. Me da lo bueno: su calma, la paz y esos sentimientos que fluyen libres
sin nada que los espante o enturbie. Pero pobre de aquel que viva atrapado en
la falta de color, en el silencio obligado, carente de besos o abrazos y que
llora vagando en busca de una mirada devuelta o simplemente de otras presencias…
La soledad es muy suya, yo quedo con ella los jueves..
ResponderEliminarAfortunada tú, Montse. De vez en cuando necesitamos un poco de soledad, pero cuando nos viene de golpe sin pedirla, es cuando se vuelve una losa. Abrazos
ResponderEliminarTienes toda la razón.
ResponderEliminarA mí me gusta pero cuando me harto de ella puedo olvidarla.
Si fuera obligada sería un drama.
Besos.
Estoy totalmente de acuerdo. La persona que está obligada a la soledad sin haberla elegido, se desespera de una manera atroz. Lo he visto en algunos seres, y es algo que desde la observación, se siente una impotente y cuesta entenderlo, debe ser eso que comentas, la falta de ese beso, ese abrazo, etc.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Montse muchas veces necesitamos esa soledad de cara a la naturaleza para reencontrarnos con nuestro yo interior, para sentir como esas fibras de dentro despiertan, la otra soledad no se la deseo a nadie, pero existe.
ResponderEliminarUn cariñoso abrazo,
Jordim, pues yo no tengo día fijo. Cuando la llamo, acude.
ResponderEliminarGracias por tu comentario y bienvenido. Te devolveré la visita.
saludos
Ligia, Creo que conociéndote, puedes esquivarla. Hay mil cosas de las que ella huye.
ResponderEliminar¡Suerte!
Un abrazo, amiga
ESo es lo mejor, Toro. Tenerla a mano cuando nos apetece, pero darle esquinazo cuando comienza a pesar...
ResponderEliminarUn abrazo
Nani,
ResponderEliminarSi, amiga, esa soledad no buscada puede convertirse en el peor de los castigos, pero salvo en casos muy particulares, creo que hay medios de darle esquinazo. O al menos eso quiero yo creer
Un abrazo
Saudades, amigo. Sé que existe. "Casi siempre" mis palabras tienen un fundamento cercano. Esta vez no iba a ser menos.
ResponderEliminarAl menos hoy las NT nos echan un buen cable en ese tema.
Un abrazo
Que pocas palabras y qué profundo lo que dices. Gracias a Dios yo no tengo a la soledad de compañera, pero se de gente que sufre con ella. ¿la foto es tuya? Es preciosa, y la frase también.
ResponderEliminarUn abrazo,
Teresa
Muy cierta tu reflexión, que la soledad impuesta es una cruz difícil de llevar, mientras que cuando la buscas como momento de reflexión o de sosiego es una bendición.
ResponderEliminarTu lo has dicho con mejores palabras y en esa frase tan bonita sobre la foto.
Siento la misma curiosidad ¿es tuya la foto? porque es realmente muy bonita.
Muchos besos!
Esa soledad que nos ofreces tiene un encanto especial Montse. Es una soledad bella, llena de paz, calma y armonía, tú lo has dicho y a mi me encanta. Un fuerte abrazo y feliz fin de semana amiga.
ResponderEliminarEres entonces afortunada, Teresa. Mejor de amiga que de enemiga. Sí, la foto es mía, es la playa de Aguadulce, ahora "dormida".
ResponderEliminarUn abrazo
Montse, Sí, son mías la imagen y la frase. Las escribo para el Facebook, pero voy a empezar a ponerlas aquí también.Así quedan a mejor recaudo.
ResponderEliminarLa verdad es que la soledad es compañera de contrastes. A mí esa que describo me encanta.
Un abrazo
Pepe,
ResponderEliminarDeberíamos tomar una dosis a menudo. Es la mejor terapia. ¿Será por eso que me gusta tanto el invierno y no soporto el verano? Me quitan lo mejor de vivir aquí.
Un abrazo y feliz finde a tí también
Muy acertada tu reflexión.
ResponderEliminarUn beso
Es cierto, la soledad es muchas veces nuestro refugio, salvo para aquellos que no tienen opción.
ResponderEliminarBesos
Gracias, Marisa.
ResponderEliminarUn abrazo
Gabriela, hablamos de la misma cosa y qué distante una definición de la otra... ¿Verdad?
ResponderEliminarUn abrazo
Yo creo que la peor soledad, es aquella en la que te sientes sola a pesar de estar rodeada de gente.
ResponderEliminarTe deseo una muy feliz semana.
Cariños en el ocrazón.
Kasioles
Obligada para nada me gusta...por cierto joaquín Sabina me encanta...preciosa foto...un abarzo desde Murcia...
ResponderEliminarKasioles,
ResponderEliminaresa sí que duele. Llega dentro y hace mucho daño.
Un abrazo
Gracias, Alp.
ResponderEliminarestamos muy cerca.
Un abrazo
Yo creo que depende de momentos: hay momentos en los que nos apetece estar solos y disfrutar de esa soledad de hacer algo sin nadie (leer, pasear, visitar un museo, ir al cine...) y otros momentos en los que te apetece estar con gente y compartir esas cosas. Lo malo es cuando quieres estar acompañado y, por lo que sea, no puedes, no hay nadie a tu lado. Entonces es cuando te sientes fatal por no poder hablar con alguien, compartir ese momento especial para ti.
ResponderEliminarHolaaaaa a tenor de pecar de rara...a menudo me gusta buscar la soledad, supongo que lo importante es que sea una elección y nunca una imposición...pero creo que el estar rodeado de gente y de bullicio no es garantía de no estar solo, a veces esta clase de soledad es la que peor se lleva...
ResponderEliminarBesos
Amelche, estoy de acuerdo en que la soledad cuando se quiere evitar, pero no se puede es muy dura, pero yo disfruto mucho de momentos para mi.
ResponderEliminarUn abrazo
Ana, a mi también me gusta, es más, la necesito, pero a veces, sobre todo por la mañana cuando estoy sola en la casa, me pesa...
ResponderEliminarUn abrazo
Fíjate que en esto sí estoy totalmente de acuerdo contigo: has expresado perfectamente mi relación con la soledad, esa amiga fiel, que nunca defrauda y que, al menos a mí, tanto me ha dado. Aunque eso ocurre cuando es buscada. Y no siempre es así...
ResponderEliminarUn beso. ;)
Hay una gran diferencia entre la una y la otra, en la buscada la mente reflexiona y se relaja, en la impuesta el alma zozobra temerosa y angustiada.
ResponderEliminarBesos.
Carlos,
ResponderEliminartodos tenemos presentes las dos imágenes de la soledad y sabemos distinguir cuando se convierte en amiga y cuando en enemiga. Pero a veces las dos se mezclan y...
Un abrazo
Impersonem,
ResponderEliminartotalmente de acuerdo. Deberíamos siempre tener abierta la puerta a la una y cerrada a la otra, aunque la puerta a veces no responda al mando...
Un abrazo