Sed Felices!!!

No recuerdo la primera vez que nos encontramos, ni de qué hablamos, pero sin pedir permiso el duende de la amistad si coló entre nosotros.

Los ratos compartidos fueron breves, pero tan intensos…!!! No importó la cantidad, sino la calidad; construimos un castillo de hielo sobre cimientos de roca.

Después conocí a tu mujer, digna reina para tal rey; y a tu pequeña y linda princesa… y, me llenasteis aún más.

Cuando decidí que ya era hora de formalizar nuestra amistad, de romper el muro que por falta de trato aún se levantaba entre nosotros … me enteré de que ya te habías ido.

“Y sin un adiós te fuiste cuando apenas habías llegado”.

Y supe que un principito que no pudo esperar a su hora, había llegado prematuro al castillo.

Me dijeron que no os sentíais a gusto aquí y, que por suerte, la vida os había regalado un nuevo comienzo en otro reino… y decidisteis probar.

Os deseo lo mejor y, recordad siempre que aunque el hielo del castillo se fundió, los cimientos quedaron fuertes e intocables.

¡¡¡Sed felices!!!

¡Cómo una pompa de jabón... fue bello mientras duró!