Dos episodios diferentes en el transcurso del día de hoy, me llevan a reflexionar sobre un tema que realmente es preocupante.
Está relacionado con la atención y el cariño a los hijos.
Está relacionado con la atención y el cariño a los hijos.
El vendedor de "Actitudes"
Era día de mercado en el pueblo, y la mayor parte de los habitantes habían salido a olisquear entre los puestos ambulantes.
Una madre, con su hijo en brazos, se acercó a aquel puestecito en el que un anciano con gesto amable, ofrecía a sus visitantes frascos de colores muy llamativos.
Una madre, con su hijo en brazos, se acercó a aquel puestecito en el que un anciano con gesto amable, ofrecía a sus visitantes frascos de colores muy llamativos.
La mujer, cansada de caminar, puso al pequeño en el suelo para preguntarle al anciano por el contenido de los mismos, pero el niño empezó a llorar y a tirar de su falda y la mujer, ignorando su cansancio, volvió a tomarlo en brazos.
En aquel mismo instante otro niño se acercó al puesto mirando hacia uno y otro lado. No lloraba, pero mostraba miedo en su gesto.
El anciano, amablemente, le preguntó si se había perdido, a lo que el niño contestó que era costumbre que él anduviera solo por el mercado mientras su madre compraba por los puestos.
En ese momento la madre apareció y escuchó la respuesta a la pregunta de la primera mujer, que aún seguía cargando al niño.
- Vendo frasquitos de cariño, amor, protección. Decía el anciano, Son unas perlitas que tomadas a lo largo del día, nos darán la dosis justa de lo que contiene el frasco. Nunca se debe sobrepasar la dosis, pero tampoco es bueno disminuirla…
Tendió uno de los frascos a cada una.
- Usted señora, continuó el anciano, dirigiéndose a la madre con el niño en brazos, tomará tres de estas “Perlas de Cariño” y, en cada una pondrá el amor que su hijo necesite, pero no más de tres, pues una sobredosis podría perjudicar a su hijo.
-Y usted, dijo dirigiéndose a la madre que dejaba al niño solo en el gentío, tomará tres “Perlas de Protección” por día, y procure no disminuir la dosis porque su niño podría tener problemas.
Las dos mujeres se alejaron de allí pensando en que el anciano estaba algo loco, pero tomaron sus perlas, dosificadas, como él les recomendó, y aprendieron la dosis justa.
Hoy sus hijos son adultos felices y responsables.
En la naturaleza, los animales nacen genéticamente cargados de amor hacia sus crías, y no dudan en arriesgar sus vidas para salvar a sus hijos en caso de peligro. Pero el hombre es distinto, puede racionalizar ese sentimiento hacia dos extremos opuestos: la falta o el exceso de cariño.
Es tan difícil acertar con la justa medida…
Tan mala puede ser la falta como el exceso de protección a los hijos, confundiéndolo con el cariño, una actitud excesivamente proteccionista hacia ellos puede ser tan dañina, como una notoria carencia de signos de afecto.
Los hijos tienen que aprender a vivir, a ser independientes, a valerse por sí mismos y enfrentarse a sus propias experiencias, si queremos que alguna vez crezcan tanto física como mentalmente, en su camino a la edad adulta.
Y... me pregunto,
Pues sí, tienes toda la razón.
ResponderEliminarUna vez leí en un libro de psicología las consecuencias que puede tener sobreproteger y no proteger a los hijos, y ambos eran bastante malos. Lo dificil es conseguir la medida justa!!
Un besazo!
Todos los extremos son malos, y los hijos también son personas independientes, sólo hay que guiarlos hasta cierto punto, y luego dejarlos hacer. Aunque se dice rápido, ya sé que es difícil. Abrazos
ResponderEliminarHola Montse!
ResponderEliminarEsta entrada da para plantearse tantas cosas. A veces, pensando que hacemos lo correcto, equivocamos el camino; pero a veces, aún haciendo lo correcto, son nuestros hijos los que equivocan el camino. Hay que lograr ese difícil equilibrio que es no sujetarlos, pero tampoco librarlos por la vida; respetar y mantener un dialogo que los acerque a nosotros; un dialogo basado en la confianza. No sé, ya sabes.
