Una mañana bastante agitada, a las 8:30, un hombre mayor de unos 80 años, llegó al hospital para que le retiraran los puntos de un corte que tenía en su pulgar. El señor dijo que estaba apurado y que tenía una cita a las 9:00 am. El doctor le pidió que tomara asiento, sabiendo que quizás pasaría más de una hora antes de que llegara su turno. Lo vio mirando su reloj con tanta insistencia que apenado decidió examinar su herida haciéndole un hueco entre los demás pacientes. Mientras lo curaba le pregunto si tenía una cita con otro especialista esa mañana, ya que lo veía muy nervioso. Él le dijo que no, pero que necesitaba ir al geriátrico para desayunar con su esposa. Interesado el doctor le pregunto sobre la salud de su mujer, a lo que le respondió que padecía de Alzheimer. El médico le pregunto si se enfadaría si llegaba un poco tarde y élcontestó que hacía tiempo que ella no sabía quién era, que desde hacía más de cinco años ya no podía reconocerlo. El doctor sorprendido entonces le pregunto: ¿Y usted sigue yendo cada mañana, aun cuando ella no sabe quién es usted?' El sonrió y le dijo:"Ella no sabe quién soy, pero yo aún se quien es ella y la amo." Al doctor se le erizó la piel, y tuvo que contener las lágrimas mientras él hombre mayor le daba las gracias y se marchaba…
Me llegó por Email y me pareció una historia tan humana, que he decidido compartirla.
Una buena lección, Amiga. No está mal, para comenzar el día.
ResponderEliminarBesos
Ojalá conocieramos a menudo más lecciones como esta ¿verdad Celia?
ResponderEliminarUn abrazo
Qué buena la respuesta Mon.
ResponderEliminarUn texto para pensar.
Espero encontrar un amor de esos antes de que me lleven para el geriátrico; nada es imposible.
Besos
A eso le llamo yo, AMOR, asi, grande y con mayusculas, saludos, un beso
ResponderEliminarHe leído varias veces esta historia, es lindo creer que hay amores asi.
ResponderEliminarBesos
Una historia hermosa que al final de leerla he terminado con un nudo en la garganta.
ResponderEliminarUn abrazo.
Qué maravillosa historia.
ResponderEliminarDigna de servir de ejemplo a todos.
me ha emocionado.
Vivian,
ResponderEliminarOjalá. Me encantaría que un día me lo contaras... Por que lo harás¿No?
Me alegro de que te haya gustado la historia.
Besos
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Mery,
Sí, y lo mejor es que quiero creer que no se trata de ficción literaria. Tienen que existir historias así.
Un abrazo y bienvenida. Te devolveré la visita.
... y nunca te cansas de leerla, ¿Verdad Gamyr? Cuando la recibí, la guardé como oro en paño.
ResponderEliminarBesos
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Javier, no es de extrañar, es una historia que le llega muy dentro a aquel que esté dispuesto a dejarse impresionar.
Un abrazo
Tracy, me alegro de que te haya gustado. La verdad es que es una historia que debería extenderse... Al menos yo así lo creo.
ResponderEliminarAbrazos
Conocía la historia. Claro que hay casos reales similares. De hecho, yo misma conocí uno bastante similar. Mi tío vivió entregado a mi tía que tenía Alzheimer, hasta que la muerte se la llevó, poco después también se fue él. No conocí amor más grande, la verdad. Ni enfermedad más cruel y degradante.
ResponderEliminarQué bonito, Salamandrágora. Gracias por compartirlo. Ya quería yo creer que esta historia estaba sacada de la realidad. Gracias a tu historia ahora sé que es posible.
ResponderEliminarun abrazo
si ya la conocía......parecido a la peli que le gustaba a nuestras niñas.....
ResponderEliminarangie.....
Ay Angie, que no recuerdo qué peli era esa.
ResponderEliminarJaja, por ahí se empieza, ¿No?
Besos
Casados durante 73 años, Presley y Ethel Bradshaw fallecieron la semana pasada en Kentucky de forma natural con solo cuatro horas de diferencia, según informan los medios locales.
ResponderEliminarPresley murió a los 101 años en la habitación compartida con su esposa en la residencia de Louisville. Cuatro horas más tarde, Ethel fallecía «en paz» a los 99 años, según la televisión estatal de Kentucky Wave3.
