Cuando era un niño esa vieja escalera de piedra le daba
pavor. El recorrer sus peldaños tan desiguales, cubiertos de hierbas y llenos de huecos por el paso del
tiempo, se convertía en toda una aventura; y no podía dejar de sonreír recordando la
seguridad que sentía al subir o bajar de
la mano de papá.
-Cuidado hijo, dame la mano, que te puedes caer…
Ensimismado en estos
pensamientos no se dio cuenta de que el bastón con el que se ayudaba hoy su
padre para andar, se había introducido en una de las oquedades del siguiente
escalón lo que le supuso una pérdida de equilibrio para el anciano y un pequeño
susto para padre e hijo.
-Cuidado papá, agarra mi mano que te puedes caer...
Maravilloso ¡Tan corto y encierra tan maravillosos sentimientos!
ResponderEliminar¡Felicidades!
Besos
André
Todos pasaremos por ahí.
ResponderEliminarEn el mejor de los casos.
Besos.
La vida y sus tiempos... cariño se paga con cariño y ayuda con ayuda...
ResponderEliminarCuando era pequeño leí en una enciclopedia de esas que antes se utilizaban en las escuelas (hace mucho de esto) una poesía que relataba la historia de la vida, cómo de niño alguien jugaba a cabalgar con el bastón de su abuelo y cómo lo recordaba cuando de viejo se apoyaba en él para poder caminar... y creo que hacía una reflexión de no menospreciar a la gente anciana pues todos tendremos que pasar por ahí, como dice Toro, en el mejor de los casos... tu relato me lo trajo a la memoria...
Me enrollé...
Besos.
Gracias André. La imagen lo inspiró. La fotografía está tomada en un lugar en el que seguro muchos pies han bajado y subido en distintas generaciones.
ResponderEliminarUn abrazo
Toro,
ResponderEliminarCierto, amigo. Esperemos que así sea...
Un abrazo
Precioso, Impersonem. Me alegro de que lo hayas recordado. De este modo lo has compartido. La vida es así, y nada ni nadie la va a cambiar. Como dice Mafalda debería ser al revés. Empezar con la vejez y acabar con la vuelta al útero.
ResponderEliminarUN ABRAZO
Montse, es precioso. Es de los textos que a todos nos llega dentro y nos hace reflexionar. Me encanta.
ResponderEliminarUn beso
Teresa
Teresa, es la vida, y como nos toca a todos, todos pensamos sobre ello y nos llama la atención.
ResponderEliminarGracias
Un abrazo
De casualidad he llegado a tu espacio, pero ha valido la pena.
ResponderEliminarEstoy convencida de que esta vida es una rueda, pero gracias tenemos que dar a Dios por tener al lado esa mano en la que poder apoyarnos.
Te dejo cariños en el corazón.
Kasioles
El paso de los años nos devuelve a situaciones ya vividas, los mismos actores y la ayuda cambia de manos.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho Montse.
Un abrazo,
Que lejano vemos ese traspie cuando somos jóvenes t que poco pensamos que algún día nos tocará.
ResponderEliminarEs muy bonito tu micro, tan escueto y con tanto como dice. Felicidades.
Besicos muchos.
Así es, a veces agarra y sostiene uno,el padre, otras veces le toca al hijo, es la ley de la vida que se renueva en cada generación...
ResponderEliminarBesos
Así se escribe la historia. Muy tierna y verdadera. Abrazos
ResponderEliminarKasioles,
ResponderEliminarpues te doy la bienvenida, y la admiración es mutua. Me he acercado a tu blog y he descubierto tu faceta familiar y la culinaria. Me gustan las dos, amiga. Volveré
Un abrazo
Saudades,
ResponderEliminarsí, todo vuelve, pero en este caso los papeles se han cambiado. Gracias, amigo. Ya sabes que mi melancolía me puede.
Un abrazo
Nani,
ResponderEliminarmil gracias. Sí, ya sabes que me gusta escribir "comprimido", dejar espacio a la imaginación del lector, y como en este caso dar un toque de atención hacia nuestros mayores.
¿Lo conseguí?
Un abrazo
María,
ResponderEliminarsimplemente es un toque de atención para que no nos olvidemos.
Un abrazo.
Gracias, Ligia. Celebro que te haya gustado
ResponderEliminarUn abrazo
¡Hermoso! Me ha encantado, Amig@mí@
ResponderEliminarUn abrazo.
Cortito pero denso Montse, Y muy bien introducido!
ResponderEliminarbesos y abrazos!
La vida es un ciclo, cada momento puede ser nuevo para nosotros pero no deja de ser una repetición de algo que ya pasó.
ResponderEliminarHermosa y tierna historia contada en apenas unas líneas ¡preciosa!
Un beso, guapa.
Yo también me he quedado a tu lado.
ResponderEliminar¡Feliz día de San Valentín!
Cariños.
Kasioles
Salamandrágora,
ResponderEliminargracias, amiga. Me alegro de que te haya gustado
Un abrazo
José,
ResponderEliminarGracias
qué bueno que tú, todo un experto, me digas que te gusta. Me encantan los micros.
Un abrazo
Montse,
ResponderEliminarmuchas gracias. La verdad es que se nos olvida que todo pasa y todo queda. La rueda gira y todo vuelve a comenzar.
Un abrazo
Gracias, Kasioles.
ResponderEliminarAyer estuve navegando por tu pequeño mar y me encantó lo que vi.
Un abrazo
Precioso Montse, cómo pasa la vida y cambia todo ¿verdad?, a veces da un poco de penita. Un beso y buen finde amiga.
ResponderEliminarLa escalera de la vida.
ResponderEliminarSi, Pepe, todo pasa sin que nos demos cuenta y lo que nos llevemos serán momentos como este.
ResponderEliminarUn abrazo
Amelche,
ResponderEliminarme gusta tu comentario. Voy a cambiar el nombre a la entrada.
¡Gracias!
ResponderEliminarMe has recordado la vieja escalera de casa de la abuela… alta, muy alta e inclinada, larga, muy larga… parecía una plataforma de despegue de aquellos viejos y desfasados cohetes de ciencia ficción de los setenta…
Hace meses, volví a despegar bajando los escalones a todo trapo como cuando niño…
Bajo mi punto de vista acabas de retratar el sentido de la vida. Primero: nos ayudan a caminar, después caminamos juntos, y luego ayudamos a quien nos ayudó. Romper esa cadena es traicionar una Ley de Vida.
ResponderEliminarPrecioso Montse, y me alegra un montón que te haya gustado mi locución. Creo que me preguntabas por cuestiones técnicas, y te sugería que si me escribías un mail, te contaba cómo lo hago yo. :)
Un besazo.
Rafa,
ResponderEliminarcreo que todos guardamos en nuestra mente alguna escalera que en nuestra niñez nos marcó. Buen tema para un nuevo post. Siempre tenemos que guardar algo del niño que fuimos.
Un abrazo
Gracias, Laura. Pienso que la vida, al menos debería ser así. Hoy por ti, mañana por mi.
ResponderEliminarSí, creo que es mejor escribirte para tratar cuestiones técnicas. A ver si saco un ratillo tranquilo.
Un abrazo, amiga
¡Ay, ay, ay...! que ya me encuentro más cerca del último párrafo que del primero, jajajaja...
ResponderEliminarMuy bonita reflexión Montse.
Un beso. ;)
Noo, Carlos.
ResponderEliminarTú estás en el intermedio. Ahora ayudarás a tu nietecita y vivirás experiencias preciosas con ella.
Un abrazo