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jueves, 2 de octubre de 2014

Una bonita leccion




Temprano por la mañana en uno de mis paseos al lado del mar.
Era un día cualquiera de los que sigue a “la movida veraniega”. No pude evitar el notar con dolor, como  la sufrida playa se veía plagada de restos abandonados por deshumanizados entes que la noche anterior celebraron  sus botellones o bacanales reuniones sobre la indefensa arena. En aquel momento me percaté de que un anciano con pinta de extranjero, cargado con cuatro sillas y dos sombrillas,  se acercaba con esfuerzo a la orilla. Me detuve a observar porque la escena me atrapó. Era muy mayor para tanto peso… Elegido ya el lugar en donde montar “el campamento” soltó con esfuerzo su carga. Una por una desplegó las sillas y después hizo lo mismo con las sombrillas. Cuando terminó miró a su alrededor y viendo las basuras se acercó y comenzó a recogerlas. Dos botellas de agua, un viejo y raído sombrero de paja, una botella verde de algún refresco y dos o tres bolsas de aperitivos vacías. Con todo esto en sus brazos se dirigió hacia la papelera, a solo unos metros,  y depositó lo que llevaba con cuidado. Entonces, con una lección aprendida, proseguí mi marcha.
A la vuelta, él y su mujer y otra pareja, descansaban relajados.
Gracias a personas como está el mundo sigue siendo habitable.

18 comentarios:

  1. No solo existen cerdos de cuatro patas pero son cosas que tienen mucho que ver con la educación recibida, pero no le puedes hablar de preservar nuestra casa grande, la Tierra, a algunos especímenes de dos patas.

    Un abrazo,

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    1. La verdad, amigo Saudades es que por aquí lo notamos demasiado a menudo. No tenemos remedio. Si yo te contar...
      Un abrazo

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  2. Sí, es una bonita lección. Es la paradoja del ser humano: unos tan sucios y otros tan limpios. Unos tan egoístas, como si no vivieran en sociedad, y otros tan generosos.

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    1. La balanza, Ana debería inclinarse sin duda hacia al lado de los limpios y generosos, y por desgracia no es así...
      Un abrazo

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  3. Pues sí Montse, toda una lección, aunque lamentablemente no la vieran quienes dejaron todo así la noche anterior. Un fuerte abrazo y buen fin de semana. @Pepe_Lasala

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    1. Precisamente hoy pasaba por allí con una amiga, y como aquí la temperatura es aun muy alta, ya estaban montadas las lonas para la bacanal del viernes por la noche. Seguro que mañana la imagen de suciedad se repite... Una pena.

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  4. Si hubiese premios a la degradación de un barrio, el mío se llevaba el primero, no podemos ni caminar por la acera, y las papeleras están llenas hasta de muebles. No sé donde vamos a llegar con personas que no tienen civismo ninguno. Un besito Montse

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    1. Darilea, en este caso no puedo decir mal de muchos consuelo de tontos. No me consuela, más bien aumenta la rabia que me da el que no sepamos respetar ni el entorno ni a los demás...
      Un abrazo, amiga

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  5. Buena lección de civismo. ¡Menos mal que aún quedan personas responsables y limpias! de no ser así viviríamos todos en un estercolero.
    Un besito.

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    1. Muchas más personas como estas debería haber, empezando por nosotros mismos. Yo reconozco que en su caso no hubiera recogido nada. De verdad que para mi es toda una lección.

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  6. Buen ejemplo. En montaña (al menos entre los montañeros "con solera") hay un dicho: trae siempre algo más de basura de la que tú generas.

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    1. Pero es que los montañeros estáis hechos de otra pasta, Carlos. Ojalá cundiera el ejemplo.
      Un abrazo

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  7. Tienes razón, Montse. Gracias a gente como esa se mantienen algunos lugares en condiciones para que los demás podamos disfrutarlos. Abrazos

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    1. Lo malo Ligia es que esta gente no abunda. Es una pena que no lo llevemos en los genes.
      Un abrazo

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  8. Una gran lección, si todos hiciéramos lo mismo
    la basura no nos engulliría.

    Besos

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  9. No puedo con los guarros.
    Los incineraría.

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  10. linda historia real y buena
    me gusta estar cerca de vos y leerte
    un abrazo

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  11. Me gusta que los jovenes disfruten y se diviertan. Pero que sean limpios y no dejen basura por donde pasan. No puedo tolerarlo.
    Me gustó el relato.
    Un beso grande.

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