Firmemente manejo el timón de mi barca, pero las corrientes y el fuerte viento no se dejan dominar.
Lucha sin cuartel. Mis manos ancladas a la rueda y, en el suelo, sujetando mi cuerpo con toda la fuerza de que soy capaz, los pies.
Lucha sin cuartel. Mis manos ancladas a la rueda y, en el suelo, sujetando mi cuerpo con toda la fuerza de que soy capaz, los pies.
Es una situación que revivo a menudo…
Incluso alguna vez me vi en sueños luchando… ¿Contra qué?
¡Cuántas tormentas nos visitan a lo largo de la vida!, ¡Cuántas veces tenemos la sensación de que vamos a naufragar! y, ¿Al final…?
Logramos enderezar el rumbo; nuestros pies, firmemente posicionados sobre el suelo nos ayudan, la tormenta pasa y, despertamos a la calma.
Entonces, otra vez sale el sol, y la barca de nuestras vidas, de nuevo, se desliza suavemente sobre el mar…
Así pasa a veces pero si no no aprendemos, tenemos que perseverar.
ResponderEliminarTe pego un escrito que encontre en otro blog a proposito de este tuyo.
Si la angustia te puede, si la pena te ahoga.. llora, grita, exterioriza tu dolor.. pero Jamás te rindas. Levanta tu mirada, respira hondo.. piensa en ti amigo..lucha..!!.Levanta tus manos y pide ayuda!!.No te des por vencido..y poco a poco verás la luz salir de tu interior..NO te rindas amigo, lucha!.
Un saludo
Precioso Ricardo,
ResponderEliminarUn buen consejo envuelto en hermosas palabras.
Se ha dicho y escrito ya tanto sobre el tema...
Un abrazo
Nuestras vidas discurren
ResponderEliminarasí, entre tempestades y calmas,
procuremos que haya más de las segundas.
Besos.
Marisa,
ResponderEliminary preparémonos para cuano inevitablemente lleguen las primeras...
Un abrazo
La vida consiste en una sucesión de tormentas y espacios de calma, tú lo has dicho Montse.
ResponderEliminarBuen día!
Josef,
ResponderEliminarY por tanto de momentos tranquilos y apacibles para nosotros y otros de gran tensión...
Es ley de vida.
Un abrazo
Que no nos fallen los pies, firmes en el suelo, que la vista no se pierda cuando miramos el horizonte en el que se atisba un rayo de luz, que los brazos sostengan con fuerza el gobernalle para que no zozobre la nave, que los oidos no se distraigan con lo que no importa. Al final, siempre aparece la luz, siempre se vislumbra una mano amiga, siempre amanece tras la noche aciaga y turbulenta, siempre regresa la calma tras la tempestad. La satisfacción de haberla afrontado con éxito siempre será inmensa. Un abrazo
ResponderEliminarEn el momento de la tormenta no vemos más allá, y todo es gris. Cuando ya pasa, la vida se ve con otros ojos. Abrazos
ResponderEliminarA ver si consigo enderezar el timón... que, últimamente, me va haciendo falta.
ResponderEliminarFernando,
ResponderEliminara veces, y sólo a veces nos damos cuenta de todo lo que dices. Aunque sea cierto, y en el fondo de nuestros corazones lo sintamos, cuando ruge la tormente, es esos momentos en los que sólo vemos sombras... Tenemos miedo.
Un gustazo de veras tenerte en mi rinconcito.
Abrazos
Ligia,
ResponderEliminarCierto, se lo comentaba a Fernando, pero es que no podemos de dejar de ser humanos, con nuestros miedos y nuestras limitaciones...
Un abrazo
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Ana,
Pues ya sabes, después de la tormenta siempre sale el sol.
Un abrazo y, ya sabes donde estoy.
Así es, Amiga.
ResponderEliminarLas tormentas pasan. Muchas veces imaginamos tormentas que nunca llegan. Somos así.
Por lo pronto... disfruta del sol-
Un besito
Celia,
ResponderEliminarPues hoy por fin ese sol asomó, aunque después de este invierno en el que no se dejaba ver... No creo que ya se quede.
Un abrazo
Esa barca que nos lleva a la deriva y endereza su viaje hasta llevarnos a puerto, esa barca es el camino de la vida..
ResponderEliminarBesitos Montse
La vida es una continua escuela. Hemos de aprender.
ResponderEliminarBesos.
