Un día escavando, encontró una estatuilla muy antigua y valiosa.
Se la llevó a un coleccionista conocido suyo que amaba las cosas bellas y se la ofreció por una gran suma de dinero.
El coleccionista, pese al elevado precio de la pieza no dudó en pagarla. Era tan hermosa…
De camino hacia su casa el vendedor iba feliz pensando en la cantidad de dinero que le había dado el coleccionista por una simple estatuilla, que al fin y al cabo era algo muerto, una roca esculpida vieja y sucia, por los 2000 años que había permanecido enterrada.
¡Con la de cosas en la vida que podría hacer él con tanto dinero…!
Mientras , el coleccionista, no apartaba la vista de su recién adquirida bella pieza y, hablando en voz alta decía:
-¡Qué maravilla! ¡Cuánta belleza! Este ha sido el sueño de mi vida hecho realidad. Tengo entre mis dedos algo que el hombre esculpió hace 2000 años…
Y sin dejar de mirarla y acariciarla, se preguntaba cómo alguien podía cambiar un objeto tan valioso por un simple puñado de billetes, papeles al fin y al cabo, que volarían sin destino en nada de tiempo…
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En el colegio, cada "equis" tiempo, nos dejaban un rato para a solas, en algún rincón del patio pensar en nuestra escala de valores. Agradezco un montón que desde pequeñita me enseñaran a meditar sobre este tema...
No me preguntéis cuando ni donde, no lo recuerdo, pero una vez leí un relato similar y me gustó, porque me hizo pensar sobre aquellos ratos de meditación…
Os lo cuento a mi manera, pero la historia era la misma, y lo más importante, la moraleja también.
¿ Son realmente valiosos nuestros valores?
Puesto que son "nuestros", para nosotros está claro que lo son, pero... como seres humanos, ¿son los que deberían ser?
ResponderEliminarEspero que no os haga pensar en exceso ;)
Besos
Pues no lo puedo evitar, pienso y llego a la conclusión de que es difícil definir los valores porque pueden ir cambiando con el paso de los años.
ResponderEliminarUn beso, amiga.
Cuando tienes algo que deseabas, generalmente la percepción cambia. Y cambia porque ya es tuyo. Creo que muchos seres humanos, metidos en la rueda de las adquisiciones son (somos) insaciables.
ResponderEliminarSólo cuando te das cuenta de que ahí no está la felicidad. Por que buscas más de más...
Con los años aprendes muchas cosas, y una de ellas es que existen chispas de momentos, que sí te hacen tener chispas de felicidad.
Quien compró la figura, desearé otra para hacer juego y otra para...
Quien recibió el dineró querrá mas para...
Es la rueda de lo insaciable.
Un abrazo
lys,
ResponderEliminarte entiendo, pero sería un buen ejercicio mental pararse a pensar sobre ello. Familia, salud, dinero, amistad, amor...
¿En qué orden los tenemos en nuestra escala?
Celia,
ResponderEliminarPrecioso comentario, y tan cierto...
Hoy, quizás por nuestra madurez para nosotros lo m´s valorado sean la salud y la familia, cuando eramos niños un juguete, en la juventud nuestro primer amor, y desde siempre, como tú dices la rueda no paró nunca...
Un besazo y feliz día.
Hace ya muchos años que no le doy valor a las cosas materiales. Son cosas, y como cosas pasarán a manos de otros cuando deje este mundo. El valor sólo está en el afecto, el cariño, las personas que queremos, lo demás, es de otros.
ResponderEliminarUn beso fuerte. Muy buena reflexión.
Marga,
ResponderEliminarbuenos días jeje,
yo creo que los años nos abren esta trayectoria, que poco a poco se va definiendo en nosotros y nuestras mentes, hacia lo no material.
Es ley de vida.
Un besote amiga
Nuestra escala de valores es muy diversa, casi una por persona... y no sé quien tiene la razón, sinceramente.
ResponderEliminarA mi me gustan las cosas que me alimentan el alma que me hacen crecer... Lo material es necesario como supervivencia... pero sin amor, sin amistad, sin empatía... me moriría igualmente que sin comida.
Un beso, preciosa.
Natacha.
