Hoy, día de la CONVIENCIA en la blogosfera, me uno contandoos esta pequeña experiencia...
Alicia empezaba ya a cansarse de estar sentada con su hermana a la orilla del río, sin tener nada que hacer (… ) cuando de pronto saltó cerca de ella un Conejo Blanco de ojos rosados.
No había nada muy extraordinario en esto, ni tampoco le pareció a Alicia muy extraño oír que el conejo se decía a sí mismo: «¡Dios mío! ¡Dios mío! ¡Voy a llegar tarde!»
Así comienza el cuento de Alicia en el País de las Maravillas, y como ese conejo blanco me sentía yo, repitiendo una y otra vez “Voy a llegar tarde”, y era tarde….
Buscaba una sala de exposiciones en la que me esperaban para hacer unas fotos antes de que empezara a llegar la gente pero… Me había perdido.
Sabía que estaba por allí, en aquella plaza, y comencé a recorrerla.
Al oír voces de niños , algunas de cuyas palabras no podía entender por tratarse de una lengua distinta a la nuestra, volví la vista y…
En el otro extremo de la plaza, un grupo de chiquillos de color jugaban al futbol. Sólo un pequeño rubio, blanco como la leche, resaltaba entre ellos. De repente el rubillo metió un gol, y los tres o cuatro compañeros de equipo se abalanzaron sobre él haciendo choques de manos y abrazándose celebrando el gol.
Llegué tarde a la exposición, lo admito, y como excusa no podía argumentar el rato que pasé pensando en la lección que aquellos niños acababan de darme.
Ellos ya habían saltado la barrera del “color”, eran compañeros, niños, amigos, incluso jugaban sin hablar la misma lengua…
Aquí en donde vivo, Roquetas de Mar, el otro día decía el periódico que 9 de cada 20 habitantes, son inmigrantes.
Los niños nos daban a su manera, una verdadera lección de CONVIVENCIA.
¿Y los adultos?
Es muy, muy difícil que algún día seamos capaces de actuar como ellos, aunque los más pequeños ya hayan dado un primer paso…
Alicia empezaba ya a cansarse de estar sentada con su hermana a la orilla del río, sin tener nada que hacer (… ) cuando de pronto saltó cerca de ella un Conejo Blanco de ojos rosados.
No había nada muy extraordinario en esto, ni tampoco le pareció a Alicia muy extraño oír que el conejo se decía a sí mismo: «¡Dios mío! ¡Dios mío! ¡Voy a llegar tarde!»
Así comienza el cuento de Alicia en el País de las Maravillas, y como ese conejo blanco me sentía yo, repitiendo una y otra vez “Voy a llegar tarde”, y era tarde….
Buscaba una sala de exposiciones en la que me esperaban para hacer unas fotos antes de que empezara a llegar la gente pero… Me había perdido.
Sabía que estaba por allí, en aquella plaza, y comencé a recorrerla.
Al oír voces de niños , algunas de cuyas palabras no podía entender por tratarse de una lengua distinta a la nuestra, volví la vista y…
En el otro extremo de la plaza, un grupo de chiquillos de color jugaban al futbol. Sólo un pequeño rubio, blanco como la leche, resaltaba entre ellos. De repente el rubillo metió un gol, y los tres o cuatro compañeros de equipo se abalanzaron sobre él haciendo choques de manos y abrazándose celebrando el gol.
Llegué tarde a la exposición, lo admito, y como excusa no podía argumentar el rato que pasé pensando en la lección que aquellos niños acababan de darme.
Ellos ya habían saltado la barrera del “color”, eran compañeros, niños, amigos, incluso jugaban sin hablar la misma lengua…
Aquí en donde vivo, Roquetas de Mar, el otro día decía el periódico que 9 de cada 20 habitantes, son inmigrantes.
Los niños nos daban a su manera, una verdadera lección de CONVIVENCIA.
¿Y los adultos?
