Cae la tarde y Manuel vuelve a casa. Un poco más atrás le sigue la Mari, intentando mantener el ritmo.
-¡Vamos Mari! ¡Ánimo, qué ya queda poco!
La Mari contesta con una especie de suspiro que Manuel achaca al cansancio.-Se está haciendo vieja-, dice para sí. El día fue duro y el sol apretó demasiado, menos mal que esta mañana ambos se protegieron con sombreros de paja…
-Ahora, cuando lleguemos, ella se tumbará como hace siempre, le prepararé la cena y cenaré yo. Después, un rato de tele y a la cama, no tardaremos mucho en dormirnos…
Ensimismado con sus propios pensamientos, los mismos de cada día, Manuel y la Mari, llegan a casa.
Abriendo la puerta de la cuadra, da una palmada en el lomo de la mula azuzándola a entrar, cosa que hace sin titubear y, como él esperaba, se tumba sobre el mullido colchón de heno fresco.
Tomando el saco del pienso de un decrépito armario le sirve su ración, le quita el sombrero y se despide hasta mañana:
-¡Buenas noche, Mari, qué descanses!
Cuando abandona la cuadra, la luna ya asoma en el horizonte...
-¡Vamos Mari! ¡Ánimo, qué ya queda poco!
La Mari contesta con una especie de suspiro que Manuel achaca al cansancio.-Se está haciendo vieja-, dice para sí. El día fue duro y el sol apretó demasiado, menos mal que esta mañana ambos se protegieron con sombreros de paja…
-Ahora, cuando lleguemos, ella se tumbará como hace siempre, le prepararé la cena y cenaré yo. Después, un rato de tele y a la cama, no tardaremos mucho en dormirnos…
Ensimismado con sus propios pensamientos, los mismos de cada día, Manuel y la Mari, llegan a casa.
Abriendo la puerta de la cuadra, da una palmada en el lomo de la mula azuzándola a entrar, cosa que hace sin titubear y, como él esperaba, se tumba sobre el mullido colchón de heno fresco.
Tomando el saco del pienso de un decrépito armario le sirve su ración, le quita el sombrero y se despide hasta mañana:
-¡Buenas noche, Mari, qué descanses!
Cuando abandona la cuadra, la luna ya asoma en el horizonte...
LLevo con este relatillo rondandome la cabeza hace 2 días, desde que vi la imagen.
ResponderEliminarHoy tomó forma.
Espero haberos engañado ;)
Un abrazo
PObre Manuel, tan familiarizado con la Mari que la habia convertido en su alma gemela, su confidente para todo. Su mundo era ese, el de la compañía de la mula que ya no daba más de sí. No es algo inhabitual. Legión son los hombres célibes que en nuestros campos se limitan a hablar con lo que tienen al lado, que sumiso les obedece mientras se resignan a su suerte sin hace nada por superarla. Un abrazo
ResponderEliminarSé Fernando que ese mundo existe. Me voy a atrever a recomendarte un libro un poco inusual para tí, pero muy cercano para los que vivimos por aquí, que conocemos la zona y sabemos que es un relato real.
ResponderEliminar"Entre limones" de Chris Stewart
Dejo más explicaciones para un próximo post.
;)
Un abrazo y, mil gracias de nuevo por tus comentarios.
A mí sí me engañaste pensaba, ¿en qué momento entró Mari?. No sabía de la costumbre de estos hombres. Un abrazo
ResponderEliminarEl Drac,
ResponderEliminarJeje,
A falta de otra cosa, la Mari se ha convertido en su familia. Y como dice Fernando, no es ficción.
;)
Un abrazo
Vaya, pues como en las pelis de Hitchcock, nos has tomado el pelo al final, pero es una tierna historia y muy original. Un abrazo.
ResponderEliminarPedro,
ResponderEliminarjaja, me siento orgullosa de tu comparación ;)
Gracias!!
Un abrazo
Lo cotidiano.. la vida siempre compartida.. tan entregados a lo suyo..
ResponderEliminarMuy buen relato..
Me dejaste esa imagen del reposo con la luna.
Un abrazo
Saludos fraternos...
Que tengas una bella semana..
