Cuando palabras que ya fueron pronunciadas y no se volatizaron en el aire de antaño; que desaparecieron disueltas en la nada y formaron parte del más absoluto vacío; que ya no tienen remedio… siguen martilleando incesantemente en tus oídos, y golpeando también tu mente, es hora de hacer algo.
Levantar un muro para esconderse detrás, no sirve de nada pues el aire, la nada y el vacío son parte del todo que lo rodean.
Simplemente hay que plantarles cara. Enfrentarse a ellas y a la boca que las pronunció y… hacerla callar para siempre.
Cuando el origen es cierto esa voz debe morir en sus propias palabras; si es incierto… dudar con la duda y, esperar…
Distintos sujetos, distintos objetos pero la palabra dañina, venga de quien venga y vaya a donde vaya … ¡Hay que cortarla de raíz!
“… pero se quedó con el guapo”
Olvidarlas, olvidarlas de una vez... Es lo mejor. Pero, ¿sabes? Conozco a gente a la cual las palabras que le hicieron tantisimo daño en aquella o la otra ocasión, son tan duras que les cuesta mucho trabajo olvidarlas, y son como las moscas cojoneras que de vez en cuando te persiguen...y te muerden.
ResponderEliminarOlvidarlas... ¡¡¡ojalá pudieran hacerlo!!! Me recuerdas lo que ya dije en mi post "El perdón". Y estoy de acuerdo contigo.
Un beso.
Hay veces Cornelius, que el olvido como el muro, no sirve de nada. entonces... mejor plantarles cara.
ResponderEliminarBesos para tí.
Yo creo que no se olvidan...siempre quedan grabadas a fuego aunque sea en el último rinconcito del corazón...lo que hay que aprender es a no darles el valor que en realidad no tienen...
ResponderEliminarporque si el tiempo pasó...las palabras, también.
Besitos.
En todo hay grados y el ser capaz de arrinconar, u olvidar dependerá del grado de daño que hicieron esas palabras y a quien.
ResponderEliminarBesos Sylvie
Yo pienso que el pasado no existe, que desaparece automáticamente cuando el tiempo lo convierte en lo que es: pasado. Pero no se marcha sin más, no, deja huella y en ocasiones bastante profunda. Quizás el pasado sí que exista y sea el material con el que se construye lo que somos, el ser-ahí, nuestro presente. Desde luego está claro que influye, pero si lo hace para mal lo que hay que hacer es cambiarlo o, mejor dicho, recurrir a él para cambiar el presente: desenterrarlo.
ResponderEliminarSuerte con tu campaña jeje. Hay partes que no entiendo… Un saludo!
Entonces el descubrimiento de America ...¿No existe?, ¿Hitler?, ¿La llegada a la luna?. El tiempo es efimero y pasa sin pausa, pero lo que sucedió se quedó en ese punto en que pasó, y mientras haya alguien que lo recuerde... ¡¡Existe!!
ResponderEliminarAunque sólo sea en la mente de los que lo recuerdan.
Espero que me digas que es lo que no entiendes. Será gracioso explicartelo.
Besos
Querida amiga:Como bien dices, con la palabra se puede hacer mucho daño,pero existe el perdón,claro que siempre ha de ir acompañado del olvido, si no es así, quedará como bien dice Sylvie, en algún rinconcito.
ResponderEliminarUn besazo amiga. MªD.
waooo!!! Has vuelto!!!!, Te echaba tanto de menos!!! Lo más facil es perdonar cuando hay arrepentimiento, pero ...¿y cuando no lo hay?
ResponderEliminarUn besazo y gracias por volver a estar aquí.
Kss
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ResponderEliminarMira Montse, tenía pensada una respuesta con una disquisición de lo más filosófica a tan críptica entrada, pero voy a hacer lo que los demás no se han atrevido: ¿quien es esa lagartona que se quedó con el guapo y qué méritos tenía?.
ResponderEliminarY otra cosa. No entiendo la etiqueta "castigo", pero me da miedo lo que pueda haber detrás...
¿Porqué siempre me haces esto Montse?, ¿porqué me haces pensar con la caló que hace...?
Un beso. ;-)