Gracias Carlos.
Un abrazo,
Montse
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Inertes, pero con tanta vida…
Deciden la entrada al hogar y sellan la salida...
Dueñas de polvorientos objetos guardados en cuartos olvidados, celosamente cerrados…
Ocultan cartas de amor en el viejo escritorio de la abuela, que solamente abriría la que colgaba de aquella cadena dorada, tan cerca de su corazón…
Celadoras fieles de secretos de juventud, llantos y risas, peleas y amoríos, escritos en un diario, compañero fiel de tantas vidas, incluida la mía…
Hipotética forma de sellar amor y amistad entregándole al otro las llaves del corazón…
Allá donde estén, incluso ahí colgadas, viejas, enmohecidas, oxidadas…
Inertes, pero con tanta vida…
Carlos, no hizo falta reescribir, el buscador de Windows la encontró ...
ResponderEliminarBesos
Me gusta ese simbolismo que narras entre las llaves y los secretos de juventud y las cartas de amor guardadas en el escritorio de la abuela.
ResponderEliminarEn mi caso, y cuando era pequeño, esas llaves tenian un especial encanto, y sobre todo en navidad: cerraban el armarito donde los mayores guardaban el "risol", la bebida para acompañar a los polvorones!!! Hummm, que ricos.
Un beso!
qué original , me has llevado hasta la casa del pueblo, y hasta las viejas llaves oxidadas por el tiempo colgando de "la coqueta" de la abuela, hasta las pequeñas llaves de mi diario de adolescente, donde ahí yo si escondía mis ansias de amor, mis desengaños , mis rebeldías...
ResponderEliminarqué bonita función la de ellas, guardan tu intimidad, tus secretos, tu sentir...tu amor.
quém bello!!
Cornelivs, Ronini, siempre han tenido para mí un significado especial, como tantos otros objetos insignificantes...
ResponderEliminarCuando la casa de mi abuela fue tirada para construir pisos ( no quiero ni acordarme) guardé las llaves que pude salvar y las tengo enmarcadas. pienso que con ellas algo quedó de aquel tiempo. Tengo muchos retazos de aquella casa escritos, pero es largo para un blog de este tipo...
Besos y gracias a los dos
sabes que las mías las tienes desde hace mucho, las de mi casa para cuando quieras entrar, las de mi corazón para abrir y cerrar cuando quieras, las de mi coche si hace falta llevarte a algún lado (aunque es pequeñito mi pequeña cucaracha), las de todos los sitios que me pertenezcan. Un besazo y un abracete!!
ResponderEliminarNo me gustan las llaves, aunque para ciertas cosas son necesarias...pero no me gusta encerrrar nada.
ResponderEliminarPasa cuando quieras siempre está abierto mi corazón.
Un beso Montse
MJ
Me has hecho retroceder en el tiempo haciéndome recor a las llaves que se usaban antes en las casas de los pueblos, eran así de grandes, me gusta mucho la imagen, y las palabras, muchas gracias por compartir este bello post.
ResponderEliminarUn beso y feliz comienzo de semana.
M Jose, gracias por ofrecerme tu corazón, directamente, sin pasar por llave alguna...
ResponderEliminarEstá más cerca el encuentro, quizás la proxima semana...
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María, de eso se trataba, recordar las llaves que todos hemos "vivido" alguna vez...
Besos a las dos
Miriam, contesté pero se ve que no lo hice bien, y no salió el comentario. Decía algo así como:
ResponderEliminarMi casa, coche y corazón ya los usaste alguna vez... sabes donde están esas llaves, y no es en el fondo del mar...
jeje
Besos
Gracias Montse por cargar de sensibilidad una simple imagen. A veces, comparando mis fotos con las de fotógrafos "de verdad", las encuentro algo frías, faltas de sentimiento. Quizá porque estoy aprendiendo y sólo me concentro en la parte técnica de la foto, pero una fotografía es más, debe poder conmover y provocar un sentimiento. Tú le has dado con tus palabras un valor especial a esta foto, y de ahora en adelante cada vez que la vea me acordaré de ellas.
ResponderEliminarBesos. ;-)
Gracias a tí por prestarmela, en cuanto la vi algo surgió, y ya ves...me pasa a menudo.
ResponderEliminarBesos+++