A mí también me has engañado jaja
ResponderEliminarAdemás, me has recordado a mi abuelo cuando tenía una mula, pero a él le hacía la cena su mujer (como sigue haciendo, ahora sin mula). Esta costumbre se va perdiendo, pero algunos siguen con ella aún =)
Un besoo
A me engañaste con la Mari desde luego; al que ha pasado sin leerlo no jajaja
ResponderEliminarUn beso sincero sin remite copiado
...Es que al final hasta hablamos con los animales. Abrazos
ResponderEliminarAdolfo,
ResponderEliminarPequeños retazos de la vida sencilla, pero dura del campo, que aún hoy existe.
Un abrazo tan grande como esa luna.
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Cristina,
En aquella zona pensaba yo, conocí en Freila un abuelo que tenía una mula a la que le hablaba y mimaba sobremanera, pero en este caso, había mujer esperando.
Un besote.
Marian,
ResponderEliminarLo de copiar el mismo comentario es algo que debería estar prihibido.
Es mejor no comentar.
Gracias por volver por aquí.
Un besote
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Ligia,
A veces escuchan más que las personas.
Qué tal se presentó la tormenta perfecta???
Deseo que todo esté bien.
Un abrazo
Lindo post.
ResponderEliminarSi, Montse; ha existido hasta hace muy poquito, especialmente en esta Andalucia nuestra.
Besos.
Me engañaste pues pensé que era su mujer pero...buen relato y triste realidad para muchísima gente cuya familia terminan siendo sus animales.
ResponderEliminarUn biquiño de A.Dulac
Te felicito por este relato tan bonito y si me has engañado, pero en buen sentido ,,,muy bueno
ResponderEliminarUn abrazo cálido
Cornelivs,
ResponderEliminarMe dejaste un poco preocupada.
Espero que hoy esos fantasmas, después de tu velada con ellos sean ya como amigos.
Te puedo asegurar que estas estampas siguen existiendo.
Mira el libro que le recomiendo a Fernando Manero y hazte de él.
Abrazos
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A.Dulac,
Gracias a Dios, esto va desapareciendo poco a poco, pero te aseguro que aún hay gente que vive aislada en la sola compañía de sus animales, y no se sienten mal.
Una forma distinta de ver la vida.
Un abrazo
Raquel,
ResponderEliminarJ. Ignacio,
gracias por vuestras palabras.
Un abrazo
Estás literata, Montse. La escena es rural ya casi de otra época, pues tan desolado está el campo. Aunque aún, aún hay gente ddicada a estas tareas.
ResponderEliminarMe gusta la tranquilidad del campo, pero tampoco podemos vivir sin las grandes urbes, y medianas.
Un beso, disculpa que he entrado poco últimamente, he estado de viaje.
Pues Yuria,
ResponderEliminarpor aquí estas escenas aún se dan.
Y en los pueblos de la parte interior ya ni te cuento. Los ingleses vienen y se quedan a vivir del "agro".
Es increible.
Me alegro de que estés de vuelta.
Besos
Lo intuía pero me despistó
ResponderEliminarlo de sombrero.
Lo contaste tan bien que me
parecía verlos a los dos,
campesino y mula.
Besos
jaja, Marisa,
ResponderEliminarsi tú me dices que está bien contado, es que lo está.
Mi intención era despistar.
Gracias por tus palabras.
Un besote
Como siempre es un palcer pasar por tu espacio. Hasta un lunes por la mañana. jajaja
ResponderEliminarSaludos y un abrazo enorme.
Ehh, muy bueno, Montse. Con esa sorpresa final que me ha impulsado a releerlo.
ResponderEliminarQuién iba a decir que la Mari andaba a cuatro patas...
Un beso
Hiperión,
ResponderEliminarMIl gracias ( un lunes por la noche-estuve de viaje )
abrazos
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Juanra,
Jaja, ¿me quedé contigo entonces?
Un abrazo
Y yo pensando que era su "pobre" mujer.. jajajajaja....
ResponderEliminarGenial Montse!
Un besote!
Hola niña...
ResponderEliminarLa verdad, no me has engañado, algo me decia que no era su mujer, no sabia que era exactamente .. pero, hablabas de sombrero de paja, de volver a casa, cansancio.. etc.