«Ellos eran una verdadera personificación de la palabra amor», afirmó Chasity Stoudemire, gerente del Centro de Salud y Rehabilitación Meadowview.
Naturales de Kentucky, se casaron en 1938 y tenían una hija, una nieta y dos bisnietas. Hace cuatro años Ethel ingresó en la residencia con demencia senil. «Él venía varias veces a la semana para visitarla, tomarle de la mano, besarla y decirle lo mucho que la amaba y la extrañaba», señaló Shannon Bass, directora de la residencia a Wave3. Dos años después Presley decidió irse a vivir con ella al hogar de ancianos.
Sentados siempre juntos, cuando alguien pasaba a su lado Presley acostumbraba a decir «¿has visto a mi novia?», relata Bass, que añade: «Él estaba allí para sostener su mano, para ponerle la manta en la cama y darle un beso cada noche».
Su salud se deterioró en los últimos meses, por lo que su muerte no ha sorprendido al personal de la residencia ni a su familia. Su historia es como una película. «Murieron de la misma forma en que vivieron, juntos», añadió Bass.
Esta historia es reciente..........
bsss. Angie
"El diario de Noa............." es el título de la peli.......
ResponderEliminarAngie
Claroooo, pero si la he visto varias veces. Me encantan. ¿Y por qué sabes tú que esa peli le gusta a mi hija?
ResponderEliminarEs pura curiosidad.
Si es que te tengo que querer por fuerza.
Besos, amiga.
Muy tierno.
ResponderEliminarBesos.
Toro,
ResponderEliminarno estamos acostumbrados ¿verdad?
Besos
Es una historia conmovedora, Montse. Eso es amor y lo demás son tonterías. La pena es que habrá casos así, pero no muchos.
ResponderEliminarUn abrazo emocionado.
Teresa
A mí también me lo parece, Teresa. La verdad es que un amor así es difícil de encontrar.
ResponderEliminarGracias por ese abrazo. Otro para tí.
Hermosa historia, cuando se ama es así... va un cordial saludo, Rodisi
ResponderEliminarA mi también me lo enviaron, Montse, y aunque ya lo conocía, hoy cuando te he leido se me ha vuelto a poner la piel de gallina...
ResponderEliminarUn besote!
Conocía la historia. He vivido mucho en hospitales y mira, he visto historias parecidas a ésta. El dolor aunque parezca mentira, nos humaniza, y la gente, no es tan mala como parece. Sólo necesitamos la circunstancia. Yo he visto toda la planta de oncología volcarse con una señora que tenía su marido en coma desde hacia meses y no se separaba de allí para nada. No tenía dinero, y la gente le daba las tarjetas para que pudiera ver la tele. El amor es amor hasta lo último. Con todas sus penas. Se sufre mucho, de verdad, en la enfermedad, pero se recibe mucho también, y es muy importante, porque es lo que te va a quedar si tú te quedas aquí y la otra persona se va. ¿Te acuerdas de la última frase de Ghost? ¡Cuánto amor me llevo! Pues fíjate que equipaje más bonito para despedirnos de la vida. Abrazos, hija , eres para mí una terapia entre tanta polìtica jjj :>))
ResponderEliminarComo quisieramos que esas ficciones fueran la realidad
ResponderEliminarRodisi,
ResponderEliminarrecibido ese saludo. Una verdadera lección de amor.
Abrazos
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Alma,
lo malo es que esta clase de historias nos llaman la atención porque no son corrientes. Aprovechemos las pocas que nos llegan.
Abrazos
Alfonso,
ResponderEliminarprecioso comentario. La verdad es que estas historias así conmueven el corazón y a la par nos mueven a ser mejores. Nadie, por muy de piedra que se tenga el corazón, puede decir que ha quedado indiferente cuando se viven situaciones de esta índole.
Jaja, tú y yo somos tan opuestos...
Huyo de la política como el gato huye del agua.
Saludos, Alfonso.
Anuar,
ResponderEliminar¡Cómo nos gustaría a todos que estas ficciones, como tú bien dices, fueran realidad...!!
Bienvenido y un fuerte abrazo
"Ella no sabe quién soy, pero yo aún se quien es ella y la amo."
ResponderEliminarUna respuesta magnífica, una auténtica declaración de amor que no pide nada a cambio.
