Greguerias

Pidieron una vez en el colegio, siendo yo una niña, una aportación para una revista. Cada alumno tenía que escribir su artículo y uno por clase sería escogido para ser publicado.
Dio la casualidad de que en mi casa había un libro que a mí me gustaba mucho. Eran frasecillas cortas, con gracia, pero que encerraban una verdad. Eran las “greguerías” de Ramón Gómez de la Serna. Elegí este tema para mi aportación.

Mi Artículo ganó el ser publicado, pero no sólo eso, sino que me dieron una sección en la parte cultural de la revista para añadir en cada número, alguna de estas frasecillas tan ingeniosas.
Hoy recupero ese retazo de mi vida, y admito que me siguen maravillando.
Pero… ¿Qué es una greguería?
Es una breve composición en prosa; una metáfora unida al humor o una asociación ingeniosa de ideas.
Según Gómez de la Serna serían sus rasgos definitorios: “el sentido estabilizador de la realidad, el aspirar a una explicación ingenua e infantil de las cosas, su tono juguetón, optimista...”
En su exaltación de lo pequeño, de la descomposición de la realidad, de la trivialidad, es como el ladrillo de todas sus construcciones deslavazadas, “ el atrevimiento a definir lo que no puede definirse, a capturar lo pasajero, a acertar o a no acertar lo que puede no estar en nadie o puede estar en todos".

Unos cuantos ejemplos:


El libro es un pájaro con más de cien alas para volar.
Escribir es que le dejen a uno llorar y reír a solas.
Al inventarse el cine las nubes paradas en las fotografías comenzaron a andar.
En los pianos de cola es donde duerme acostada el arpa.
El Pensador de Rodin es un ajedrecista a quien le han quitado la mesa.
El amor nace del deseo repentino de hacer eterno lo pasajero.
Como con los sellos de correo sucede con los besos que los hay de los que pegan y los que no pegan.
Lo peor del golpe en la cabeza es la burla del chichón.
No hay nada que enfríe más las manos que el saber que nos hemos olvidado los guantes.
Son más largas las calles de noche que de día.
Las sillas aprovechan la oscuridad para echar la zancadilla a sus propietarios.
Lo que completa la mala suerte del ladrón cuando huye después de asaltar la caja es que la puerta sea de "tire" y no de "empuje".
Lo más maravilloso de la espiga es lo bien hecha que tiene la trenza.
La media luna mete la noche entre paréntesis.
La morcilla es un chorizo lúgubre.
Al calvo le sirve el peine para hacerse cosquillas paralelas.
La historia es un pretexto para seguir equivocando a la humanidad .

El ilustrador David Vela a plasmado en dibujos de colores muchas de las famosas Greguerías de Ramón Gómez de la Serna, en su obra Bestiario de Greguerías