No puedo evitarlo, LE TENGO PAVOR A LOS GATOS.
De nada han servido terapias en grupo, la visita al psicólogo, ni las charlas durante horas con aquel psiquiatra. Cada vez que uno se me acerca me pongo a temblar; la voz no sale de mi garganta y la vista se me nubla. Pero lo peor son mis plumas, todas las plumas de mi pequeño cuerpo de jilguero se erizan como aceros…
De nada han servido terapias en grupo, la visita al psicólogo, ni las charlas durante horas con aquel psiquiatra. Cada vez que uno se me acerca me pongo a temblar; la voz no sale de mi garganta y la vista se me nubla. Pero lo peor son mis plumas, todas las plumas de mi pequeño cuerpo de jilguero se erizan como aceros…
Y es que no puedo evitarlo, le tengo pavor a los gatos.
De nuevo un microrelato de esos que guardo por los rincones. Espero que lo disfruteis pese a su brevedad.
ResponderEliminarUn abrazo
Amo a los gatos, y no puedo evitarlo...¡Le tengo pavor a los hombres!
ResponderEliminarUn beso Mon
Me encantó tu comentario yo.pienso exactamente lo.mismo
Eliminar¿Se te erizan las plumas, Viv?
ResponderEliminarjaja
Un besote
Ahora el micro: ¡Me encantó! Muy bueno Mon, debías dedicarle más tiempo a este género.
ResponderEliminarSabes que te quiero, son años de soportarme.
Un beso
Jaja, entonces antes sólo comentabas el título???
ResponderEliminarjaja, me partooooooooo
Un besote.
No seas yeguaaa mala, sabes que si alguien lee soy yo. Vine cruzada y fue lo primero que miré.
ResponderEliminarJaja, quedaba original ese comenantario al título.
ResponderEliminarEra una broma, ya sé que lees ;)
Besos
Yo no soy pájaro (en ningún sentido eh...) y no me fío de ellos.
ResponderEliminarMe parecen traidores.
Saludos.
Pues a mí amigo Toro, lo malo es que me guatan todos los animales.
ResponderEliminarUn abrazo
Le tenía fichado al pájaro que todas las mañanas cantaba una canción a mi dueña, me agazapaba tras una rama, me lanzaba y...
ResponderEliminarzas se escapaba, un día tras otro.
Y seguía cantándola y ella le regalaba una sonrisa y yo sin poder comerme un lindo pajarito.
Aysssssss manjar de gatos.
Eso no es gatofobia
ResponderEliminareso es instinto de
conservación.
Muy bueno
Un abrazo Montse.
Es magnífico :) y comprendo al pajarillo perfectamente ya que los mininos y yo no nos llevamos bien
ResponderEliminardos abrazos, Montse
Estructura de relato con final sorpresa. Está muy bien.
ResponderEliminarUn beso
Mercedes
Saudades, jaja lo siento por tí, pero esta vez estoy con el pajarillo.
ResponderEliminarPobreee ¡Qué miedo, ante esos ojazos!
Un abrazo
Marisa,
ResponderEliminarllámese como se llame es "pavor a los gatos" jaja
Un abrazo
---------
Mariluz,
Aunque te entienda... te aseguro que no es lo mismo.
jeje
Un abrazo mañanero
Mercedes,
ResponderEliminargracias, pero es que me lees con buenos ojos.
;)
Besos
Los gatos.. me dio muy poco de ellos..
ResponderEliminarMe gusta mucho como nos relatas..
Un abrazo
Con mis
Saludos fraternos de siempre..
Gracias Adolfo,
ResponderEliminares un placer tenerte por aquí.
Un abrazo
A mí ahora no me gustan los gatos, pero debe haber sido, según me han contado, que de niña siempre tenía al lado de mi cuna, un gatito chiquitito ¿tendrá algo que ver mi subconsciente con el pasado? jajajaja
ResponderEliminarUn besito.
Yo sé de uno al que tú conoces que lo de los gatos no es fobia...es peor todavía pero pluma no tiene, te lo garantizo yo.
ResponderEliminarBesos.
María,
ResponderEliminarseguro. El subconsciente forma parte de nosotros, tan claramente como lo hace la consciencia.
¡Pero si era sólo un peluche!
Jaja.
Un abrazo
--------
Momentos,
Pues quien sabe, quizás en otra vida...
;)
Besos
Yo les tengo alergia...
ResponderEliminarMmm... ¿Más trasfondo de lo que se lee, Montse? ¿Es una alegoría?
No, Carlos, jaja, tan simple como un dibujillo de Piolín en su jaula y me mente que a veces se dispara.
ResponderEliminarLo siento, a mí me gustan, pero Carlos también es alérgico a todo lo que tenga pelos/ácaros
Besos
Lo malo no es el gato. Lo malo es la jaula del pájaro :)
ResponderEliminar¿Es verdad eso? Pues mis padres tienen un gato y, a veces, viene a mi casa también, que está en frente. No podrías venir a mi casa.
ResponderEliminarAlfonso,
ResponderEliminargracias a esos barrotes nos lo cuenta...
jaja
Saludos
.........
Amelche
¿Yo?
Besos
Y yo... soy alérgica a los gatos... pero me gusta su independencia y su forma de ser.
ResponderEliminarUn beso.
Me gustan sus movimientos felinos aunque nunca tendría uno en casa...
ResponderEliminarBesos
Conchi, Oteaba,
ResponderEliminarveo que los pobres gatos tienen más enemigos que amigos.
Pues a mí sí me gustan. Tuve una siamesa que ... Es otra historia.
Jaja
Un abrazo
Llego...! Tarde, pero llego, querida Montse.
ResponderEliminarGatos? No, gracias...todavia recuerdo el panico que sentí cuando Rocky estuvo a punto de comerse a mi Piolin... (mi jilguero)
Menos mal que no paso nada. Ahora Rocky vive en el campo, es feliz. (y yo tambien con mi jilguero, libre ya su vida de amenazas...)
Jejej..
Un abrazo.
Hola Montse...a mí me encantan los gatos y todos los felinos en general...y el microrelaro genial...
ResponderEliminarUn besito amore
Corne, jaja
ResponderEliminarEl gato se llama igual que mi perro.
Y es curioso, como coincide la historia del microrelato con la tuya.
La vida es así.
Un abrazo
...........
Anakonda.
A mí también me gustan pero es que creo que salvo cucarachas y moscas, me gustan todos los animales.
;)
Besos
Pues mira que me has mandado enlaces de gatos..
ResponderEliminarFijaté que pensaba que tenías en casa.
A mi sin embargo me encantan, aunque ahora con el canijo en casa, tengo menos tiempo para ellos y la verdad es que me dan un trabajo que no apetece hacer.
Pero siempre han sido mi animal favorito.
Besitos
No, Shedir, gato no tengo pero tuve. Ahora con los perros, las tortugas y los periquitos, tengo suficiente.
ResponderEliminarjaja
Un besote
A lo mejor es por la alimentación. Prueba a cambiar de alpiste a ver.
ResponderEliminar:p
Jaja,Juanra
ResponderEliminarYa probé hasta con cañamones.
;)
Besos
Odio y amor hacia ellos van parejos.
ResponderEliminarMe encantan los puñeteros y a la vez el auto temor me asalta, así que dejo fluir los momentos...
Tronken,
ResponderEliminarTodo eso, cuando tengas uno propio y se tumbe a tus pies se te pasará.
Yo tuve una siamesa...
Un abrazo
Gracias, Unknown. Un bonito e insinuante nombre el que has elegido.
ResponderEliminarSaludos