Un beso grande, nos vemos a la vuelta.
Montse. Eres una persona que demuestras tu coherencia cada día. Por lo que haces muy bien traernos esa reflexión.
ResponderEliminarYo me he pasado de protectora. Es así. Y está mal. Pero prefiero que mi balanza se incline hacia ese lado que hacia la falta de dedicación. Y ¿en la justa medida? Si fuera tan fácil...
Un abrazo, amiga
Cristina,
ResponderEliminarTú aún estás en el otro bando, el de los hijos, yo te aconsejaría que cuando sientas que este equilibrio no existe, hables con tus padres, también nosotros necesitamos que se nos abran los ojos de vez en cuando, pues el amor que sentimos por vosotros puede cegarnos.
Besos
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Ligia,
Muy difícil, amiga...
Y sin manual, ni perlitas de colores.
Besos
Vivian,
ResponderEliminarTú has dicho la palabra mágica, a falta de perlitas con que dosificar las actitudes, tendremos que confiar en el diálogo para buscar ese equilibrio.
Buen viaje,
besos
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Celia,
Yo creo que me inclino también por el exceso de protección, pero episodios de la vida, como los que me motivaron a escribir esta entrada, me abren los ojos cada día e intento dosificar mis niveles .
Pero es muy difícil, porque como dije antes, el amor que sentimos por los hijos, nos ciega.
Besos
Son reflexiones maravillosas, que invitan a que nos invites. Eres alguien importante en nuestra vida virtual y necesitamos de tus palabras, tus anécdotas cotidianas que tanto bien nos hacen.
ResponderEliminarUn beso y un fuerte abrazo,
Te preguntas ¿quién eres tú?: una madre que comprueba la necesidad de cariño que tienen los hijos, de protección y de libertad al tiempo. Y que nos ayuda a reflexionar sobre la apasionante y difícil tarea de educar.
ResponderEliminarMe pregunto,¿si la madre tiene varios hijos, habrá un frasquito que permita discernir la dosis adecuada para cada uno?. Hoy estoy loca para combinar que llegue lo antes posible, pero con alguien en casa, los apuntos y libros del 5º, Fran, es un chico muy bueno que tiene déficit de atención, pero a sus 20 años se niega a admitir que necesite ayuda. Afortunadamante tiene una gran capacidad, está haciendo 2º de ingeniería industrial en ICAI y las notas de sus exámenes nunca son intermedias, o son de sobresaliente si consigue centrarse ese día o rondan el 2. Está también matriculado en Físicas, que dice que es lo que le gusta, y ha aprobado algunas asignaturas con 10. Hace un gran esfuerzo y es precisamente su angustia por conectar lo que hace que se le olvide a veces lo más importante. Ayer por la noche cuando me llamó y me dijo que se le había olvidado el maletín con todos los libros y apuntes no pude menos de recriminarle, pero ¿cuál sería la actitud?, ¿tendría que haberle dicho: no pasa nada Fran, eso le puede suceder a cualquiera?, creo que no es cierto, eso no le pasa a casi nadie y la autoestima tiene que ser realista. Me da pena porque aunque no tenga mayor importancia es una nueva frustración para incluir en su catálogo y las personas con déficit de atención tienen una baja resistencia a la frustración y tendencia a la baja autoestima por ese motivo. Yo le entiendo mejor que Luis, que tiene el mismo problema, y sus hermanos le ayudan bastante, pero me da mucha pena...
Un beso
María Jesús
Marga,
ResponderEliminarGracias a miles, me haces sentirme "importante", jaja
Besos
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M. Jesús
Creo que en este caso, y con tu experiencia y preparación, nadie mejor que tú para dosificar las perlitas de colores, que, efectivamente estoy segura tendrán dosis distintas dependiendo de cada hijo.
Tú lo tienes complicado, puesto que el desconectar de las necesidades de uno, y conectar con las del otro es dificilísimo, y errores son humanos.
