La mañana prometía, no tendría tiempo ni para tomarme un café.
No os contaré la cantidad de cosas que tenía que hacer, aprovechando los intermedios entre una y otra para algunas tareas que se prestan a ser realizadas "por capítulos", como la comida..., pues os aburriría, y cada cual tiene su horario por lo que parece, tan ajustado como el mío.
Eran las 10 y cuarto más o menos, llevaba el tiempo justo para llegar a mi próximo destino, a las 11, y si paraba en casa "repostar", o sea, tomarme un cafe de 5 minutillos...
Mi camino pasa por el lugar que veis en la foto, tomada con el móvil, y bañada en color sepia después...
¿Quién podría resistirse?
Fui débil y, paré el coche, me senté en el murillo de separación de la carretera con la playa y me regalé 5 minutos de mirar al mar y escuchar el canto de sus olas, los que le robé al café, pero puedo aseguraros que MERECIÓ LA PENA.
Os la paso por si, aúnque comprendo que no es lo mismo, quereis regalaros al menos unos segundos...
Besos
No os contaré la cantidad de cosas que tenía que hacer, aprovechando los intermedios entre una y otra para algunas tareas que se prestan a ser realizadas "por capítulos", como la comida..., pues os aburriría, y cada cual tiene su horario por lo que parece, tan ajustado como el mío.
Eran las 10 y cuarto más o menos, llevaba el tiempo justo para llegar a mi próximo destino, a las 11, y si paraba en casa "repostar", o sea, tomarme un cafe de 5 minutillos...
Mi camino pasa por el lugar que veis en la foto, tomada con el móvil, y bañada en color sepia después...
¿Quién podría resistirse?
Fui débil y, paré el coche, me senté en el murillo de separación de la carretera con la playa y me regalé 5 minutos de mirar al mar y escuchar el canto de sus olas, los que le robé al café, pero puedo aseguraros que MERECIÓ LA PENA.
Os la paso por si, aúnque comprendo que no es lo mismo, quereis regalaros al menos unos segundos...
Besos
Que gusto, que paz, que sosiego...Precioso.
ResponderEliminarun beso!
Vamos, vamos, vamos... Con la de cosas que seguro que tenías que hacer y tú ahí, tranquila, viendo las olas... ¡Qué falta de responsabilidad! :-P :-D
ResponderEliminarSon esos momentos los que "ponen la guinda" a la vida. Creo que ya he escrito aquí en alguna otra ocasión que la felicidad se puede encontrar en esos pequeños detalles que muchas veces nos pasan desapercibidos: una flor mecidad por el viento, un cielo cuajado de nubes al atardecer..., o cinco minutos escuchando las olas.
Un beso. ;-)
no es lo mismo, pero es mucho, una maravilla que disfrutaste y compartes.
ResponderEliminarMontse, tómate esos 5 minutos más a menudo, son vida.
besos
Cornelius... PAZ
ResponderEliminarCarlos... UNA VERDADERA GUINDA EN LA TARTA DE LA RUTINA DIARIA
Ronini... tenemos que hacerlo TODOS más a menudo.
Besos a los tres
Oleeee!1 detallazo!1 muchas gracias.
ResponderEliminarun lobo en la orilla
lycans... en tu Madrid, yo hacía eso mismo en el Templo de Debod, pero entonces el tiempo no era tan excaso y me regalaba algunos minutos más
ResponderEliminarBesos
Gracias Montse...te lo agradezco de veras...El mar, la mar mi fiel amigo que me acompaña en la alegría y en la pena...Es mi primera visión cuando, por la mañana, abro la ventana; pero no oigo este arrullo- murmullo mientras escribo este comentario...Volveré más veces a este post para escucharlo.
ResponderEliminarG R A C I A S...tambien por tus palabras de ´´animo en mi blog
Besos preciosa
Me acabas de dar un soplo de agua fresco, me he sentido renovada, me encanta el mar y escuchar sus olas, siento necesidad imperiosa de visitarlo todos los años porque lo tengo lejos de mí.
ResponderEliminarUn placer este sonido.
Un beso muy grande.
Oteaba,¿En donde vives? Compartimos esa sensación de paz que da la inmensidad del mar...A mi también me da tantas energías positivas...
ResponderEliminarUn besote
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María, cuando yo vivía en Madrid, o Toledo, también lo añoraba y entonces, que no teníamos internet, coleccionaba fotos de las revistas de paisajes marinos, para poder disfrutarlo de alguna manera.
Te entiendo perfectamente.
Un beso salaillo, como el mar