Afortunadamente no nos queda más remedio que coger el timón. !qué remedio! o hundirnos con todo ¿para qué?. Sólo si es el fin. Un abrazo.
ResponderEliminarDarilea,
ResponderEliminarY como cualquier camino tiene tramos sencillos y otros que no lo son tanto...
un abrazo
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Cornelivs,
Aprendemos, a veces con caricias y otras a base de mamporros.
Un abrazo
Pedro,
ResponderEliminaresté como esté la mar, no soltar el timón y seguir el rumbo...
Un abrazo
Así quiero yo manejar mi barca...Como tú.
ResponderEliminarUn beso.
Sakkarah,
ResponderEliminarBienvenida, y aunque parezca lo contrario, mi manejo de la barca a veces falla y yo misma me siento a punto de zozobrar...
Un abrazo
Lo más importante es que siempre termine con un "otra vez sale el sol, y la barca de nuestras vidas, de nuevo, se desliza suavemente sobre el mar…"
ResponderEliminarUn beso
Cierto, Cris,
ResponderEliminarLo más importante, no perder el norte...
Un abrazo
¿vienes en Semana Santa por aquí?
hola!
ResponderEliminarte invito a que pases por mi casa
dejare la puerta entreabierta..
te dejo un fuerte abrazo!!!
Allek,
ResponderEliminarBienvenid@,
Pasaré...
Un abrazo
Luchar, luchar y caer, volverse a levantar y seguir luchando. Vencer para volver a empezar. Tropezar y caer. Levantarse y luchar. Mirar al frente y luchar. Es todo lo que puedo, es todo lo que quiero hacer.
ResponderEliminarBesos Montse. ;-)
Se puede decir más alto, pero no más claro.
ResponderEliminarAsí es la vida Carlos...
Un abrazo
MONSE yo creo que naufragamos muchas veces, pero como buenos naufragos construimos una valsa de madera y salimos nuevamente al mar, porque? porque nos gusta el mar (la vida) y sabemos que solo quien a naufragado alguna vez sabe lo que es ser un sobreviviente, ya nada lo asusta ni la peor de las tormentas, es mas a veces solo las obserba con la conciencia de que estan ahí por un fin útil y que mejor que resistirlas a veces será vivirlas...
ResponderEliminarUn besito grandote
Mónica,
ResponderEliminarYo no creo que lleguemos a naufragar. Tenemos miedo de hacerlo, eso sí, pero nos agarramos fuertemente al timón y salimos de nuevo a las aguas tranquilas que llegan siempre después de la tempestad...
Son los altibajos lógicos de la vida.
Un abrazo
Hasta las tormentas perfectas pasan, a pesar de la bravura del mar, siempre volverá a convertirse en una balsa de aceite con un suave contoneo y brisa salada...
ResponderEliminarUn besazo!
Yo vistas las borrascas por las que he pasado estos últimos años, a mí no me tumba ya ni el Katrina :)
ResponderEliminarY si me caigo, me levanto. Será por oportunidades. Mientras estemos vivos...
Es cierto Alfonso,
ResponderEliminarSerá por oportunidades que nos da la vida...
Un abrazo
Y siempre estarán los amigos, siempre. Es cierto que sujetamos solitos la vela de nuestro barco, que cada uno ha de enderezar su mástil... pero, ay esas miradas de nuestros amigos y familia... y ahí estamos, enderezando nuestra vida... aunque nos toque hacerlo a solas, siempre está el recuerdo...
ResponderEliminar... consuela saber que a pesar de las tormentas, no estamos sólos. Y que esa lucha de titanes que mantenemos tiene en sus entrañas la posibilidad de lo que ha de llegar y es tan esperado.
Un abrazo amig@mi@.
Sí Ana, la verdad es que los amigos son siempre un apoyo, a veces tan grandes o incluso más que la misma familia.
ResponderEliminarSon un verdadero consuelo.
Un abrazo
“Querido compañero de luchas y tazas de té, no te permito que zozobres, el lamento y la desesperación nacieron como desahogo pero tu tienes la riqueza del genio y la tragedia que te abate, es tan solo producto de tu trepidante fantasía, preocúpate lo justo, toma las medidas oportunas, el resto está garantizado…” TJW Tronken (cartas a un amigo)
ResponderEliminarRlfox
ResponderEliminarMe alegro tanto de estar entre los amigos de un genio como tú, Tronken...
Me beneficio de tus enseñanzas y me aprovecho de tus abrazos.
Gracias.
;)