Es peligroso y lo sé, pero me encantaría parar el coche, preguntarle cómo es su vida en ese lugar y poder de este modo completar su historia.
Vive en una caseta antiguamente dedicada a guardar contadores eléctricos. Al menos tiene un techo bajo el que cobijarse.
Ahora, desde que lo descubrí, desvío mi coche para pasar por allí. Tengo curiosidad por saber si es feliz, y quiero creer que lo es. Cada dato recopilado es una nueva pista para construir su historia.
Vive en una caseta antiguamente dedicada a guardar contadores eléctricos. Al menos tiene un techo bajo el que cobijarse.
Ahora, desde que lo descubrí, desvío mi coche para pasar por allí. Tengo curiosidad por saber si es feliz, y quiero creer que lo es. Cada dato recopilado es una nueva pista para construir su historia.
¿Tendrá electricidad? ¿Dispondrá de agua? ¿Pasará frío?
Cerca hay un colegio, y no demasiado alejada una urbanización con casas adosadas.
Me pregunto qué come rodeado como está de invernaderos y campo. Deduzco que recoge productos agrícolas que caen de los cajones o que buenamente los recibe de los dueños de los invernaderos, puesto que ellos tienen que saber que este hombre existe.
Cuando la puerta de la caseta está abierta, cosa que sucede a menudo, puedo vislumbrar un colchón, un sillón y un par de barreños. Un día incluso le vi fregando platos. El resto queda escondido en la penumbra del interior. Un misterio pendiente de ser desvelado, quizás en otra ocasión.
Hoy le he visto al sol, arrancando hierbas por los alrededores.
El que haya nacido en ti ese interés habla de la ternura de tu corazon , preocupada por el hombre que ocupa el lugar de los contadores , y tal vez , solo dependa de ély pueda tener momentos , muchos momentos de felicidad.
ResponderEliminarEstaré atento a tus actitudes; no obstante actua con prudencia.
un beso
André, sé que no debo hacer más de lo que hago, pero tampoco puedo evitar el mirar por ver si está bien, o qué hace cada vez que paso por allí.
ResponderEliminarUn día hace poco, había encendido una lumbre detrás de unos palés de obras.¿ÇQuizás cocinaba? ¿O simplemente se estaba calentando...?
Un abrazo
Me encantaría conocer su historia, se ve interesantísima o ¿será el cómo lo cuentas?
ResponderEliminarDe cualquier modo, párate, habla con él, siempre se dice que las paersonas distintas son peligrosas. No te fíes.
Entre la gente que duerme en la calle hay historias de avatares increíbles, de destinos fatales, de memorias de un tiempo más propicio.¿Cuál será la historia de este hombre? ¿Cuál será su verdad? ¿Cómo llegó hasta ahí? ¿Qué se torció en su vida? Si descubres algo de esto, espero que nos lo cuentes. ¿Tú crees que puede ser peligroso?
ResponderEliminarUn bico, Montse.
Tracy, Salamandrágora.
ResponderEliminarYo no pienso que sea peligroso, pero la verdad es que es un lugar en el que no hay espacio para aparcar el coche y gente, lo que se dice gente, por allí no pasa ni un alma. A veces he pensado en preguntar a los trabajadores del invernadero, pero si no saben que está ahí, voy a ser yo la que lo descubra, y eso no quiero que pase.
Si descubro algo más os lo contaré. El otro día había en el colegio un coche de policia, y la puerta estaba cerrada a cal y canto. Se ve que ese tema le asusta.
Un abrazo
No tiene que porqué ser peligros.
ResponderEliminarMás peligro tiene un banco.
Besos.
Detrás de cada uno hay una historia, pero a veces tenemos que desconfiar por si acaso. Abrazos
ResponderEliminarMontse no olvides nunca la prudencia pero lo que si puedes hacer es algún día dejarle una bolsa con algo de comida y llamar su atención para que lo vea, así poco a poco podrá ser mucho más facil el acercamiento.
ResponderEliminarConocí un vagabundo que era una persona muy culta, hablé alguna vez con él mientras le daba cigarrillos y me pareció una persona que había vivido muy bien pero por circunstancias se vio abocado a esa vida de dormir en un banco público, de repente desapareció, supongo que lo llevaron a una residencia porque el frío y el no tener un techo le dejaron muy enfermo.
Un beso,
Yo no se qué decirte.... Si estás preocupada no creo que haya mayor peligro en dejar el coche cuando lo veas al pasar por la carretera y preguntarle si necesita algo...
