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domingo, 27 de junio de 2010

Mi lista de deseos



A veces, siento que necesito…

Al viento,
Como el barco de vela
Para seguir navegando.

Necesito calor,
Como cosecha de verano,
Y que germine el grano.

Las palabras en la hoja
Que del libro arranco.
Porque me ha hecho daño…

Las alas del ángel
Que sin rumbo fijo,
Vuela libre en lo alto.

La frescura del árbol,
Que da buena sombra
A quien descansa debajo…

Abrazos de amor,
Como un niño pequeño,
Que tiende su mano…


A veces me asusto.
De que ansíe tanto…
¿Pido demasiado?
Poco a poco,
Paso a paso…
Lo voy encontrando.



miércoles, 23 de junio de 2010

Noche de Brujas


Es medianoche.

Camino sobre la fría arena de la playa.
La noche se ilumina salpicada de fuegos fatuos y hogueras mágicas que, dicen, ahuyentarán a las brujas, hiriendo las sombras que danzan frenéticas al compás de las llamas.
La gente ríe a carcajadas, canta…

Cuentan que con alegría, los maléficos conjuros, no alcanzarán sus almas…
Hay un grupo allí delante cuyo fuego es más vivo, sus gritos más altos y sus risas más fuertes.
Tomo asiento entre ellos y me invitan a compartir su vino, su comida, su alegría y sus cantos, dentro de un ambiente tan eufórico que, cuando me levanto y los abandono, nadie se percata.
Sigo mi paseo entre los demás grupos sin ningún temor. Me alejo poco a poco, segura de mí misma, a sabiendas de que mis maleficios surtirán efecto, a pesar de sus fuegos, a pesar de sus risas, a pesar de ser yo, una de las brujas a las que pretenden ahuyentar…

Antes del alba.

-Microrrelato seleccionado para su publicación por Editorial Hipalage-

domingo, 20 de junio de 2010

Mi particular versión del cuento de El Patito Feo


Últimamente formo parte de mi particular versión del cuento del Patito Feo, en el que “la patita” en este caso soy yo. Sí, me veo fea, gorda, con incipientes arrugas, y nada de la ropa que me pongo me queda bien.
¿Depresión?
No creo.
Son etapas que todos pasamos, o eso espero.
Ayer tuve una boda en Granada. Mi adorada Granada. Y junto con la satisfacción de volver a pisar esta tierra que adoro, llevaba la de haber rescatado de mi fondo de armario un vestido que llevé en otra boda hace la friolera de 14 años.
Lo corté (era largo), le di un toque de “glamour” con un volantito en una “traviesa raja” en misión de “recato” y lo completé con zapatos y bolso nuevos.
Acerté de lleno.


De repente me había convertido en un bello cisne. Me encontraba a gusto conmigo misma y pronto los halagos de los demás, acabarían por hacérmelo creer.
Hoy la misma novia me dijo que mi cara irradiaba felicidad.
Nunca pensé que la autoestima pudiera ser tan importante.

Voy a revisar el resto del fondo del armario y a arreglar más de una cosa. Os aseguro que la satisfacción de sentirte “bien” hace que los demás lo perciban y ellos también te encuentren “bien”
Espero que mi experiencia ayude a más de un@ y por eso la comparto.


sábado, 12 de junio de 2010

La poción mágica


Cómo me gustaría poder atrapar el momento en el que algo se torna mágico.
A veces lo intento, pero me he convencido de que no existen segundas partes…

¿Una misma cosa, vivida distinto, pierde su encanto?
¿De qué depende?

Si cambia el lugar, ¿Cambian los sentimientos?
Si cambia la compañía, ¿Cambia la percepción?
Si cambia el entorno, ¿Se esfuma esa magia?

“Abra cadabra, pata de cabra.
Pelos de gato, ojos de gusano.
Semillas de trébol, flor de verano,
Patas de gallo, rabo de marrano.”

Si cambian los ingredientes, está claro, el encantamiento, no funciona …

miércoles, 9 de junio de 2010

Los Pitufos



Imaginad por unos momentos una habitación de una residencia universitaria de chicas.
Pensad en lo que hay colgado en el panel de corcho:
Posters de actores, fotos de novios o de amigos y amigas, quizás alguna poesía, medallas deportivas, horarios de clases…
Mi corcho era diferente.
Con deciros que mi habitación era conocida como “La habitación de los pitufos”, ya os lo digo todo.

No sé a qué edad comencé a pintarlos, 15 o 16 años quizás... Rotuladores, una pluma negra y lápices de colores fueron los culpables.
Compré un paquete de fichas de oficina y poco a poco fui haciendo una colección bastante aceptable.
El otro día, ordenando unos cajones, aparecieron unas cuantas.
Regalé muchas; otras no me gustaban y las tiré, pero estas que aún guardo, quise compartirlas con vosotros, como un retazo más de mi vida.






sábado, 5 de junio de 2010

Desubicado

Imagen robada ( con permiso ) a Carlos Velayos ( Mirando por el objetivo)

Un día como tantos otros comenté en su blog.
Me sugirió que publicara el comentario, pero me olvidé totalmente, hasta que hoy, colocando carpetas en mi peculiar desorden, en el que se camufla mi orden, lo encontré, preparado para subir como entrada, esperando pacientemente ...


Desubicado, pero no por ello perdido.

Sueña con volver a romper las olas y a sentir como agita Eolo sus velas, a navegar aunque sea sin rumbo, aún sin patrón...

Incluso en sus sueños, sueña con volver al mar...
Y se ha dado cuenta de que no es tan malo eso de SOÑAR.

miércoles, 2 de junio de 2010

Pedazos de amistad II


En un comentario a mi post anterior, noté ciertas dudas por parte de quien lo escribía, en torno a las relaciónes: sentimientos-amigos-emails-HUMANIDAD.

Creer en que podemos "tener amigos" desde distintos puntos de vista, es cosa de cada uno y de su experiencia personal. Por supuesto respeto sus argumentos, pero mi respuesta creo que dice mucho de mí y por eso la copio aquí.

El comentario que la empujó está en donde lo pusieron, en la entrada anterior.

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Querida amiga,

el hecho de recibir este precioso canto a la amistad, con dedicatoria ya es un punto a favor del que lo mandó. No vino en cadena, sino acompañado de palabras exclusivas para mi.

No salió de un pc, sino del corazón del que pensó en mí como destinatario, siendo un impulso el motivo y, el PC el medio del que se valió para hacerlo. Yo ni siquiera lo envié como correo, sino que lo guardé a buen recaudo en este rinconcito en el que tengo tantos tesoros, mi Mosaico, para dedicarselo de alguna manera a mis AMIGOS del Blog, con los que he compartido muchos ratos, quizás sólo virtuales, pero tan intensos, como los reales.

A veces, eso sí, sólo a veces.

Algunos, eso sí, sólo algunos...

Nunca podremos generalizar, porque a unos nos gusta el azul, pero
otros preferimos el verde o el amarillo. Es ley de vida que tengamos nuestras diferencias, si no viviríamos completamente alienados.

A mí una cosa como esta me conmueve, y me hace pensar en que soy afortunada.

Si, los amigos a menudo nos fallan, se alejan y se pierden, pero surgen otros que rellenan perfectamente el hueco que los que se fueron dejaron... Y te lo dice alguien que ha vivido en muchos sitios, dejando raíces en cada uno, que por falta de cuidados, acaban muriendo.

Yo aún creo en la amistad.