Atrás quedaron la ilusión y su alegría.
Hoy sólo tristeza e impotencia habitan en ella.
No habla, intenta pasar desapercibida. Le gustaría fundirse con las paredes o desaparecer como el humo de la hornilla, pero él siempre la ve, siempre la encuentra…
Al caer la tarde el miedo y la desesperación hacen mella en ella y llora en silencio, pero no se queja.
-No sabe lo que hace-, dice para sí, intentando regalarle una excusa que obviamente no tiene.
-Le pondré la cena, le ayudaré a acostarse y puede que si ha bebido lo suficiente, caiga rendido y no me pegue.
Y caerá la noche en un triste día más, de su dolorosa vida.
Cada mañana cuando él se va ella respira; cada noche cuando vuelve, muere lentamente…
Es muy triste y ocurre demasiadas veces y lo peor es la dependencia hacia ese ser, desde la distancia es muy facil decir que no perdería un minuto más de mi vida con ese ser, pero desde la distancia se ve de otra manera.
ResponderEliminarAún sin medios, hay muchos centros de ayuda y es mejor empezar a vivir que morir un poco más cada día.
Un abrazo,
Saudades,
ResponderEliminarLo escribí para un certamen de micros, pero no llegué a enviarlo.
Hoy lo encontré y aunque muy triste, por ser tan real, decidí publicarlo aquí.
¡Qué no nos toque tener que elegir entre morir, o morir...!
Un abrazo
Montse,
ResponderEliminarme has dejado el cuerpo cortado. La verdad es que tiene que ser durísimo.
Como tú dices, es mejor que no nos toque.
Abrazos. Teresa
Cada noche cuando vuelve, muere lentamente.
ResponderEliminarHasta que se muera de verdad si no consigue escapar.
¡Qué horror! con sólo leerlo me dan escalofríos.
ResponderEliminarNo lo soporto.
Teresa,
ResponderEliminarsí, la verdad es que duro, pero real. ¿Cuántos casos así no habrá!
Un abrazo
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Alfonso,
Impotencia... amigo, una gran impotencia.
Un saludo
Tracy,
ResponderEliminarpues es más normal de lo que creemos.
Un abrazo
Tantas mujeres en esa situación y sin fuerzas para tomar la determinación de terminar la relación porque les han minado la autoestima..
ResponderEliminarUn abrazo
Oteaba,
ResponderEliminarConozco un caso en el que la mujer era la que bebía,y él se mantuvo a su lado porque la quería...
Cada caso es un mundo.
Un abrazo
Qué horror, y pensar que es parte de nuestros días. El cobarde siempre repetirá. Es cierto, que no nos toque.
ResponderEliminarBesos Mon
Vivian,
ResponderEliminarTodos conocemos algún caso, y es ruina, para familia, vida...
Una pena, amiga.
besos
Qué triste Montse. Qué triste.. qué duro.. y desgraciadamente, qué real.
ResponderEliminarUn beso.
Es terrible saber que han habido y hay tantas mujeres que viven esto. Es como un callejón sin salida, una tortura.
ResponderEliminarMe alegra haber topado con tu blog aunque sea duro lo que leo.
saludos y buen inicio de semana
Tiene que ser muy duro vivir una situación de esas circunstancias, solo una persona que lo ha vivido de cerca puede saber lo que es sentirse humillada, y maltratada, lo peor es que dejan que así suceda y no vayan a denunciarlo, o testigos que lo presencien.
ResponderEliminarUn beso, Montse.
Él debería irse y no volver jamás.
ResponderEliminarYa basta de monstruos.
Besos.
El infierno es la puerta que nunca ha de abrirse, pero en la que por si las moscas, también hay que tener amigos.
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
Con pocas palabras has hablado de una cruel realidad.
ResponderEliminarUn relato de denuncia social.
Deberías haberlo enviado porque toca, y mucho.
Un abrazo
Mercedes
Hola Montse...uuufff...que relato más duro y que dificil debe ser afrontar una situación así...no quiero ni imaginarlo...
ResponderEliminarUn besazo guapaaaa!!!!
Alma,
ResponderEliminarTriste y duro pero lo peor, es que es real.
Una pena
Besos
Pury,
ResponderEliminartambién yo lo veo así, como un callejón sin salida y además oscuro. Ojalá se estuviera más concienciado...
Bienvenida a mi rincón.
Un abrazo
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María,
Es una pena que en la sociedad no se esté preparado para esto. Es algo tan común, y tan doloroso...
