Es poco tiempo el que vamos a viajar en el metro, no como
ese pobre hombre al que se
le cae la cabeza disfrutando de un profundo sueño arrullado por el tedioso
traqueteo, “seguro que lleva horas allí sentado…” Pero entre
una y otra estación, escuchamos la voz de un anciano vestido de militar que cual orador profesional,
tras un pequeño discurso, pide dinero para salvar el mundo.
Mientras a mi lado un padre juega con el pelo de un bebé rubio que va sentado en una sillita y le
recrimina a la madre del pequeño que no
le haya cortado el pelo.
Miro hacia la izquierda y observo a un hombre que duerme con la boca tan abierta, que parece estar pasando la
revisión del dentista. “Veo” sus ronquidos, pero con el traqueteo del tren, no
los oigo.
De repente un chico joven se levanta corriendo e intenta
abrir la puerta del vagón que acaba de
cerrarse. “Estaba jugando con el móvil y se me ha pasado la estación” Nos explica. Sin éxito,
tiene que esperar a la siguiente para bajarse.
Sentada en otro asiento una muchacha sudamericana habla a
voces por el teléfono disculpándose por el retraso y comentando que se
encuentra a solo una estación de su destino. Efectivamente, se levanta y sale apresuradamente
cuando el tren para.
A mi derecha una chica dormita apoyada sobre la barra de
sujeción. Mientras la observo con cierta
envidia, un “chaval guapísimo” (palabras
de mi hija) entra en el vagón y sacando una guitarra de su funda nos deleita
con una preciosa canción que él mismo ha compuesto. Tiene mejorvoz que muchos
artistas consagrados, pero su talento está por descubrir… Ojalá que en un vagón
de algún tren, de cualquier estación, este chico encuentre lo que se merece.
…
Hacía años que no montaba en el metro. Veo que me sigue
gustando observar.
Podría llenar páginas con lo que observé y lo que imaginé. Para mí es una experiencia muy instructiva.
ResponderEliminarFin de semana en Madrid
Abrazos
El metro es un universo de situaciones y personajes.
ResponderEliminarBesos.
Se pueden crear miles de historias con la gente que cruza cada día por tu vida. Abrazos
ResponderEliminarTu relato es muy entretenido y llevas razón con la gente del metro nos podemos imaginar historias simpáticas.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte amiga.
Montse el metro es otra ciudad sumergida, allí te puedes encontrar a toda la representación de la fauna ibérica y a muchos picaros como la "banda de las bosnias" que llevan más de diez años robando carteras en el metro pero como la justicia parece que protege al que delinque, en vez de mandarlas a robar a su país pues las tenemos que aguantar, pero de todas formas el metro es un mundo apasionante.
ResponderEliminarUn abrazo,
cuántas historias tiene para contar este andén, o aquel, o el otro de allá
ResponderEliminarsaludos
Tú ¡Qué eres así! Da igual un paseo por el parque que una mirada por la ventana, que un par de estaciones de metro ¡La vida rebosa en ti, das vida al paisaje !
ResponderEliminarRealmente TÚ haces historia.
Besos.
No se puede mirar por la ventanilla, pero no importa el espectáculo está en el interior. A mi me agobia un pelín, prefiero el tren de superficie.
ResponderEliminarBuenos tus ojos que saben mirar.
Besos.
Ya ves que da para mucho. Un abrazo.
ResponderEliminarEl metro da para una novela por fascículos.
ResponderEliminarNo hay como disfrutar de un viaje en metro de esta manera...observando e imaginando vidas ajenas.
ResponderEliminarMuy bueno Montse.
Besitos.
Es que el metro da para mucho, y si además eres observadora, es una fuente de inspiración.
ResponderEliminarUn abrazo.
Toro,
ResponderEliminarpero sólo para el que está abierto a sentirlas. Te aseguro que no todo el mundo puede.
Un abrazo
Ligia,
ResponderEliminaralguna vez lo he hecho. Es un recurso aprovechable para el que disfruta inventando.
Abrazos
Gracias, Rosario.
ResponderEliminarFueron varios viajes y en cada uno varias historias sin final...
Un besote
Saudades, si, y lo había olvidado. Cualquier situación se hace notar y si eres observador el metro es un filón de historias posibles pero siempre inconclusas.
ResponderEliminarComo en todo siempre hay un "pero"
Un abrazo
Omar,
ResponderEliminartodas y más. Sólo falta alguien que quiera escuchar.
Un saludo
Gracias, André. Es de lo más bonito que me han dicho nunca. Reconozco que imaginación no me falta, pero de ahí a darle vida al paisaje...
ResponderEliminarMil gracias.
Abrazos hoy más fuertes si cabe.
Mar,
ResponderEliminartocaba metro y lo que cuento es todo real. jaja!, pero no te preocupes que en el tren hubiera pasado lo mismo.
Abrazos
Amelche,
ResponderEliminarfueron varios viajes y a cada cual le hice su radiografía. Esto es un pequeño resumen de lo que pudo ser...
besos
Tracy,
ResponderEliminarEstoy completamente de acuerdo contigo.
Un abrazo
¿Sabes Monstse?
ResponderEliminarNunca se me hubiera ocurrido hacer lo que has hecho tú. La gente es peculiar, pero tu has captado cada detalle y has hecho un texto super divertido. Qué imaginación.
Casi podría decir que he viajado contigo. Oye, la foto del hombre durmiendo la hiciste tu?
jaja
Besos
Teresa
Gracias, Syl.