Espero que no os haga pensar en exceso
ResponderEliminarPues esta vez no lo has conseguido Montse. Esta vez tus palabras son como un certero dardo en el centro de la diana de una gran verdad. Yo también a veces me pregunto qué es lo importante en mi vida, pero siempre obtengo la misma respuesta: mi familia, y haciendo un poco más de esfuerzo y muy lejos de mis seres queridos, aparece lo demás.
El ejemplo que eliges además me parece muy acertado. A mí me sobrecoge el pasado, pensar qué sentimientos, que experiencias, que vidas se han vivido en esa casa antigua, en esas ruinas... Me pregunto quien y porqué tallo esa delicada obra de la foto, qué creencias o qué amor impulsó a nuestro ascendiente a convertir un colmillo de mamut en una venus y si esta tuvo como destinataria una mujer. ¿Fue su amor correspondido?
Los sentimientos no tienen fácil precio...
Un beso. ;-)
Está claro que cada persona tiene sus "valores", sus prioridades.... Es dificil decir si unos son mejores que otros...
ResponderEliminarTambién considero que depende del "momento" en el que te encuentres..
Yo a veces he dado más importancía a ciertas cosas, y después a otras...
Uf! qué lio.
Besos Montse!!
Natacha,
ResponderEliminarAlma.
¿Verdad que es complicado?...
¿Valores igual a gustos?
Yo pienso que no.
Pero también es cierto eso de que nuestro valores, al menos los más superficiales, cambian a cada momento y lo que hoy importa, mañana no, pero los verdaderademete importantes siempre permanecen.
Besos a las dos
Carlos,
ResponderEliminarYa que me tiras de la lengua... en este caso del teclado, jeje...
Mira, conté como en el colegio era un ejercicio obligatorio ( no sabes lo que lo agradezco), por lo tanto, en determinadas etapas, aburrido, pues siempre daba como resultado lo mismo:familia, salud...
llegó un día en el que con 16 / 17 años las cosas comenzaron a ponerse más difíciles, se añadían valores nuevos a la lista, que ganaban posiciones rápidamente ... notas, novietes...Con esto los profesores ( ahora me doy cuenta) medían el grado de madurez...
Hoy, por ley de vida, volvemos a la infancia, en donde no existe nada tan importante como la familia, pero ahora desde otra perspectiva; ayer eran padres y hermanos, hoy hijos y pareja ( quien aún conserva a sus padres puede que los ponga al mismo nivel, no lo niego), pero es curioso observar como el círculo se cierra y volvemos al punto de partida...
Yo también pienso que el ejemplo es acertado, pues no todos somos iguales, y refleja la diversidad, si cada uno de nosotros hiciera una escala de valores de al menos 5 o 6 prioridades, puede que el "uno" y el "dos" sean los mismos para todos, pero el resto... intenta pensarlo, ya veras como es difícil ...
Corto, que escribo otro post.
jajaja
NUNCA TEMAS HACERME PENSAR...
YA SABES QUE ME ENCANTA ;)
Besos y gracias por darme caña
creo que hay una serie de valores que independientemente del tiempo deben de permanecer en una sociedad ......el respeto a la vida,el respeto a los demás, la verdad, el honor, la educación....uno no puede tener familia o salud, pero puede tener todos éstos valores y más......
ResponderEliminarangie
Más bien deberías decir "deberían permanecer en una sociedad", pero ¿es ese el caso?.
ResponderEliminarYo pienso que no. Por eso al menos que los nuestros individuales sean acordes con las normas sociales.
Un beso angie
deberían no, deben de permanecer en una sociedad y transmitirse de padres a hijos, en el colegio etc y ser algo de qué presumir y no a esconder....... por desgracia cada vez prima más lo contrario.......
ResponderEliminarbss Montsita
Buena pregunta Montse. Para responderla tendremos que profundizar en nosotros mismos y en lo que somos, de dónde venimos y a dónde vamos. Nuestros valores serán valiosos si nos conducen a nuestro verdadero fin, que es objetivo: la felicidad.
ResponderEliminarEl día 25 viene el Profesor de filosofía y antropología Juan Fernando Sellés. De vez en cuando repaso su libro "Antropología para inconformes" y estoy deseando oirle de nuevo porque te va conduciendo con simpatía hacia el interior del hombre.
Ya contaré lo que aprenda de escucharle.
