jueves, 22 de mayo de 2014
La Isla de las Mujeres
Atrás quedan dolores físicos y sufrimiento moral; noches de terror, lágrimas, impotencia y sobre todo desgana ante la vida.
Cuando le hablaron del centro no lo dudó. Una experiencia piloto que le aislaría del mundo por un tiempo. Pero ¿qué tenía ella que perder? Iba a olvidar golpes e insultos, y por muy mal que le fuera, nunca sería lo mismo. La última paliza fue la gota que colmó el vaso. Dolorida por fuera, pero incluso más aun por dentro se dirigió a la asistente que le propuso el ingreso en la residencia. – Cambiarán tu aspecto, aprenderás un oficio y conocerás a muchas mujeres en tu misma situación.- Fueron sus palabras.
Hoy ya ha pasado un año. Ella es una mujer nueva, renovada por dentro y por fuera.
Hoy no sabe como agradecerle a aquel lugar todo lo que ha supuesto para su vida.
Hoy llega el momento de decirle adiós a la Residencia Santa Marta, o mejor dicho, a “La Isla de las Mujeres”, como se conoce el lugar entre ellas.
"Naufragas en la vida, pero aprendes a vivir de nuevo…"
Esta noche te cuento.
Tema obligado, "La Isla de las Mujeres" en máximo de 200 palabras.
Etiquetas:
Derechos Humanos,
Microrrelatos,
Reflexión
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Mi enhorabuena a Montes Acevedo por el relato, me ha encantado. Un abrazo
ResponderEliminarMontse nos has dejado una situación mil veces repetida hasta el punto de creerse la mujer una piltrafa, pero existen manos que ayudan a salir del pozo y empezar de nuevo lejos de aquellos que se creen amos y señores de la vida ajena.
ResponderEliminarBesos,
when you look at the stars remember me in each of them there is a kiss for you
ResponderEliminarLa vida de cada uno está llena de naufragios, es inevitable. Encontrar la tabla a que asirse es un instinto, pero también un aprendizaje.
ResponderEliminarDe la mayoría de los naufragios salimos si a nuestro lado hay alguien que confía en nosotros, que cree en nosotros.
Ya me verá con frecuencia, querida amiga, he estado enfrascada en una vorágine de acontecimientos y me despegué de na navegación por internet, se trataba solo de sobrevivir.
Un besazo
Genial Montse!!!
ResponderEliminarHace poco escribí algo; me refería a las "islas" porque sí, ya recuerdo, era unrelato que se desarrollaba en una isla...
Sabes...
Las islas han sido y son muy importantes en mi vida. todavía barajo si acabaré viviendo en una de ellas...
Besos!
Impresionante el relato Montse. Esta historia me pone los pelos de punta, porque por desgracia hay muchas idénticas. En este caso se ha solucionado, pero hay otros muchos que no. Un abrazo enorme por tu sensibilidad a este caso amiga.
ResponderEliminarTe felicito.
ResponderEliminarEs muy bueno el relato.
Mi aplauso.
Y mi beso.
Para algunas personas la vida es dura... parece ser que en este caso las cosas han ido menos mal...
ResponderEliminarBesos.
Un relato lleno de esperanza para tantas personas que sufren por el abuso ajeno.
ResponderEliminarMi enhorabuena, querida amiga.
Vivo en Gijón. A quince minutos de Oviedo, por lo que será una maravilla poder hablar contigo, y conocernos personalemnte.
Porque aunque sepamos mucho la una de la otra, a través de años escribiendo con el corazón, es mejor, hablar de mirada a mirada.
Un fuerte abrazo, amiga mía.
Muy buenas historia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Releante. Es un certamen en el que me gusta participar porque me encantan los retos y escribir bajo premisas como es con tema dado de antemano, o número de palabras, son retos para mi.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por pasar
Sau, esta historia es ficticia, por suerte salió de mi mente, pero sé que podría ser cierta. Ojalá en el mundo las Islas así proliferen y su labor sea reconocida.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo
Albert, thank you so much. A Kiss for you as well.
ResponderEliminarHugs
María Jesús.
ResponderEliminarQué sorpresa tan agradable el tenerte de vuelta. Te echaba francamente de menos. Sé de tu rosario de acontecimientos a velocidad de vértigo. Es la vida. Ya vendrá la calma.
