viernes, 12 de diciembre de 2008
Por un Penique
Recostada en la orilla, miraba la barca.
Con su vaivén se mecía, y sus pensamientos iban y venían al compás de las olas. Estaba hechizada por el agua y, veía y oía, pero sin fijarse en nada.
Tragaba lágrimas de silencio, de falta de esperanza…
Se sentía tan sola como aquella barca y, el mar era su inmenso y vacío mundo.
De repente alguien se acercó y, sin darle tiempo a reaccionar, un hombre, de suaves facciones y tierna sonrisa, mirándole a los ojos, le dijo:
- Un penique por tus pensamientos.
Ella decidió, aún a sabiendas de que aquel extraño podría tomarla por loca, abrirle su mente y responder; hacerle partícipe de sus pensamientos y, titubeando, dejó escapar un suspiro, antes de que las palabras fluyeran de sus labios:
-Yo soy esa barca- Dijo apuntando con el dedo…
-Y el mar que la rodea es mi mundo, inmenso y vacío- Concluyó haciendo un gesto con sus brazos abarcando todo lo que pudo.
El extraño la miró, volvió la vista a la barca, paseó sus ojos por la amplitud del mar y, tomándose un respiro antes de pronunciar palabra, dejó escapar, con una clara voz un trémulo:
-¡Soledad!, ¡Te duele tu soledad!
Y tras una nueva pausa continuó:
-Parece una solitaria barca por fuera, pero en su interior, alguien maneja el timón o el remo… y en el mar, tan vacío desde arriba, hay tanta vida, tantos seres que pueblan felices sus profundidades…
La soledad es relativa. Está en nuestra mente, hay que querer ver la compañía. Traspasar el muro que nos aísla, y salir al exterior.
Si la compañía no viene a mi encuentro, yo saldré a buscarla; si la vida no me sonríe, le sonreiré yo y, si la felicidad se esconde, jugaré a encontrarla…
Y diciendo esta última frase, introdujo su mano en el bolsillo, sacó una moneda, la depositó en la palma de la chica y dando media vuelta siguió su camino.
Cuando ella abrió su mano se encontró con un reluciente penique.
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Preciosa la fotografia Montse. Y en cuanto el relato, extraordinario. Me ha encantado, que cosa mas bonita. Me ha hecho reflexionar.
ResponderEliminarUn beso...!
coincido con tu filosofía si la compañía no viene yo saldré a buscarla... Saludos!
ResponderEliminarHola Montse.
ResponderEliminarLa soledad duele pero yo, hay muchos momentos en mi vida que la necesito.
Te seguiré leyendo. Me gusta tu manera de expresar sentimientos.
¡Qué deliciosa entrada Montse!. Qué delicadamente expresas una gran verdad: que muchas veces somos nosotros los culpables de nuestra soledad, de nuestra melancolía, o de nuestra amargura por no atrevernos o no saber buscar en ese mundo realmente lleno de oportunidades para compartir sentimientos, dudas y alegrías.
ResponderEliminarBellísimo cuento.
Besos. ;-)
Cornelivs,
ResponderEliminarla foto es de la Web, si tiene dueño que lo diga que la quito.
Y el relato... salió ante una foto de una barca.
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Moderato,
Está claro que hay que hacerlo. Te lo dice alguien que ha cambiado de sitio muchas veces en su vida.
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Besos y gracias
Rosa,
ResponderEliminarYo también la agradezco a veces.
Gracias por tu comentario.
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Carlos,
Lo que digo lo pienso de corazón, pero esto lo escribí antes de pasar por una experiencia como la que he tenido hoy.
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Gracias y besos a los 2
la que duele... es la soledad impuesta no la elegida voluntariamente....
ResponderEliminarmuy bonito...
La única soledad que creo impuesta y sin salida es la de la vejez.
ResponderEliminarEsa si que es dura...
Besos
".. y en el mar, tan vacío desde arriba, hay tanta vida, tantos seres que pueblan felices sus profundidades..."
ResponderEliminarNo hay algo tan bonito.. Precioso texto. Al alma...!
Podrías enviarme el pdf del correo que mencionas en tu comentario en el post de Gloria Fuertes...?
Mi dirección? carloslabsa@hotmail.com
Muchas gracias por ti aviso y poir todas tus otras palabras, alentadoras y sabias, siempre, en tantos otros post!
