Cuando aquella antigua librería cerró, los libros fueron retirados de sus estantes y malvendidos en un puesto de un mercado callejero. Con ellos también desaparecieron los escasos muebles y las muchas estanterías que se repartían el espacio. Todo cambió: los colores de las paredes, las luces, el acabado exterior, y hasta los cristales transparentes de antaño fueron sustituidos por unas vidrieras más acordes con la nueva función del local, una cafetería. Sólo un viejo espejo enmarcado en la más noble de las maderas fue preservado de la criba que había sufrido lo que antaño le rodeara. El nuevo dueño pensó que aquel bello objeto podría quedar bien dentro del nuevo ambiente y lo guardó para volver a colocarlo en la pared cuando terminaran las reformas.
Tres meses después la cafetería estaba completa; mobiliario y maquinaria listos para usarse y hasta la gran barra de mármol brillaba al fondo de la sala dispuesta a cumplir su labor. Fue entonces cuando recordaron el gran espejo y decidieron colgarlo en una de las aun vacías paredes, pero al sacarlo de la vieja manta que lo envolvía, todos los que lo rodeaban notaron algo extraño. El brillante cristal, lejos de devolver la imagen de sus rostros, mostraba en su reflejo libros y más libros pulcramente colocados en sus estantes.
¿Magia, o simplemente recuerdos de un objeto aparentemente inerte?
Soy de los que piensas que los objetos tienen memoria.
ResponderEliminar...
Un abrazo
Vete tu a saber, si las cosas hablaran... Besos. Que empecéis bien la semana.
ResponderEliminarMomentos,
ResponderEliminarsi las cosas hablaran a los humanos más de una vez nos tocaría callar.
Lo mismo digo
Un abrazo
igualmente montse. Feliz año 2012!!
ResponderEliminarMe quedé como los del bar mirando el espejo... Abrazos
ResponderEliminarVenganza, simplemente venganza de los libros.
ResponderEliminarO más bien que nosotros le impregnamos la memoria. Es como si moldearamos algo de barro y con nuestras manos fueramos dándoles forma. He hablado estos días de la historia de mis libros. Yo no me podría desprender de ellos.
ResponderEliminarAdemás, con lo chula que quedaría una cafetería con una estantería de libros que poder coger, ojear, mirar...
Lo que nos hace bien perdura en nuestro interior, impregnado como un tatuaje etéreo, como un suspiro; quizás el espejo tenía corazón, quién sabe, un corazón transparente.
ResponderEliminarTe mando un beso Mon.
Es lindo el texto, no soy yo que en mi espejismo magnifico.
Me gustaría pensar que, el espejo, devolvía parte de la sabiduría con la que había convivido tantos años.
ResponderEliminarQue bonito relato Montse :)
abrazos
Ligia,
ResponderEliminarEntonces verás libros...
;)
Abrazos
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Tracy,
sólo recuerdos, amiga.
Un abrazo
Alfonso,
ResponderEliminarimagino que no es su memoria, sino la nuestra, pero ... Entonces ¿nuestro paso no queda reflejado de ninguna manera? Tiene que aparecer de alguna forma.
Sería una idea estupenda la de montar una cafetería/biblioteca.
Un saludo
Vivian,
ResponderEliminarTú lo has dicho, un suspiro, un tatuaje mágico... Algo al fin y al cabo.
La verdad es que la imagen del espejo, da juego.
Besos, Viv.
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Mariluz,
La sabiduría encerrada en el espejo sale al exterior de alguna forma. Es otro modo de verlo.
Me gustó.
Un abrazo, amiga
Un espejo vivo en donde leer lo que no se debe cambiar nunca.
ResponderEliminarun abrazo.
Marcelo, me alegro de no estar sola en eso de pensar que los objetos tienen vida.
ResponderEliminarUn saludo
Claro que los objetos pueden sentir, a riesgo de parecer un poco locos.
ResponderEliminarExcelente relato.
Gracias, GaMyr, y bienvenida a este pequeño rincón.
ResponderEliminarUn abrazo
El espejo tenía un ataque de nostalgia.
ResponderEliminarPobrecillo.
Besos.
y mirado así, amigo Toro, aun es más poético el relato.
ResponderEliminarMe gusta.
Gracias
jaja
Un abrazo
Montse el espejo se acostumbró como unos más del mobiliario a esos libros que derramaban sabiduría, ya nunca le abandonaron, estaban grabados a fuego en su alma.
ResponderEliminarMuy bonito relato.
Un beso,
A veces Saudades, es difícil arrancar ciertas vivencias de nuestas almas...
ResponderEliminarUn abrazo
¡Pues claro que los objetos tienen memoria! Y un espejo más. Imágenes nuestras se quedan prendidas en los espejos de las memorias y de los sueños. Y de los espejos de cristal, seguro que también.
