Esto es parte de un relato más extenso sobre mi infancia y la fascinación que ejercía sobre mí, la casa de mis abuelos...
Sirva este trocito que aquí os dejo, de tributo a aquellos años; y a aquellas personas que tanto me quisieron.
"...Muy dentro, al fondo del patio, mi rincón preferido.
Un pequeño muro circular rodeaba “mi árbol”. Un celindo, cargado de bellas florerillas blancas y corazón amarillo, que nos regalaban su suave perfume, durante días y días. Recuerdo pequeños pétalos de delicada seda que asomaban humildemente a través de un espeso manto de recias hojas verde oscuro. ¡Maravilloso contraste de colores y texturas! ¿Cuántas horas habré compartido con él? Sentada en el suelo, o apoyada en el murillo pasaba mi tiempo, leyendo, pintando, escribiendo, o simplemente pensando… totalmente embriagada por el dulce perfume que despedían las flores e hipnotizada por el monótono sonido del agua que manaba del grifo del pilón”...
Mi árbol no era un Celindo, ni siquiera sé que tipo es...perome da igual, lo planté en una parte del huerto de mi abuelo...tiene ya 15 años...cuando me siento mal o hay algo que me ronda la cabeza, no dudo en ir, me da paz...
ResponderEliminarBesos!!
El celindo es precioso, sus flores son como las que ves en la foto y sus hojas como describo, verde oscuro y bastante asperas, pero esto son retazos en mi memoria, quiz�s hoy no sea as�... Buscaremos uno cualquier dia de estos, tu para verlo por primera vez y yo para refrescar mi memoria. Tienes un correo. Besos
ResponderEliminarSi cuando se abre una flor,
ResponderEliminaral olor de la flor,
se le olvida la flor.
Bienvenido de nuevo a "mi pequeño mundo"... Te echaba de menos. Kss
ResponderEliminarMi arbol era una morera, que derramaba sus frutos en un pequeño murete de obra que habia debajo, mis abuelos y yo nos sentabamos a ultima hora de la tarde, a ver pasar a la gente que venia de trabajar en el campo, mi abuela siempre con sus agujas y sus hilos y mi abuelo con sus interminables y maravillosas historias.Me ha gustado mucho tu retazo, me ha hecho acordarme de los abuelos mas entrañables y maravillosos que nadie pueda tener, besos.
ResponderEliminarHay alguien más que tenga "su arbol"?. Podriamos hacer un nuevo "meme" con nuestros amigos los arboles... Me he quedado asombrada con vuestros comentarios. Un beso y gracias a tod@s
ResponderEliminarNo tienes pq echarme de menos, nunca me he ido. Me he quedado aquí... y pienso estar durante mucho tiempo. Estoy agustico. (“…no vine a perturbarles y menos a ofenderlos. Vi luz en las ventanas y oí voces cantando…”)
ResponderEliminarTe aseguro que soy una parte "muy gorda" de ese 1500. ¿Soplamos velas? No mejor nos tomamos un vino.
Una noguera, un eucalipto y una buganvilla tienen historias entrañables de mi niñez. Pero me quedo con algo más reciente, lo descubrí hace 16 años. “El árbol de los cuentos”, un algarrobo. Pero esa historia merece ser contada a parte. Quizás alguno de tus visitantes podría contarla, incluso ilustrarla.
¿Cómo te diría? Tengo alguna historia de nogales, o nogueras que me imagino que será lo mismo; me encantan los eucaliptos y los algarrobos y no puedo hablar mal de una bouganvilla que nos regala su color durante todo el año,aunque sea tan "marrana" pero no estoy de acuerdo en que alguien cuente "TU historia", cuentala TU, compartire contigo un trocito de mi "sitio" y prometo, para bien o para mal, ilustrarla yo misma.Bss
ResponderEliminarQuerida amiga:Con tu retazo del celindo siento nostalgia, en la caseria de mis abuelos había un gran jardin y muchos celindos, finales de abril y mayo era fabuloso ir, su olor se percibia, su vista era un sueño,todo blanco, que recuerdos¡ y cuanto amor.
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