ResponderEliminarEs algo que hago de siempre, lo de observar, claro, lo de viajar en metro, ahora viviendo en donde vivo... No lo tengo fácil.
Un abrazo
Lo es Mercedes. Lo ha sido siempre. Tú que vives en Madrid, puedes probarlo. Es increíblemente divertido. Se te hacen cortos los viajes.
ResponderEliminarUn abrazo
Teresa,
ResponderEliminarmil gracias. No tiene mérito, es algo que hago sin pensarlo y sin pretenderlo. Y la foto, SI, jaja ES MÍA. Lo tenía sentado enfrente. Nosotros nos bajamos y él siguió sobando tan feliz.
Besos
Observar y escribir lo observado es un divertimento literario que puede ser muy revelador. Tan solo unas pinceladas de esos "personajes" dicen mucho de sus vidas (y lo que no dicen lo suple nuestra imaginación)
ResponderEliminarMe ha encatado, Montse. Tendrás que viajar mucho más en Metro, jeje
Lo curioso es que si obervas y vuelves los mismos días a las mismas horas, están las mismas gentes haciendo las mismas cosas. Somos animales de rutina :) abrazossss
ResponderEliminarCuantas historias de vidas anónimas inspiran los pasajeros del metro. Me encantó.
ResponderEliminarBesos.
Estoy de acuerdo contigo: el metro, el tren..., en general los sitios donde la gente está "de paso" suelen ser todo un crisol de gestos, historias por descubrir... de lo más interesante.
ResponderEliminarBesos. ;)
Juanra, pues no te creas, en sus tiempos lo hacía ( estudié en Madrid) y de siempre recuerdo esta afición. Hubo muchos más intentos de construir, pero como yo soy de "BREVES" y no es indirecta, quedaron en el tintero ( teclado)
ResponderEliminar;)
Besos
Alfonso,
ResponderEliminareso ya no puedo comprobarlo. "Tarde", como decía el conejito blanco de Alicia: "se me hace tarde"
En Almería no hay metro, que si no...
Saludos
Gracias Josefa, por tu visita y tu comentario. Celebro que lo hayas disfrutado.
ResponderEliminarUn saludo
Por una vez, Carlos, tú y yo estamos de acuerdo, y mira que es difícil. jaja
ResponderEliminarCreo que disfrutarías con ese ejercicio de observación.
¿Me equivoco?
Abrazos
Por eso escribis tan bien
ResponderEliminarPorque escribis lo que observás
Un beso bella escritora
No hay como un tren o un autobús para ver la diversidad de gentes que hay por el mundo. Buen lugar para observar y bien descrito lo observado
ResponderEliminarGracias, Mucha,
ResponderEliminarme miras con demasiado buenos ojos.
Un abrazo en la distancia.
Releante,
ResponderEliminarLo bueno del metro es que ves a la gente de frente y sus caras y sus gestos también hablan.
Un abrazo
me he sentido identificado con lo que escribes, y es que a mi me ocurre lo mismo. Ultimamente, los sábados por la mañana cojo el autobús, y observo a la gente, parece como que contemple sus vidas. En unos momentos se puede formar una gran escena formada por varias pequeñas escenas. Creo que me comprendes. Un fuerte abrazo y feliz fin de semana amiga.
ResponderEliminarEs el correr de la vida, lo cotidiano, cada cual en su mundo... saludos amiga, Rodisi
ResponderEliminarA mí también me encanta observar a la gente, cuando voy en autobús, en tren, o cuando iba hace años en el metro a trabajar, es increíble, como vuela nuestra imaginación con cada mirada, con cada situación, con cada persona que pasa por tu lado.
ResponderEliminarUn beso.
Es cierto, disparador de historias :)
ResponderEliminarBesos amigamia
ES BONITO , AMIGAMIA, OBSERVAR LAS GENTES DESDE EL VAGON DE UN TREN , YO RECUERDO AQUELLOS VIAJES A MADRID EN LOS AÑOS 50, CON MI MADRE ¡ ERAN MARAVILLOSOS, LO MISMO TE ENCONTRABAS UN GALLINERO ARRIBA O UNA FAMILIA COMIENDOSE LA TORTILLA ,O DISCUTIENDO CON EL REVISOR POR QUE NO APARECIAN LOS BILLETES. AQUELLO ERA UNA GOZADA
ResponderEliminarCOMO LAS PELICULAS DE PACO MARTINEZ SORIA...
UN ABRAZO CONCHITA
Supongo que el metro combina lo mejor del tren y del bus... en cuanto a su carácter dieselpunk y efímero a un tiempo.
ResponderEliminarAbrazotes.
Pepe, sus gestos, su forma de vestir, o incluso sus conversaciones, dicen mucho de ellos.
ResponderEliminarUn abrazo
Cierto, Rodisi.
ResponderEliminarParece que no pero cada uno vive en su propia burbuja, aunque transparente, cerrada...
Un abrazo
María, la gente es una fuente inagotable de historias que crear, imaginar o incluso escribir.
ResponderEliminarbesos
Cierto, Gaby.
ResponderEliminarPero eso sí. Hay que tener imaginación.
Un abrazo
Es verdad Conchita. Hay historias de tantos tipos como sus protagonistas. Imaginar es crear.
ResponderEliminarAbrazos
Borja,
ResponderEliminarbienvenido.
Sí, es tan variopinto como inspirador. La lista de caracteres típicos y atípicos es inagotable.
Un saludo