ResponderEliminarUna cafetería-librería es uno de mis sueños no realizados. ¿La montamos entre todos?
Montse, yo también pienso que algunos objetos guardan memoria y eso le pasó al espejo que su memoria le jugó una mala pasada.
ResponderEliminarUn besito y Feliz Año
Salamandrágora,
ResponderEliminarEs curioso pero de un simple relatillo, van a salir hasta negocios. Es curioso el que no existan más locales así, ¿Verdad?
Un abrazo
Oréadas,
ResponderEliminarYo también lo creo. O al menos que guardan una esencia que al menor estímulo, a nosotros nos hacen recordar.
Otro abrazo para tí.
En Mexico, las librerias Porrua (la mas grande de), tienen cafeteria. Este sabado compre un libro y, con asombro, lei que era su quincuagesima sexta edicion. Imaginate el libro, que no se hable apenas de el, pero se compre tanto!
ResponderEliminarLo de mis tildes... comprenderas.
Hola Montse...un relato precioso, el espejo es como el gran archivo que viene a ser nuestra memoria, quizás algunas imágenes y recuerdos quedan impregnados en nuestra memoria cual imagen estática que se resiste a desaparecer...
ResponderEliminarUn besazoooo!!!!
Bixen,
ResponderEliminar¿Y por curiosidad cuál era ese libro?
La verdad es que si no es conocido ya tiene mérito.
Un abrazo
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Ana,
Gracias. Tú con la cantidad de objetos de antaño que pasan por tu rincón, podrás decirnos si es verdad o no que guardan recuerdos o memorias de otros tiempos...
Un besote
Ahora, cuando me mire al espejo por las mañanas, tendré que fijarme a ver cuales son sus recuerdos del día.
ResponderEliminarMuy bueno.
Un beso
Teresa
Teresa, jaja, con un poco de suerte te ves cuando eras aún muy niña.
ResponderEliminarBromas aparte, a mí me pasó estas navidades en casa de mis padres.
Un abrazo
Me parece una historia preciosa.
ResponderEliminarMe gusta la ternura que encierra hacía esas antiguas librerías donde el librero era un gran erudito y los libros eran su razón de ser.
Un abrazo.
Mercedes
Mercedes, tanto las librerías cargadas de tomos polvorientos como los viejos libros olvidados en un rincón, dan mucho juego al literato. ¿Verdad?
ResponderEliminarUn abrazo
Los objetos tienen memoria, y los libros magia. Así es.
ResponderEliminarMagnífico... antes de llegar al segundo párrafo me dio un vuelco el corazón intuyendo el reflejo del espejo... pues no se puede estar entre libros sin sentirse transformado y sin a la vez, transformar algo.
Besos!!
"El perfil del hombre y la cultura en Mexico"
ResponderEliminarSamuel Ramos
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarAna, y vida, sobre todo vida. Un libro la de las historias que cuenta, un espejo las de los reflejos que guarda.
ResponderEliminar¿Locas?
Nooo, más cuerdas de lo que la gente pueda pensar.
Besos
Bixen, gracias por el aporte. Es rarísimo que un libro de los que podríamos llamar " de consulta" alcance esos números. Debe ser buenísimo.
ResponderEliminarDisfrútalo.
Un abrazo y mil gracias por la información.
Quizás el espejo mostró su dolor y reveló la perdida de un gran amor que quedó en el pasado... Como siempre un cordial saludo en la distancia apreciada amiga, Rodisi
ResponderEliminarLa magia de tus escritos ...donde tus letras bailan... al compás de tu mente ..de poeta y alma...
ResponderEliminarun beso
Morriña le llaman...aunque no sé si del espejo o de los que lo miraban!!!
ResponderEliminarMuy bueno Montse. Besitos.
Mucha,
ResponderEliminarGracias amiga. Magia no sé, pero te aseguro que hay sentimiento.
Abrazos
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Syl,
pues quizás sea eso, o quizás melancolía, o talvez añoranzas... No lo sé, pero algo hay seguro
Gracias por tus palabras y un gran abrazo
Rodisi,
ResponderEliminarQuizás... Pero eso nunca lo sabremos.
Un abrazo
Veo que sabes pintar sobre lienzo y pintar sobre blog.
ResponderEliminarY te suelen salir unas pinceladas muy inspiradas :)
Juanra,
ResponderEliminartoda sonrojadita, te doy las gracias.
Un abrazo "axuxao"
Si los espejos hablaran... tengo uno que perteneció a mi bisabuela.
ResponderEliminaramelche,
ResponderEliminareso es un verdadero tesoro.
Lo que nos contaría...
Un abrazo
Tozudez. “El recuerdo es tozudo en acomodarse a la realidad” H.K.
ResponderEliminarQuizás amigo Rafa, fue sólo la impresión tan grande que en él dejaron al cabo de años de reflejos...
ResponderEliminarQuizás...
Un abrazo