Después del diario deambular por el vacío, después de subir bajando, y bajar subiendo en ánimo y desánimo, comprensión de lo no comprendido e incomprensión de lo que logré comprender… salgo del laberinto.
Un atisbo de lógica me tiende su mano y por supuesto yo la tomo.
Lo imposible parece dejar de serlo, ahora es posible que ese oscuro espectro luminoso en el fondo sea real aún sin serlo todavía…
¿Será mañana ese día en que cada cosa abandone “el sitio” para volver a “su sitio”?
En este camino de incierta existencia pero ciertamente existente , di pasos a ciegas por el exceso de luz en tanta oscuridad...
Y ahora…?
El mañana lo dirá…
Ya me vais conociendo y sabéis que de vez en cuando mis manos no caminan en armonía con mi mente y escriben a su aíre, incluso entre ellas se pierde la coordinación, y entonces aparecen cosas “ilógicamente lógicas”, pero sólo para algunos…Escher me inspira de este modo.
La ilógica es la lógica de lo absurdo.
ResponderEliminarMás veces hay ilógica razonable que lógica...las cosas menos difíciles son, a veces, las más complicadas.
Muchos besos!
No conocía el trabajo de Escher, al que dedicaré un rato en cuanto llegue a casa. De todas formas lo que he visto en su web me parece inquietante. Como tu entrada y la alegoría del laberinto, rebusca demasiado dentro de la mente, y eso es peligroso.
ResponderEliminarDescender a detalles demasiado pequeños puede hacernos perder la perspectiva de las cosas verdaderamente importantes, que son a las que debemos dar respuesta, y quedarnos sólo en la mera observación sin produndidad nos dará una visión simplista de lo que nos rodea.
¡Vaya panorama que dibujo!: por un lado la estulticia y por otro la paranoia...
Difícil equilibro. Porque en el fondo todo se reduce a eso: equilibrio.
Un beso. ;-)
PD. Vaya ladrillazo que te acabo de soltar... :-D