Es muy, muy difícil que algún día seamos capaces de actuar como ellos, aunque los más pequeños ya hayan dado un primer paso…
Humano y comprometido texto.
ResponderEliminarHay que luchar por saltar la barrera del "color", con todos los significados que conlleva.
Un abrazo
Mercedes
No a la barrera del color. Todos somos hermanos.
ResponderEliminarBuen post Montse.
Besos...!
No a la discriminación y sí por los valores de libertad, respeto, unión, cuando ellos se pierden, rompemos la UNIÓN Y CONVIVENCIA.
ResponderEliminarUn abrazo en este día de CONVIVENCIA BLOGUERA.
¿Qué te voy a contar yo? Trabajo en un instituto donde hay cuarenta nacionalidades distintas, tenemos alumnos de todos los colores y se pelean, se reconcilian, juegan, etc. igual que todos los adolescentes de todas partes del mundo.
ResponderEliminarMercedes, lo único que puedo decirte es que es una anécdota real. Un canto a la esperanza en que un día todos seremos iguales...
ResponderEliminar¿Difícil?
Mucho, pero no imposible.
Besos
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Cornelivs,
una pequeña aportación hacía algo que me pareció una BUENÍSIMA IDEA.
Besos
María, como prometí, cumplí.
ResponderEliminarAhora daré una vuelta por vuestros blogs, a ver qué habeis escrito.
Un abrazo y gracias por el aviso :=)
Amelche,
ResponderEliminarEntonces tú mejor que nadie puedes contar las dificultades que encontramos los de aquí, para adaptarnos a ese entorno "multicolor" que hoy nos rodea.
Son tantos los hilos que tejer...
Un abrazo y... ¡Suerte!.
Te animo a escribir algo sobre el tema. Tú tienes mucho qué contar ;)
Hola y linda noche..
ResponderEliminarComo existe el Arco Iris, existen los colores, y que bellos son todos.. Bella convivencia amiga y feliz fin de semana
Balo,
ResponderEliminary más cuando se unen en armonía...
Feliz finde a tí también.
Besos
Bueno, qué puedo decir que no hayas dicho tú?
ResponderEliminarY qué puedo decir que ya haya dicho?
Pues nada.
Y todo este texto, me sirve de pretexto para poner este comentario.
Besotes.
Hermosa reflexión Montse. Muy hermosa...
ResponderEliminarUn beso grande. ;-)
P.D. Siento no pasarme más a menudo por aquí.
RAmpy,
ResponderEliminarPues eso, na de na...
Besos
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Carlos,
Mentiría si te dijera que NO te echo de menos, pero también mentiría si te dijera que NO lo comprendo...
La reflexión...
Simplemente FUE ASÍ COMO LO CUENTO.
Besos
En mi barrio hay un niño que tendrá ahora unos 10 años y que es de color. Nunca he visto que lo discriminaran por ello:)
ResponderEliminarAl igual, cada vez veo más gente "mayor" que acepta esa diferencia de colores como algo inapreciable. Por ejemplo, hay un Nigeriano aquí y es concejal ^^
¡¡Un beso!!
Cris,
ResponderEliminarTodo cambia, o... Todo tiene que cambiar ;)
Besos
Muy buenpost, amiga mía. La discriminación social es uno de los grandes karmas de la humanidad.
ResponderEliminarTe dejo un abrazo en convivencia.
Steki,
ResponderEliminarun granito más para esa playa que formamos los humanos...
Grano a grano la blanca arena acabará por cubrirlo todo.
Un abrazo
yo no creo que las barreras sean del color, sino de las clases sociales...
ResponderEliminarbbssss. Angie
Uno de tus mejores escritos te salió del alma
ResponderEliminardale no seas mala contanos tu formula
Es un problema de ceguera.
ResponderEliminarlycans
Angie,
ResponderEliminarpues yo no creo en la totalización. Te diría que tienes razón y a veces es cuestión de clase social, pero otras veces el "ser distintos" nos influye.