Un abrazo
María Jesús
Lo primordial y primero es: saber valorar y apreciar lo VALIOSO, per se, como ese coleccionista que al ver la estatuilla comprendió inmediatamente su valor y la compró.
ResponderEliminarBuen post.
Un abrazo.
Angie,
ResponderEliminartu misma lo dices, no es lo que debería ser... por desgracia!.
Besos
M. Jesús,
ResponderEliminarLa verdad es que en un tema tan profundo como este, alguien con las ideas claras, merece ser escuchado. Espero lo que quieras compartir y contarnos...
Besos
Cornelivs,
ResponderEliminarMe quedo con tus palabras :
"Lo primordial y primero es: saber valorar y apreciar lo VALIOSO, per se"
Diste en el clavo.
Un besote
Estoy totalmente de acuerdo con el comentario de Celia.
ResponderEliminarEl hecho de tener más no equivale a ser más felices, yo publiqué hace tiempo un post sobre esto, no recuerdo si lo titulé "Ser o tener", pero lo que está claro que, no por tener más vamos a ser más felices, yo creo que, a veces, deberíamos desprendernos de muchas de las cosas que poseemos, porque lo único que hacen es estorbarnos y nos ayudan a ser, no felices, sino, infelices.
Y lo que está claro que, cuando tienes un objeto adquirido, como dice Celia, la percepción cambia cuando ya lo hemos adquirido.
Un beso y feliz tarde, Montse.
Si no fuesen valiosos mis valores no serían tales valores. Es lo que me viene a la mente. Procuro rodearme de cosas buenas, por ejemplo tu amistad.
ResponderEliminarUn abrazo
mj
El valor de la cosas no las pone el tiempo muchas veces las ponemos nsotros mismos.Nos leemos
ResponderEliminarMaría,
ResponderEliminarde acuerdo en todo.
Sólo me queda decir que yo me quedo con el pedrusco de hace 2000 años... y aún ya teniendolo en mis manos no dejaré de apreciarlo.
Un besote
M. José,
ResponderEliminarGracias amiga, un besote y felicidades!
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JOrge,
bienvenido, y... yo diría que los dos factores influyen...
Te debo una visita ;)
Un saludo
Montse lo que encuentro realmente valioso es este post, que lección de humanidad, que repaso le das a la insustancial moneda de cambio que a fin de cuentas es sólo eso y no tiene ningún valor comparado con un objeto de arte, o un objeto de valor sentimental. Esos son los que de verdad valen y muchos no se pueden comprar ni con todo el oro del mundo. Eres fabulosa!Un abrazo!
ResponderEliminarjosef,
ResponderEliminarel mérito esta vez no es mío. Comparto un relatillo que una vez leí u oí y que gracias a "su moraleja", eso que se siente más allá de las palabras escritas... dejé guardado en algún rinconcillo de mi mente y, ahora hizo acto de presencia.
Gracias por tus palabras...
Un abrazo
ES muy importante construir nuestra escala de valores, es cierto que esa escala puede sufrir variaciones con el paso de los años, sin embargo hay un núcleo personal, un yo profundo que confiere a cada cuál una inamovible forma de valorar la realidad.
ResponderEliminarEs bueno pensar, es el mejor ejercicio de la inteligencia y hasta del espíritu. La introspección era el consejo de los griegos antiguos: conócete a ti mismo. El pretexto para iniciarla-una historia con o sin moraleja, un acontecimiento inesperado- es lo de menos.
Rosa,
ResponderEliminarA mí al menos me han servido durante toda mi vida aquellas enseñazas del colegio sobre como confeccionar nuestras escalas de valores.
Un abrazo y ya tienes un tema de redacción para tus alumnos.
Todos los valores son relativos, tan relativos que hasta incluso dudo del acierto de que alguien, alguna vez, les llamara "valores".
ResponderEliminarLo que para unos es algo de mucho valor, para otros es algo insípido, y a la inversa.
Respecto de la historia, por ejemplo, yo no hubiese vendido la estatuilla.
La historia, Fermín, es una forma de ilustrar lo que tú mismo comentas, la relatividad de los valores, y no dudes de que yo tampoco hubiera vendido la estatuilla por nada en el mundo.
ResponderEliminarbesos