Diluida en la espera
de un mañana que quizás no llegue.
Engañando al tiempo.
Llora…
Mimética entre las sombras,
en busca de una candela
que de algo de luz a la espera…
Reza…
Cierra sus brazos
intentando atrapar el momento.
¡Qué no escape la ilusión!
¡No!
Describiendo círculos
alrededor de la meta
se acerca más en cada vuelta.
Está sola…
Le ruega al cielo
que premie su esperanza.
Mañana será tarde.
Ahora…
Sólo era un niño...
Cuando te escribí estas palabras, él aun vivía.
Hoy ya no está.
Alguien dijo que el dolor más grande es el que se siente al perder un hijo... Y debe ser cierto.
Amiga, sólo puedo darte mi abrazo.
Uno de los porqué de este verano tan...
ResponderEliminarAbrazos
Hermoso homenaje ,pero para una pérdida tal en tan grande el desconsuelo ...por más que es bello tu poema.
ResponderEliminarUn abrazo
André, ella intenta seguir viviendo, pero la pena la ahoga.
ResponderEliminarGracias.
Abrazos
¡Qué triste, Amig@!
ResponderEliminarLa vida nos golpea, a veces, con dureza.
Un biquiño y un abrazo grande.
¿Sabes lo que pasa, Montse? Que no hay tiritas para las almas rotas. Qué te voy a contar yo.
ResponderEliminarEs muy dificil salir adelante, ni el tiempo sirve de consuelo, es como si te robaran parte de tu cuerpo y tu alma, esa parte que tanto mimaste y tanto amas.
ResponderEliminarYo he perdido a los que me precedieron, pero esta otra perdida debe ser horrible.
Un abrazo cálido para ese ser y otro para ti.
Salamandrágora,
ResponderEliminarson verdaderos mazazos difíciles de ignorar. Ella lo intenta, pero le es tan difícil seguir viviendo...
Un besote
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Sí Alfonso, sé que tú lo entiendes. Cuando me fui de vacaciones aún vivía, cuando volví ya lo habían enterrado.
...
Saludos
lo siento mucho Montse...no puedo ni imaginarme lo que estará pasando esta madre...una pérdida insustituible...
ResponderEliminarpreciosas las palabras que le dedicas
Un gran abrazo para las dos!!!
Sauda, lo has descrito tan bien que no se necesitan más palabras. Ayer hablé con ella. Me comenta que por más que lo intenta, no puede olvidar.
ResponderEliminarGracias
Un abrazo
Gracias Anakonda,
ResponderEliminarYo que la he visto, te puedo decir que se ha reducido. Toda ella es dolor y te gustaría hacer más, pero no puedes. Es ella la que tiene que reaccionar.
Un abrazo
Creo que no puede haber un dolor más grande que enterrar a un hijo..resulta contranatura y por mucho que nos duela como a ti ahora, solo quien lo pierde puede sabe lo que sabe....morir o tratar de vivir con esa ausencia.
ResponderEliminarLo lamento de veras. No creí que uan cosa tan grave fuera una de tus bajadas..
Un enorme y cálido abrazo
Oteaba,
ResponderEliminares algo que no se llega a asimilar. Y más cuando se trata de un niño que ha sufrido tanto como sufrió él. Cuando me enteré estaba al otro lado del mundo, no pude acompañarles, ni darle a mi amiga ese abrazo que quería darle...
Eso y que mi salud no es ahora mismo muy buena me han hecho pasar un verano bastante "off"
Gracias, amiga
besos
Es importante estar aunque no se sepa que decir. Besos
ResponderEliminarPara esa gran pérdida
ResponderEliminares difícil hallar consuelo,
solamente acompañar en la pena.
Un abrazo con todo mi cariño.
Cuando hay verdadera amistad, sobran las palabras, Pilar.
ResponderEliminarUn besote
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Marisa,
te asrguro que su pena me ha acompañado durante todo el verano. Lo malo es no poder hacer más.
Besos
No puede haber dolor más grande.
ResponderEliminarQue pena.
Besos.
Sí, Toro. Más que pena...
ResponderEliminarbesos
Conozco casos muy cercanos a mí, por eso comprendo, aunque la defivitiva verdad es que cada uno de nosotros está solo ante su dolor.
ResponderEliminarLeo que has pasado un verano algo regularcillo, y lo siento. Espero que te vayas sintiendo mejor.
Un besico
Rosa, sí, yo también creo que se puede acompañar en el dolor, pero nunca compartirlo. Le pido a Dios que le dé fuerzas.
ResponderEliminar¿Mi verano? Deseando que acabe y que esa mejoría llegue con mi esperado otoño.
Un besazo.
Cuanto sentimiento desprende este poema.
ResponderEliminarEnorme tristeza la pérdida de un hijo,
Un abrazo
Buenas tardes, leo el poema y leo también que estás así... así... y me entristece. He llegado de vacaciones y te doy muchísimo ánimo de todo corazón. Un fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea.