Un abrazo
Toro,
ResponderEliminarSi, pero eso es utópico. NO se irá...
Un abrazo
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HIperión,
Quizás sea este el infierno en el que más vale no hacer amistades...
Un abrazo
Mercedes,
ResponderEliminarjaja, se quedó en puertas. Soy así de dejada, pero al final lo amplié y lo convertí en relato más largo.
A veces acorto los largos, otras alargo los cortos... Me gusta tener varias versiones de lo mismo.
Un besote
Anakonda,
ResponderEliminarpor mucho que lo imaginemos, nunca llegaremos a darnos cuenta del sufrimiento real de las familias que lo padecen.
Un abrazo
Un tema aterrador e inexplicable... destroza personas.... familias... y ¿por qué sigue ocurriendo? ¿qué podemos hacer?
ResponderEliminarUn abrazo!!
Describes bien lo que debe ser la vida para quien vive junto a alguien que tiene este problema. Un beso.
ResponderEliminarConchi,
ResponderEliminarcentros de ayuda, facilidades para las familias, no sé, PERO ALGO.
Lo que no se puede es quedarse mirando.
Un abrazo... triste.
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Momentos,
Esto por suerte es pure ficción, pero no se apartará mucho de lo que es la realidad.
Besos
Buenas noches mi querida amiga..
ResponderEliminarMuy triste, esto no debería pasar nunca y menos ayudar a un maltratador...
Gracias por tus visitas, miles de besotes y cuídate mucho, miles de besotes de lindos sueños
Impotencia, esa es justo la palabra... :(
ResponderEliminarTerrible para quienes lo padecen... y más si es en soledad y sin apoyos... tendría que haber una puerta institucional abierta que diera entrada a una estructura, bien equipada, para la obtención de amparo a quienes padecen esta realidad y quieran salir de ella...
ResponderEliminarBesos.
¿Qué llevará a una persona a dañar a otra que la quiere?
ResponderEliminarEspero no poder responder a eso nunca...
Balovega, pero sucede, y más a menudo de lo que intuimos, porque este problema a veces se silencia y no sale a la luz.
ResponderEliminarUn abrazo
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Cris,
Has dado en el clavo. Es impotencia pura.
Besos
Impersonem,
ResponderEliminarpara mí es la única solución. Si no lo llevan a cabo los que más pueden, ¿Qué podemos hacer nosotros? Y hay gente que realmente quiere salir.
Un abrazo
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Criatura
La enajenación, principalmente la pérdida de la consciencia de la realidad. Triste...
Un abrazo
Cuánta impotencia,
ResponderEliminarcuánto desespero.
Los dos últimos renglones
resumen toda una vida
de sufrimiento.
Besos.
El maltrata mengua el alma. La deja anulada, perdida y con una tristeza infinita.
ResponderEliminarNunca olvidaré los ojos de la primera mujer maltratada que cuidé un día. Ese dolor se me clavaba en el alma... cuánta crueldad. No encontrabas palabras para poder dejar un granito de alegría en esa mirada...
Gracias Montse, por traerlo a tu ventana.
Marisa,
ResponderEliminarUna vida que se resume en la no vida, porque amiga, eso no es vida.
Un abrazo
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Ana,
Sí lo has podido comprobar por tí misma, ¡Cuánto mejor puedes tú explicarlo! Yo sólo conjeturo e intuyo...
Un abrazo
Este tema siempre me produce asco y desazón. Es una de las peores formas de violencia que conozco, por oculta y cobarde.
ResponderEliminarCarlos,
ResponderEliminarYa somos dos. Pero con el asco no se cura.
Lo que da es pena llegar a esos extremos.
Un triste abrazo, amigo.
Un tema terrible nos traes... debemos denunciar cada vez que conozcamos hechos de tal magnitud; no hacerlo nos convertiría en cómplices :(
ResponderEliminarQuerida amiga estoy en Navarra y apenas puedo conectar, voy acumulando tus entradas y a mi regreso en 11-12 días los leo y te comento
dos abrazos :)
Espero amiga Mariluz que tu viaje sea de placer. Como verás me he alejado por un tiempo. Volveré cuando el verano se aleje.
ResponderEliminarUn abrazo
Muy buen microrrelato, amiga.
ResponderEliminarUn beso muy grande.
Gracias por visitar mi blog
Ana
Gracias Ana,
ResponderEliminares triste, pero por desgracia real.
Un abrazo