Un besote
Mucha,
ResponderEliminarmil gracias, y tienes razón, salió de dentro, porque lo viví.
Un abrazo.
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Lycans,
Uff!!, me emocioné al ver que habías vuelto.
Bienvenido de nuevo.
¿Pero ceguera voluntaria??
Un abrazo
La naturaleza sana de un niño, lo lleva al bien por defecto. Son los años los que nos hacen saber más, que los ratones coloraos...
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
Antonio,
ResponderEliminarQuizás tengas razón. Es otro punto de vista que no se me había ocurrido. Nos maleamos con la edad.
Gracias
Un abrazo
Hacía algún tiempo que no te leía...me gusta esta entrada...los niños nos dicen muchas cosas, esa energía de vivir y sonrisa abierta y sincera.
ResponderEliminarSaludos
“Te aseguro, querido amig@, que nada nos diferencia, precísate en el desconocimiento de erudición y pautas que la inocente edad posee, ahí, descubres que la materia que arrastramos, procede de aquel primigenio inicio, que nada nos distingue.
ResponderEliminarNuestras diferentes culturas, son preceptoras de tosco comportamiento.
Te aseguro, que he de esforzarme por no caer en la tentación fácil que brinda mi dramático contexto.
Habrás de tener presente, que todo es finito y el egoísmo: la supervivencia, dueña neta de cuanto bate nuestra visión actual, aún.”
TJW Tronken (espacios mixtos/ ocupados)
Toda una lección de respeto, compañerismo y convivencia. Por ahi han de ir las actitudes si queremos vivir en un entorno gratificante y civilizado para todos. No es tarea fácil ni cabe pensar que esas relaciones infantiles sobrevivan en la edad adulta. Pero no cabe duda de que cuando esos niños sean mayores recordarán de cuando en cuando el día en el que jugando al futbol llegaron a compartir las mismas sensaciones. Un abrazo. Montse
ResponderEliminarTrobín, pues bienvenida de nuevo.
ResponderEliminarLOs niños... Cuanto nos enseñan desde su inocente punto de vista.
Un abrazo
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Adolfo,
Tu tiempo es tuyo. Nunca te sientas obligado, que entonces esta magia de los blogs, perdería su encanto...
Abrazos
Mi querido Rlfox,
ResponderEliminarTransmitele a tu leal Tronken, mi alegría por esta nueva intromisión en mi pequeño mundillo escrito.
Entre líneas presiento un toque de amargura. Sí, todo es finito, pero al menos lo bello, fue bello mientras duró.
Un abrazo a los dos.
Fernando.
ResponderEliminarEs tan complicado hablar del tema como entenderlo. Tan difícil tomar una postura férrea hacia un lado, como hacerlo hacia el otro.
Desde fuera el problema no sé aprecia en 3D como lo apreciamos nosotros aquí, pero el ver a unos niños tan dispares, creo que el rubillo era rumano, jugando así, abre una pequeña vía a la esperanza.
Un abrazo
Muchísimas gracias!!
ResponderEliminarEstos días he permanecido secuestrada por las palabras del periodista polaco Ryszard Kapuscinski. El mundo que nos narra, ese mundo que es el nuestro, es así de rico. Y tú me lo vuelves a recordar. Gracias.
ResponderEliminarGracias por tu aporte a Convivencia, lo incluyo en el séptimo resumen.
ResponderEliminarUn abrazo agradecido
Ana,
ResponderEliminarUna pequeña aportación que a mí, al menos, me hizo recapacitar...
Un abrazo
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Senovilla,
Siempre estoy aquí para estas cosas. Ya lo sabes.
Un abrazo
En nombre de la "convivencia" un fuerte abrazo
ResponderEliminarMIl gracias, Mery,
ResponderEliminarINtenté seguirte, pero eres difícil de encontrar.
;)
Un abrazo