Un fuerte abrazo y te deseo la mayor de las fuerzas para "sobrevivir", que estoy segura de que lo harás.
Besos
Gracias, José:
ResponderEliminarPara mi las islas representan muchas cosas. Son una buena metáfora de tantas situaciones en la vida... Te debo un ratillo para leer tus mellizos. Te aseguro que si no lo he hecho es por falta de tiempo. Mis albañiles no me lo permiten. Jaja
Ya queda menos. Ahora entran los pintores, pero esos hacen menos ruido.
Besos
Pepe, es una historia que se repite demasiado a menudo. A ver si esta isla ficticia se torna real y ellas, las mujeres maltratadas, tienen una tabla de salvación.
ResponderEliminarGracias amigo
Un abrazo
Toro,
ResponderEliminarUno más. Disfruto escribiendo micros bajo normas.
Soy así de masoca.
Un abrazo
Impersonem,
ResponderEliminarquizás en los malos momentos nuestra principal misión sea encontrar nuestra "isla" y lanzarnos a nadar aunque sea contracorriente con tal de alcanzarla...
Un abrazo
Celia,
ResponderEliminarHay tantas clases de abusos... Las islas son pocas y los náufragos demasiados.
Pues si fuese te avisaría. Por ahora todo es utópico, pero puede que algún día... Y si tú pasas por Almería te digo lo mismo. Aquí estoy.
Un abrazo
Gracias Ana.
ResponderEliminarUn ratito de disfrute. Ya sabes que me encanta lo breve.
Besos
Me encanta Montse. Además es un tema actual y que merece atención. Voy a pasarme por el enlace a mirar un poco el certamen.
ResponderEliminarUn abrazo
Teresa
Nunca es tarde para vivir( se), ni demasiado pronto para escapar de lo que nos quita la vida.
ResponderEliminarUn besazo ( o dos).
Muy reflexivo y significativo tu post.
ResponderEliminarY realmente que la peor carcel de una persona, es aquella en la que se encuentra sometida voluntariamente. como se dice "el pàjaro presa fascinada ante la mirada de su opresor, es devorado"
No bastan las leyes, sino una educaciòn cultural desde la cuna, como asimismo que asienten las normas en la conciencia de la sociedad.
La ayuda de esas intituciones para la mujer son magnìficas!
Abrazos!
con todo cariño Montse
Hola Montse un relato impactante por un lado y esperanzador por otro...ojalá que no hicieran falta este tipo de islas...
ResponderEliminarUn besazo!!
Kayla, creo que eso se lo enseñarán en la isla... Ella y otras muchas como ella lo merecen.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, Teresa.
ResponderEliminarMe gusta participar por el reto que supone escribir el relato cada mes ajustándose a palabras y tema.
¡Te animas?
Francisco,
ResponderEliminarToda la ayuda en esta clase de situaciones es poca. Hay demasiadas lacras en la sociedad de hoy que resolvemos mirando hacia otro lado.
Crear "Islas" de este tipo debería ser obligatorio, como lo es la escuela o los hospitales.
Un abrazo
Ojalá Anakonda, pero hoy por hoy no sólo no sobran sino que faltan. Con todo el paro que hay, deberían abundar más.
ResponderEliminarUn abrazo, amiga
Felicidades.
ResponderEliminarUn buen relato.
Un cariñoso abrazo
Veo que sigues escribiendo igual de bien...!
ResponderEliminarUn abrazo de este viejo amigo que vuelve a la blogosfera!
;)
Tienes razòn Mar!
ResponderEliminarCrear Islas de este tipo debería ser obligatorio.
Es increìble que en estos tiempos, aùn existan tantas sociedades en el mundo, con semejantes vejaciones a la mujer que no solamente dañan sino que lo consideran natural.
me gusta tu nuevo blog y estilo de ver la vida
ResponderEliminarPor aquí pasaba de nuevo Montse, así que te dejo un saludo y deseos de un buen fin de semana.
ResponderEliminar¡Qué regusto más amargo! Desgraciadamente conozco algún caso de mujeres en esa situación, y en mi humilde opinión lo peor de todo, por encima de los insultos, el maltrato físico... es la sensación que muchas de ellas tienen de culpabilidad. Generalmente las que lo padecen es lo que tienen más difícil de olvidar.
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