ResponderEliminarPero no quiero tampoco que pueda pasarte algo.
ya nos dirás en qué queda todo.
Besos
¿Peligroso? No más que cualquier otra persona seguramente. Como les suelo decir a mis hijos: los malos generalmente no lo parecen, porque una cosa es ser malo y otra tonto...
ResponderEliminarUn beso, y si averiguas algo de él, cuéntanoslo.
PD. Tampoco te animo a que te acerques. Ten cuidado...
ni se te ocurra Montsita!!!!!
ResponderEliminarEstá la vida para eso!!!!
BSS
Toro,
ResponderEliminarEs que es un lugar muy solitario y apartado de todo .
Creo que no debo.
Un abrazo
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Ligia,
Esta historia no debe ser del todo triste. Me lo dice el corazón.
Quizás algún día logre saber algo más de él...
Un abrazo
Saudades,
ResponderEliminarHasta este invierno había un hombre viviendo en uno de los chiringuitos cerrados en invierno, a la orilla del mar. Este año está vallado, seguro que para que no entre de lo que me alegro, porque con los fríos que ha hecho, por muchas mantas que tuviera...
Sus historias son siempre interesantes.
Un abrazo
..........
Shedir,
es que no es carretera transitada, es un camino por el que no pasan apenas coches. Las únicas personas que se ven por allí son los trabajadores o dueños de los invernaderos cada x tiempo. Si estuviera en ciudad o carretera normal todo sería más sencillo.
Quizás algún día que haya gente me decida a parar.
Un abrazo
Carlos,
ResponderEliminarEs difícil cuando una parte de tí quiere parar y la otra, quizás la más prudente de las dos dice que ni se te ocurra. Si vieras el lugar, comprenderías mejor. No es sólo el hombre, sino lo solitario del lugar. No hay sitio ni para aparcar el coche si no es en el camino.
Ya sé, puedo fotografiar la caseta, y así os hacéis una idea mejor.
Un abrazo y gracias por tus consejos
Angie,
ResponderEliminarAlgún día te lo enseño. Tengo ganas de verteeeeeeeee. Gracias por tus recomendaciones.
Un abrazo
Una intriga completa amiga.. no creo que sea peligroso, es lo que deseo.. y pienso..
ResponderEliminarun día como muy bien lo narras lo sabrás y así nosotros igual..
Es grato siempre pasar por tu blog..
Un abrazo
Saludos fraternos..
Adolfo,
ResponderEliminarQuizás poco a poco esta historia se vaya completando. Si es así, os lo haré saber.
Gracias por tus amables palabras
Un abrazo
Pueda que no tenga esa peligro
ResponderEliminarque nos hace desconfiar,
creo que solo intenta
llevar su vida del mejor modo
que puede.
Un beso
Entiendo tu deseo. Hace tiempo, precisamente basado en ese deseo, escribí un cuento inspirado en un mendigo que me llamaba sobremanera la atención.
ResponderEliminarQuizá algún día te atrevas a hablarle, yo nunca lo hice.
Un abrazo.
Mercedes.
Marisa, yo también lo creo pero he de esperar a la ocasión propicia, con alguien por los alrededores y que él esté a la vista.
ResponderEliminarUn abrazo
Mercedes,
ResponderEliminary seguro que te arrepentirás toda tu vida. Es algo que haré. Un día que haya por allí más gente pararé y le ofreceré algo de comida o abrigo.
Sé que si no lo hago me arrepentiré.
Un abrazo
Pues yo no veo tan peligrosa la posibilidad de contactar con él. Salvo que muestre algun signo de enajenación mental, que no creo. Tal y como están los tiempos es más que probable que haya más personas intentando sobrevivir de las que imaginemos.
ResponderEliminarSi haces seguimiento me gustará saber de él, de conocer su historia.
Un abrazo
Juanra,
ResponderEliminarcreo que podré saber de él muy pronto. Quizás el próximo post también se lo dedique.
Ya os contaré.
Un abrazo
Con todo lo que está pasando ultimamente, debe ser horroroso quedarse sin casa, no tener techo...creo que es lo peor, perder tú territorio o nunca haberlo tenido...Ten cuidado...
ResponderEliminarCuanta gente está pasando momentos de dificultad. si él supiera que hoy ha estado en el mente de muchos de nosotros... Besos
ResponderEliminarCarla, es cierto, esa clase de cosas nos rodean. Por eso pienso que este hombre ha encontrado un lugar en el que cobijarse y que, y esto es muy importante, alguien le deja estar allí. Creo que voy a poder enterarme de más, pero me consuela pensar que tiene sus necesidades cubiertas.
