Pancho

Saliendo de mi coche, descargando unas pinturas para la próxima exposición, noto como alguien me observa. Desde la calle, dos pisos más abajo, levanto los ojos y lo que veo me deja anonadada. El que me observa, sin perder detalle de cómo peleo con los 4 cuadros, es este personaje que aquí veis… ¡Un Dálmata!

De repente, a mi derecha, o sea, a su izquierda, se oye un fuerte ruido, alguien ha cerrado de golpe un contenedor y, por un momento, aparta la vista de mí y cotillea al ruidoso sujeto que tira la basura...




Suelto los cuadros en el suelo, saco mi cámara del bolso y le hago un par de fotos.
Está claro que le gusta observar, pero no ser observado y comienza a ladrarme.

Desde dentro de la casa oigo un ¡¡Panchooo!! Y, el perro obediente me lanza una última mirada abandona su puesto de vigia y desaparece de mi vista.

Hay veces en la vida, que en los momentos más increíbles, en los lugares más inesperados, los ojos más insospechados nos vigilan...

Tenía que contarlo