Un beso, amiga.
Mercedes.
Amiga, ojalá pudiéramos contar con un amor tan fiel y desinteresado como este, una bella historia para compartir.
ResponderEliminarMe gustó conocer tu espacio, es cálido y apetece volver.
Un abrazo
Porque me lo dijo mariangelillas......yo también la he visto varias veces......
ResponderEliminarmuaaaaaaaaaaaaaaa
Mercedes,
ResponderEliminares una frase que encierra mucho amor verdadero ¿verdad?
A mí me encanta.
Besos
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María,
Vuelve cuando quieras. Mil gracias por tu visita y por tus palabras.
Saludos
Cualquier historia de seres sobre los 80 años me produce un vértigo inenarrable. Mis padres, ya sabes...
ResponderEliminarAbrz.
Realmente es un magnìfico relato!, cuyo mensaje de fondo revela lo que considero como el autèntico y verdadero AMOR!.
ResponderEliminar/Gracias por compartir
los tesoros del corazòn
Montse.
Un inmenso abrazo!!
Muy hermoso. Seguramente apócrifo, aunque eso no importa mucho en mi opinión.
ResponderEliminarSiempre he dicho que nosotros debemos ser nuestros propios y más severos jueces para tener la conciencia tranquila. Y no es fácil ser juez y parte.
Besos. ;-)
Hola que tal..
ResponderEliminardespués de unos meses obcecados
vuelvo a tomar las riendas de mi Caja De Zapatos..
he vuelto con una nueva nota llamada “Secándonos”
te invito a que sigas leyendo..
un abrazo fuerte!!!
Sarco,
ResponderEliminarCualquier historia, con personajes en esas edades tiene un mérito excepcional. Son de admirar.
Abrazos
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Francisco,
me encanta que te haya gustado. Es tuya, tómala y difúndela si quieres. Cuando nos llegan cosas así hay que aprovecharlas.
Abrazos
Carlos,
ResponderEliminarqué alegría verte de nuevo por aquí, aunque sé que nunca te fuiste del todo.
Seguro que es ficción, pero el mensaje es real y eso es lo que cuenta.
Como he dicho más arriba, tenemos que aprovechar cuando nos llegan cosas así de humanas.
Besos
Daniel, Sí, es una suerte que aún creamos en la humanidad aunque sea a través de pequeñas historias como esta.
ResponderEliminarUn abrazo
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Allek,
Pues bienvenido de nuevo. Suerte en tu nueva andadura.
Abrazos
Sí, a mí también me llegó.
ResponderEliminarHay mucha humanidad suelta por ahí, yo a veces, desde el privilegio de mi profesión, lo veo. Hace poco tuvimos el privilegio de conocer a una abuelita de 96 años totalmente cautivadora... cómo cuidaba del abuelín, oye.
:))))))
una historia conmovedora...ojalá todas las historias de amor fueran así..
ResponderEliminarBesos
Ana,
ResponderEliminarNo sé cual es tu profesión, pero sí que es una suerte que te lleguen historias así en vivo y en directo,
Besos
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Anakonda,
La verdad es que nos hacían falta unas cuantas más...
Besos
Gracias Antonio. Estaba justo llegando a tu blog
ResponderEliminarBesos
Sí, yo lo había leído también y es muy bonito. Un abrazo.
ResponderEliminarCosas como esta, Ana, gusta releerlas más de una vez.
ResponderEliminarGracias por mandarme el enlace. Me encantó.
Besos
“Si mi memoria pierdo, no me inmortalicéis en alabanzas ni últimos deseos, tan solo recordadme a fuer de vida.” T.J. wt Tronken
ResponderEliminarDesearía que nunca llegase tan tremendo asunto, no obstante carezco de exención.
Salu2
Todos carecemos de exención amigo Rafa. Lo que necesitamos es, si algún día nos tocase, tener al lado a alguien que nos ame y nos recuerde tal y como fuimos.
ResponderEliminarUn abrazo
Toda una lección de amor incondicional
ResponderEliminarllevo atraso amiga, los duendes me han ocultado muchos blos ¡en fin ya estoy aquí! :)
abrazos
De nuevo eres bienvenida, Mariluz. Gracias por pasar.
ResponderEliminarun abrazo