De seguro su mujer estaría en el hogar haciéndole la comida, por lo general en los pueblos, esto es lo que pasa, el hombre se va al campo a trabajar con los animales.
Bueno ya no me enrollo más.. jjaja... Miles de besotes, ha sido precioso..Feliz semana
Jajaja, claro que me has engañado! Y yo pensando, que rico, como se preocupa de su mujer, mientras ella descansa él prepera la cena!
ResponderEliminarUn besote, pillina!
Un precioso relato Montse. captaste la idea del cuadro de forma excelente!
ResponderEliminarUn beso.
jejej, muy bueno, me has recordado a un perro que conocí en el cuartel cuando hice la mili, y que se llamaba Alfonso como yo jaja :)
ResponderEliminarAlma,
ResponderEliminarjaja, me alegro ;)
Tu no eres fácil de engañar...
Un abrazo
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Balo,
lista!!!
Pues sí, la cosa llevaba truco, pero desde el principio quería que la gente lo viera así.
un abrazo
Latris,
ResponderEliminarjeje, un hombre así como que no existe ¿no?
Bueno, miento sí existen, pero no abundan.
Un abrazo
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josef,
Gracias, es preciosa la imagen ¿verdad?
Creo que la pintaré.
;)
Besos
Alfonso,
ResponderEliminarjaja pues yo tuve un albañil en casa que se llamaba Manolo y los vecinos de muro tienen un perro que se llama Manolo.
Imáginate cuando llamaban al perro y "mi Manolo" respondía.
jaja
Era buenísimo
Un abrazo
Pues a mí sí me la diste... aunque algo estaba por detrás como rumiándose... algo que sabía me habría de sorprender. Es importante esa capacidad de dejar las cosas claras a la vez que al lector se le coloca como una mosca detrás de la oreja...
ResponderEliminar... un abrazo.
Aunque pase poquito por aquí, te sigo queriendo. Mola este rinconcito lleno de sensibilidad y buen gusto.
ResponderEliminarUn beso grande Montse..
Ana,
ResponderEliminarTanto en pintura como en lo literario, soy de la escuela del "Cuanto más con cuanto menos", pero siempre lo necesario.
Eso tiene un "pero", me cuesta un montón escribir cosas largas.
jaja, pero como yo creo que la brevedad es un don...
Me alegro de tus impresiones y gracias por tus palabras.
Besos
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Lander,
Mentiría si te dijera que no te echo de menos, pero comprendo que el tiempo cada cual se lo reparte como le parece, y eso hay que respetarlo.
Un abrazo
También en la soledad del campo se alcanza a tener buenas compañías. Confieso que hasta que no llegué al penúltimo párrafo creí que la María era su muhé... Jajaja.
ResponderEliminarEncantador relato.
Besis gordis.
Este tipo de reflexiones me causan una sensación encontrada: quizá Manuel y Mari sean felices con su existencia, pero no puedo por menos que pensar que ellos, (y cientos de millones de personas reales de este mundo), quizá no puedan expresar su verdadero potencial, su verdadera capacidad al estar anclados y constreñidos por un mundo monótono, unas costumbres aceptadas o impuestas, un tipo de vida elegido o al que han sido obligados por las circunstancias... ¿Son realmente conscientes del mundo que les rodea?, ¿no se están perdiendo mucha de la maravilla que les rodea?. No sé si soy capaz de explicarme bien, pero seguro que tú me entiendes.
ResponderEliminarUn beso. :-)
Carlos,
ResponderEliminarTe entiendo perfectamente, pero creo, sin miedo a equivocarme, que habrá de todo por esos mundos de Dios, aunque a nosotros por ser como somos, nos cueste imaginar que una persona que vive en soledad, sea feliz.
Esperaba algo así de tí.
jaja
Besos
Preso de tu engaño,
ResponderEliminaresbozo una sonrisa,
con mis patas llenas de miel,
recreo la escena
y cual río,
rio dejándome llevar.
rlfox,
ResponderEliminar¡¡ Bienvenido a casa !!
No sé porqué pero me alegro del engaño.
Cumplí con mi objetivo.
Un abrazo