Costalero sudando tu sangre, tirado en el suelo
debajo del paso y encima, tu carga.
Pequeño descanso, parada certera,
duro camino de saeta y… llanto.
Pides a gritos un trago de agua.
Alguien se acerca y
te pasan la vida; te mojas la cara.
Refrescas el alma...
A la par deseas cargar con tu cruz
lo antes posible,
y seguir el camino,
hasta el alba...
Cuerpo dolorido y alma apenada.
Sensaciones de penas y alegrías mezcladas.
Piña bajo el palio, sudor, fuerza y lágrimas.
Todos hoy sois uno y… ¿mañana?
Tambores de nuevo, música de marcha.
Todo preparado, otra vez la calma.
Velas encendidas, voces acalladas...
¡Vamos!, ¡Valientes!,
¡Alzadla!
...
Costalero sudando tu sangre,
¿carga ya tu carga!,
¡De vuelta a carrera!
¡A dar la cara!
La imagen arriba y, bajo las andas,
Ya de nuevo…
¡Todos bailan!
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Reeditada con algunas modificaciones.
Basada en hechos totalmente reales.
Precioso poema que hace homenaje al sudor del costalero. Buena entrada para estas fechas, que espero que disfrutes allá donde estés.
ResponderEliminarUn abrazo Montse.
beautiful blog kisses
ResponderEliminarEs otra forma de ser los pies del señor...
ResponderEliminarSaludos.
Laura,
ResponderEliminarestoy en casa. Diría tranquilamente, pero mentiría... Jaja, ya se sabe, viviendo al lado del mar, las visitas se multiplican en las vacaciones. Sin tiempo de más, por eso re-edito.
Un besazo
Thank you, Charles. Welcome to my place.
ResponderEliminarkisses
Precioso comentario, Antonio. Es de lo mejor que he oído en mucho tiempo. GRACIAS.
ResponderEliminarUn abrazo
Un bello homenaje
ResponderEliminaral costalero,
sangre, sudor y lágrimas.
Que tengas un feliz
Domingo de Pascua Montse.
Un beso
Gracias Marisa,
ResponderEliminarCreo que lo merecen.
Un abrazo
Muy lindo tu poema
ResponderEliminarun beso
Gracias Mucha,
ResponderEliminarun abrazo
Montse,
ResponderEliminares un poema precioso. No lo conocía. Me encanta. Es la pura realidad
Besos y felices pascuas
Teresa
Es un precioso y emotivo poema ¡me ha encantado!
ResponderEliminarUn beso grande.
Es una forma de vivir la fe cristiana... supongo. Tú les has hecho un hermoso poema que describe su quehacer... resaltando su esfuerzo.
ResponderEliminarBesos.
Cuantas columnas vertebrales castigadas para nada...
ResponderEliminarSaludos.
Tambores, música y velas encendidas desde tus versos, muy bello poema homenaje a los costaleros que sudan, Montse.
ResponderEliminarNo, no conozco "La tesis de Nancy" ¿por qué me lo preguntas? ¿de qué trata?
Un beso.
Debe de ser difícil estar ahí bajo sin ver nada, sudando...
ResponderEliminar"La tesis de Nancy..." la leí hace mucho tiempo, cuando era adolescente. No la he vuelto a leer.
Un abrazo.
appreciate your blog kisses
ResponderEliminarTeresa, Gracias, amiga. La verdad es que creo que son entre los protagonistas de la Semana Santa, a los que más admiro.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, Montse.
ResponderEliminarUn abrazo ya un poco tardío, pero el tiempo no da para más...
Un abrazo
Impersonem, como he escrito más arriba los adimiro. Son los que más sinceramente se dan a algo en lo que creen, por que su esfuerzo es REAL.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo
Toro,
ResponderEliminarSi para ellos sirve de algo, el esfuerzo no resultó en vano. Yo al menos así lo creo.
Un abrazo
Gracias, María.
ResponderEliminarEs una escena que siempre me impresionó. Tienen toda mi admiración.
Te escribo sobre la Tesis.
Un abrazo
Ana,
ResponderEliminarpara mí tienen el papel más difícil de la Semana Santa. Son de admirar.
Yo lo he leído un par de veces. Me parece GENIAL.
Un abrazo
Thank you, Albert
ResponderEliminarHugs
Muy bonito y emotivo, Montse. Estimo que el dolor del costalero es agridulce si le mueve una pasión sincera, lo que no evita el sufrimiento que se tiene que sentir bajo las andas. Leer tu poema le ayudará seguro.
ResponderEliminarBesos. ;)
Qué preciosidad Montse, no hace falta que te diga lo que me gusta ¿no? Bufff... llevo los pelos de punta. Un beso enorme amiga.
ResponderEliminarEs antiguo, Carlos. Seguro que tú ya lo viste algún otro año. Esta Semana Santa he disfrutado poco de procesiones y demás por lo que no pude inspirarme. El poema surgió un año que en primera fila vi lo que en verdad es ser costalero y aquello me caló, hondo, muy hondo... Por eso quiero empaparme de tus fotografías. Seguro que en alguna, Nora, mi musa, me dicta.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo
Pepe,
ResponderEliminareste año no he tenido la suerte de disfrutar de un ambiente muy de Semana Santa y quizás con este poema, que es incluso más profundo de lo que puedas imaginar, he suplido la falta de tanto sentimiento como me despiertan las procesiones y demás protagonistas de estos días que han sido atípicos para mi.
Un abrazo
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