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lunes, 18 de febrero de 2008

"Mi vaquerillo". Retazo de niñez.


No sé la edad que yo tendría por aquel entonces, 9 o 10 años quizás; tampoco recuerdo dónde leí por primera vez esta maravillosa historia de Gabriel y Galán, pero que aún me sigue emocionando…eso sí es cierto.

En el pasado, con este bonito y tierno relato en verso, descubrí que la poesía tiene voz y se deja oír.

La leía y releía una y otra vez e incluso recuerdo haber llevado a cabo torpes intentos de ilustrar con dibujos partes del poema...

Hoy sólo guardaba su recuerdo, que como veis me acompañó toda la vida, y algunos versos que aún se escondían en el fondo de mi memoria.

Os lo dejo para que juzguéis por vosotros mismos , creo que no necesita más comentarios:








He dormido esta noche en el monte

con el niño que cuida mis vacas.

En el valle tendió para ambos

el rapaz su raquítica manta

¡y se quiso quitar-¡pobrecito!

-su blusilla y hacerme almohada!


Una noche solemne de junio,

una noche de junio muy clara...

Los valles dormían,

los búhos cantaban,

sonaba un cencerro,

rumiaban las vacas...

y una luna de luz amorosa,

presidiendo la atmósfera diáfana,

inundaba los cielos tranquilos

de dulzuras sedantes y cálidas.ç


¡Qué noches, qué noches!

¡Qué horas, qué auras!

¡Para hacerse de acero los cuerpos!

¡Para hacerse de oro las almas!


Pero el niño ¡qué solo vivía!

¡Me daba una lástima

recordar que en los campos desiertos

tan solo pasaba

las noches de junio

rutilantes, medrosas, calladas,

y las húmedas noches de octubre,

cuando el aire menea las ramas,

y las noches del turbio febrero,

tan negras, tan bravas,

con lobos y cárabos,

con vientos y aguas!...


¡Recordar que dormido pudieran

pisarlo las vacas,

morderle en los labios

horrendas tarántulas,

matarlo los lobos,

comerlo las águilas!...


¡Vaquerito mío!

¡Cuán amargo era el pan que te daba!


Yo tenía un hijito pequeño

-hijo de mi alma,

que jamás te dejé si tu madre

sobre ti no tendía sus alas!

-y si un hombre duro

le vendiera las cosas tan caras!...


Pero ¿qué van a hablar mis amores,

si el niñito que cuida mis vacas

también tiene padres

con tiernas entrañas?


He pasado con él esta noche,

y en las horas de más honda calma

me habló la conciencia

muy duras palabras...

Y le dije que sí, que era horrible...,

que llorándolo el alma ya estaba.


El niño dormía

cara al cielo con plácida calma;

la luz de la luna

puro beso de madre le daba,

y el beso del padre

se lo puso mi boca en su cara.


Y le dije con voz de cariño

cuando vi clarear la mañana:

-¡Despierta, mi mozo,

que ya viene el alba

y hay que hacer una lumbre muy grande

y un almuerzo muy rico... ¡Levanta!


Tú te quedas luego

guardando las vacas,

y a la noche te vas y las dejas...

¡San Antonio bendito las guarda!...


Y a tu madre a la noche le dices

que vaya a mi casa,

porque ya eres grande

y te quiero aumentar la soldada...

6 comentarios:

  1. Rodeada de niños estoy yo desde ayer...Me encanto el video que me enviaste, ¿puedo tutearte?

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  2. Es que si no lo haces no vamos a "ningún sitio". Ya hablaremos más despacio de eso de los niños.
    Kss

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  3. Me has recordado mi niñez.gracias.

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  4. Querida amiga: He estado viendo tu página,me he emocionado al ver la poesía de Gabriel y Galán, la conocí con nueve años¡ayer¡,siempre me ha emocionado,es de lo más tierno, estaba en ingreso y recuerdo que me la copie de un libro de "las mil mejores poesías de la lengua castellana", yo no tenía entonces permiso para cogerlo,para mi estaba censurado por la edad...
    M.D.

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  5. Amiga mía: mis primeros recuerdos también están acunados po la voz de mi madre recitando estos versos de Gabriel y Galán (y otros poemas como el de "caminaba el Nazareno..." o "la muñeca que te gusta cuesta un duro asi que afuera...")
    Saludos

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  6. Es un lujazo tenerte por aquí, mil gracias. Yo recuerdo a Espronceda ( mi hija con 9 años está en este momento aprendiendo su "Con cien cañones por banda...) y al burrito Platero de J.R. Jiménez... ¡Qué recuerdos!

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