Odette

Sabéis que me regalaron esta acuarela y que la colgué en mi dormitorio. Es lo último que veo al acostarme y lo primero que miro al levantarme. Cambian las luces de la habitación, las horas , mi percepción, pero la bailarina sigue ahí sentada, triste, y, cada día me pregunto por la razón de su melancolía…

Mirada perdida en la nada del lago.

Odette no ve, sólo siente;
Ahora no baila, sólo llora…
Ayer bello cisne y hoy,
Triste muñeca de trapo.

Sus lágrimas se funden, con el falso brillo del agua del lago sobre el escenario.
Sólo la tenue lluvia que mana en sus ojos es verdadera, lo demás, todo es un engaño.
Sus pies ligeros danzan en bella escena, y con ellos sus brazos, y sus manos…
Pero su corazón se ha parado.

Se ha enamorado… ¡Ay!, Cisne blanco,
Del galán del cuento que prefiere a otra… ¡Ay!, Cisne negro…
Su turno en la obra, se acabó el descanso.
Escena de amor con el hombre amado…
Bailan a la par, él pensando en otra,
¡Ay! Cisne negro…
Ella temblando,
¡Ay! Cisne blanco…

¡Cómo duele tenerlo tan cerca!, ¡abrazarlo y besarlo! y, que no sea suyo…
Odia al cisne negro, que se lo ha llevado.
Sonríe ante el público y baila feliz disfrazando el desencanto.

Bailarina triste que bailas alegre
guardando tu llanto.
¿Hasta cuándo?
Se hace tan largo…
¿Hasta cuándo?
Se cierra el telón.
Aplausos
Le piden que salga.
Más aplausos…
Bello cisne blanco…

Dolor en el alma, sonrisa en los labios.
Un adiós doble, a su baile, y a su amado.

Su príncipe azul se aleja. El Cisne negro camina a su lado…
Ahora, el silencio del vacío, sólo deja oír su llanto.
De nuevo tenue lluvia sobre el escenario y,

Odette vuelve a ser simplemente, una triste muñeca de trapo.