Abrazos que no son abrazos...

María Jesús, con su entrada de hoy, “Los Ritmos de la Vida” me ha hecho pensar…
Ella concluía su post con la frase:
“Una palabra de ánimo puede hacer milagros”
A lo que yo le comenté que le sobraban dos palabras, “de” y “ánimo”, puesto que una palabra, por sí misma, puede hacer los mismos milagros…
Y fui más allá…
Y le di vueltas y más vueltas…
Creo que encontré la clave.
No es la palabra, la que nos hace sentirnos mejor, es la persona que está detrás de esa palabra. Somos humanos, por tanto nos necesitamos los unos a los otros; no nos gusta sentirnos solos.
En esos momentos de bajón, el simple hecho de que alguien nos hable, nos da la vida.
Lo que nos hace sentirnos bien es el saber que otr@ piensa en nosotros en ese momento. Aún estando lejos, como era su caso, pues recibió las palabras en un mensaje de móvil, el hecho de saber que en ese mismo instante, alguien la tenía en mente y se preocupaba por ella, le levantó la moral.
Son abrazos qué sin existir, existen; aunque no se vean, aunque no se noten… Pero se sienten y confortan.

Perdonad, me dejé llevar…