ResponderEliminarYa os contaré.
Besos
Pilar,
ResponderEliminarni se lo imagina, pero su historia nos mueve por unos instantes a pensar en los demás. Habrá tantas y tantas historias como esa...
Un abrazo
Pues dáte prisa. Seguro que tiene que haber alguien que quiera echarlo de ahí :(
ResponderEliminarAlfonso,
ResponderEliminarSi está allí es porque se lo permiten. Igual que lo he visto yo lo deben haber visto también los trabajadores de los invernaderos.
ESpero que eso no suceda.
Un saludo
Eso es lo que hace falta, que nos sigan quitando lo poco que tenemos.
ResponderEliminarSaludos y buen fin de semana.
Hola, ha sido un enorme gusto pasar por tu genial blog, te felicito mucho, tienes un buen blog, te invito de manera cordial a que visites el Blog de Boris Estebitan y leas un escrito mio titulado “Caminando bajo la luz de la luna”, te espero ahí, que pases un buen fin de semana.
ResponderEliminarAntonio, esperemos que eso no llegue a suceder nunca.
ResponderEliminarun abrazo
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Boris,
gracias por tus palabras. En cuanto pueda te hago una visita.
un saludo
¿Qué puedo decirte?
ResponderEliminarMe he visto y me veré en enredos de igual factura.
Inclinarte por un lado de la balanza u otro no me corresponde.
A veces los he ladeado en proporcionado paso, siempre toda precaución es poca, nunca a solas ni más de tres y manteniendo la distancia física, jamás bajar la guardia.
¿Quién utiliza a quién? Es la pregunta final que destruye todo contacto sensato, sereno y humano.
Al galimatías ponle tú el final.
Yo querida amiga no me atrevo.
Ojala estuviéramos más cerca y quizás, solo quizás la solución.
Pura fantasía de un domingo por la tarde al borde del teclado con mis inquietos dedos…
Un beso de buena tarde.
Lai,
ResponderEliminarSé que es difícil. Por un lado está lo que quiero y por otro totalmente opuesto, lo que debo hacer.
Quizás en el término medio esté la virtud. Por ahora me ha salido un contacto que puede informarme.
Quizás la historia vaya tomando forma...
Un abrazo y gracias por tus pensamientos en voz alta.
Montse, te entiendo. Yo no pararía salvo que haya gente contigo. La vida está muy mal, y de todas formas hay gente que elige vivir así.
ResponderEliminarSi te enteras de algo, cuentanoslo.
Besos
Teresa
Lo sé, Teresa. No me arriesgaré, pero creo que tarde o temprano, construiré su historia.
ResponderEliminarUn abrazo
Lo sigues desde adentro
ResponderEliminartu alma sigue una historia real o creada
por tus letras
en tu diario vivir en este momento!!!!
Me encanta!!
Mucha,
ResponderEliminares una historia real, de la que lo único que sé, es lo que comparto.
Gracias por tus palabras.
Un abrazo
Yo que tú paraba y le preguntaba. Si vive así, y si lo has visto lavando platos y arrancando hierbas, debe ser un buen hombre. ¡Ya nos contarás si averiguas algo más!
ResponderEliminarUn beso
Cristina,
ResponderEliminarEstoy camino de "saber", y he prometido contarlo. Sabes que lo haré.
Yo más que nadie intento comprender el por qué de su aislamiento sea este o no, voluntario.
Un abrazo.
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Daniel,
gracias por tus palabras. Intento completar un poco este pequeño aperitivo que comparto con vosotros, pero las cosas van despacio...
Un abrazo y gracias por pasar.
Muy interesante historia!
ResponderEliminarComo ya nos has revelado tus nobles deseos, solo me atreverìa a sugerirte que con mucha prudencia hagas lo que nace de tu corazòn.
Alguièn de tu familia podrìa acompañarte, para no correr riesgo alguno.
Un abrazo Montse
con mucho cariño
Francisco, gracias por tu comentario. Tengo un amigo, que vive muy cerca, y que está haciendo averiguaciones. El otro día hasta se acercó por allí, pero el hombre no estaba...
ResponderEliminarUn abrazo
Igual puedes ir acompañada y, así, sí te atreverías a preguntar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ana, tengo un amigo que vive en esos duples de los que hablo. El se pasó el otro día por allí, pero no encontró al hombre. Ya veremos, es cuestión de esperar...
ResponderEliminarUn abrazo