ResponderEliminarhttp://tertuliacofradecruzarborea.blogspot.com/
Gracias Pilar por tus palabras.
ResponderEliminarUn abrazo
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Pepe,
me acordé de tí cuando elegí la foto de esa "otra madre" que perdió a su hijo y llora de pena.
Me alegro de que nos veamos de nuevo por aquí.
gracias por tus palabras
Abrazos
Madre mía, no sé qué decir. Sólo espero que tenga mucho apoyo por parte de todos los que la rodeáis, porque contra eso ya no se puede hacer nada, sólo salir adelante y a eso si se puede ayudar.
ResponderEliminarUn beso.
Un poema terrible y hermoso.
ResponderEliminarSiempre he pensado que lo peor que le puede pasar a un madre es perder a su hijo ¡Debe ser terrible!
Un abrazo
Que dolor tan grande amiga.. me he quedo con el sentimiento lleno escombros en mi alma..
ResponderEliminarUn poema muy sentido..
Ausente pero pendiente cuando puedo, para leerte...
Un abrazo
Saludos fraternos...
C.O.
ResponderEliminarTienes razón, lo único que podemos hacer es darle apoyo y por supuesto todo el cariño que podamos.
Un abrazo
Mercedes,
ResponderEliminarOtro factor más para empañar mi espejo en este verano ya de por sí apagado...
El dolor más grande, sin lugar a dudas.
Abrazos
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Adolfo,
Esos escombros los compartimos, amigo. Yo intendo barrerlos, retirarlos de algún modo de mi pensamiento, pero siempre quedan restos.
Yo también he estado ausente. Me alegro de tu visita.
Abrazos
Montse, me has dejado de piedra. Imagino como estarás. Esas cosas cuando son tan cercanas duelen más. Te envío mi ánimo, y por supuesto a la madre un todas mis condolencias. Pobrecilla, lo que debe estar pasando.
ResponderEliminarUn beso, Montse
Teresa
Teresa, mil gracias. Sé que lo dices de corazón y lo sientes y tu corazón.
ResponderEliminarUn beso para tí también.
Que triste lo que le sucedio a tu amiga, dice la gente que quedas mutilada.
ResponderEliminarUn abrazo
Genoveva
Genoveva, has dado en el clavo. Es una verdadera mutilación. Me encantó tu definición. Es lo más cercano a la expresión de dolor que ella siente hoy.
ResponderEliminarBesos
No sé que me trajo hasta aquí hoy, hacía tanto tiempo que no lo hacía.
ResponderEliminarLeo tus letras y me sobrecoge el dolor, ese dolor que queda clavado para siempre, me tocó muy de cerca, demasiado cerca...
Once de la noche de un sábado, una voz varonil quebrantada y 90 millas de distancia:
Mami, se me muere mi hermana y no sé qué hacer...
Silencio
Quién puede pedirle a una madre que no viole leyes y vaya al encuentro de su hija, nadie, nadie, y la abracé y la sostuve, cuando su bebito después de 10 días luchando por la vida, fallece, y me pide le de la ropita que le mandé para sacarlo del hospital y que tenía grabado: Que Dios me bendiga, apenas podía tenerse en pie, había perdido la visión de un ojo, se le inflamó el hígado, páncreas, un paro renal...
No pudo salir del hospital a velar a su bebé, no lo pudo enterrar, en el hospital quedamos solamente ella y yo, como compañía Dios, a tanto dolor, cuando mi alma se rompía al decirme:
Mamita, que lo pongan lindo y al enterrarlo le lean el Salmo:
El señor es mi pastor, nada me faltará...
Diagnóstico de mi hija: ECLAMPSIA
Sobrevivió...
Dos meses en Cuba, desafiando restricciones, a su lado.
Días antes de mi regreso, le tomé sus manos y le dije:
Hija, vamos al hospital materno y haremos donación de toda la canastilla, demos felicidad a otros padres que no tienen la posibilidad de poder vestir a sus hijitos, y así lo hicimos.
Bryan, está en nuestros corazones por siempre y en esos padres que sonrientes y agradecidos nos abrazaron.
Hoy mi hija está a mi lado, llegó un nuevo bebé a quien abracé muy fuerte, miré a mi hija al contemplarlo y sin palabras sentí que en su llanto, escuchaba otro llanto lejano, que nunca olvidará.
Perdona lo extenso del comentario, pero no pude evitarlo Montse.
Para ti y para esos padres un fuerte abrazo hermanado.
Alborada,
ResponderEliminargracias por tu testimonio. Imagino que entre lágrimas recordaste todo esto y fuiste muy valiente al compartirlo. Me alegro de que tu hija se salvara y que hoy goce de otro hijo que aunque nunca llegará a llenar el hueco dejado por el que se fue, sí la llenará de alegrías.
El hijo de mi amiga ha muerto con 16 años después de una dura enfermedad.
Un abrazo y aqui tienes una nueva amiga.