Un beso y un abrazo
Ya te lo mandé, Carlos.:)
ResponderEliminarMil Gracias por tu comentario.
Besos
Me gusta mucho cómo has escrito el texto y la imagen, una delicia este post.
ResponderEliminarExisten muchas clases de soledad, la compartida, o la que es deseada, pero también la soledad obligada.
Un beso y gracias por este post.
PD.- En cuando a tu comentario dejado en mi blog, te diré que casi coincidimos en las edades de nuestros hijos, la mía tiene 9 años, y fíjate ya lo que me empieza a preguntar ¿no es para asombrarse?
jeje, pero seguro que tu no tienes un@de 18 y otr@ de 14.
ResponderEliminary la pregunta... pues sí, un poco ligera para su edad, pero, todo cambia. Mañana me paso y te cuento otra. Hoy ya me acuesto.
Buenas noches María.
Sólo tengo una, la que te digo de 9 años, que es la que me hizo esa pregunta, y te lo comento aquí por el comentario que me has dicho de la tuya que actualmente tiene 10.
ResponderEliminarVeo que tienes muchos hijos, bufff tienes que tener mucho trabajo.
Me encantará que me cuentes más anécdotas, será un placer leerlo, muchísimas gracias y un beso enorme.
Pensé por un momento que ese hombre terminaría siendo el pobre Caronte, que relevado de tan injusto trabajo da la moneda, no la recibe (un óbolo de plata por cruzar la laguna Estigia al reino de Ares.)
ResponderEliminarUn saludo
María,
ResponderEliminarYa tienes otra anécdota en tu blog ;)
Un besote.
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Tony,
No sé si será influencia de pinturas o imágenes, pero yo me imagino a Caronte muy viejo y con lasrgas barbas... no da el perfil ;)
Un saludo.
preciosa fotografía, y un post que nos lleva a la reflexión, yo siempre digo, busca lo que quieras, que la vida te lo dará, aunque a veces cueste encontrar lo que uno quiere.
ResponderEliminarUn abrazo y un placer pasear por tus letras
Gracias Santiago,
ResponderEliminarLa foto no es mía, pero es preciosa, de vras, y las letras... ya sabes como es esto, simplemente surgen...
Un beso
"la soledad es realtiva" tocado y hundido. Bravo!!
ResponderEliminarUn lobo con un remo
Jajaja me has hecho reir, muchísimas gracias por la anécdota que compartes en mi blog, de todas formas, son unos cielos los niñ@s, lo dicen con tanta ingenuidad que te los comerías, no te imaginas los achuchones que la doy a la mía jajaja.
ResponderEliminarTe doy las gracias, te deseo una feliz tarde y te mando un besazo.
Lycans,
ResponderEliminarUff, desde que no juego a los barcos. ;)
Siempre es agradable que salgas de tu guarida...
Un beso
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María,
Con tres hijos, tengo a cientos, me has dado una idea para un post :)
Buen finde a ti también y besossss
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Una foto preciosa y un texto q no se queda por debajo, como siempre.
ResponderEliminarUn besazo!
Gracias Cristina.
ResponderEliminarYo ya te dejé mi huellita...
UN BESO
Montse, ella vio en su mano ese brillante pennique... tu relato no tiene precio, es todo un canto al optimismo desde las más sencillas cosas.
ResponderEliminarUn beso grande preciosa
También se puede estar todo el día rodeado de gente y estar muy solo.
ResponderEliminarMe gusta.
Magnífica foto e impresionante texto. Lleno de emotividad, de sensibilidad y de deseo de encuentro. Las relaciones humanas están abiertas a experiencias insospechadas, a sorpresas imprevisibles, al descubrimiento de lo que nos lleva a entender que la vida, pese a todo, sigue mereciendo la pena. Ese penique no lo olvidará jamás
ResponderEliminarOteaba,
ResponderEliminarlo pienso de corazón, la mayoría de las veces la soledad es sólo una impresión...
besos
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Valdepeñero,
Esa sí que es culpa de uno mismo...
Besos
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Fernando,
Pienso lo mismo,las relaciones humanas tienen tantos caminos como humanos y como ralciones se le abren ante los ojos.
Nunca se sabe ...
Un beso