Te doy mi enhorabuena de nuevo por tus hijos, pero más aún por tu papel de supermamá
Un besote
Creo que aciertas en describir al 90% de los padres actuales. O dejadez, niños que se crían delante de la televisión porque sus padres (ojo, los quieren) están demasiado ocupados, consumidos por sus respectivas empresas, o padres helicópteros, todo el día encima de sus hijos. Este último caso es muy curioso y pienso que viene del hecho de que los padres esperan demasiado para tener a “su” hijo, y pretenden que sea perfecto en todo.
ResponderEliminarY es una buena reflexión, ya lo creo.
ResponderEliminarPero...¡es tan dificil dar con la justa medida...!
Un abrazo.
Estoy de acuerdo Montse. El exceso en todo puede ser perjudicial, y bien dosificado, ser lo mejor.
ResponderEliminarA veces es dificil ajustar esa medida ¿verdad? o nos pasamos o no llegamos...
Un beso fuerte!!!
UFff tengo dos hijos y todo esto es muy complicado. Es dificil encontrar tiempo cuando trabajan los dos....
ResponderEliminarPero la "tele" es mala educadora.
Un abrazo
Pues creo que en eso andamos todos los padres y haces bien en escribir esta reflexión. Nunca sabremos donde esta el termino medio para no ser ni lo uno ni lo otro. Lo que si es cierto es que hay que dejarlos que vivan sus propias experiencias a ciertas edades...
ResponderEliminarCreo que sobre algo de esto tú y yo hemos mantenido una conversación, espero no estar recordando mal...
Un abrazo amiga mía
mj
Como ya habeis dicho, lo difícil es lograr ese equilibrio. La educación de los hijos es muy, pero que muy difícil.
ResponderEliminarA veces, en la educación demis hijos, creo que me paso bastante, y otras veces no llego... con el consiguiente dolor de corazón.
Un abrazo.
Eligelavida,
ResponderEliminaro pecamos por esceso, o por defecto, pero el punto exacto es tan difícil...
Que al menos esto nos sirva para reflexionar.
Besos
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Cornelivs,
En eso estamos de acuerdo, si al menos encontraramos las perlitas de colores dosificadas...
Besos
Alma,
ResponderEliminarTony,
estamos de acuerdo, es difícil, pero tenemos que intentar hacernos con el punto exacto, por su bien.
besos a los dos
M.J.
ResponderEliminarEfectivamente tú y yo hemos tratado el tema bajo el simbolo "piso sí, piso no".
Buena memoria...
jaja
Pero no deja de ser un labernito muy dificil de resolver para los padres conscientes.
Un besazo amiga
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Rosa,
Lo bueno es ser consciente de ese "no llegar" o de ese "pasarse".
Así se puedo enmendar.
Besos
yo creo que lo principal que necesita un niño siempre es sentirse querido por sus padres...el proteccionismo no es verdadero cariño......y hay que demostrale el cariño día a día y enseñarles a besar a abrazar a querer para que cuando sean adultos sean capaces ellos de abrazar de besar y de querer....esto tambien se aprende......
ResponderEliminarAngie
Los extremos son malos, amiga mía. La virtud está en el medio. Ése es el punto de equilibrio. Estuve de vacaciones, niña, pero ya volví. Se acabó lo bueno. Espero que estés muy bien y que todo te vaya genial. Un besazo y cuídate.
ResponderEliminarAngie,
ResponderEliminarpero sin olvidar la disciplina ni las regañinas que de vez en cuando también hay que usar como armas de aprendizaje.
Un besazo
Capitan,
ResponderEliminarMe alegro de que tu ausencia fuera por tan buen motivo.
Un besote y bienvenido a casa :)
Ayudan a pensar tu reflexciones!!!
ResponderEliminarun abrazo amiga
Ufffff....es tan dificil saber la medida justa, o te pasas o no llegas, en ambos casos, el resultado puede ser fatal. Aunque pienso que a veces el exceso es peor, se convierten en verdaderos tiranos...besotes.
ResponderEliminarQuién eres tú? Tú eres mi amiga, y estas pildoritas que nos animas a tomar quizás sean justo lo que necesitamos, eso sí, en su justa medida.
ResponderEliminarEs precioso como lo has contado!!
Un beso.
Goyo,
ResponderEliminarDe eso se trataba, jeje
Un saludo
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Carla,
Para mí , y basandome en las experiencias que me indujeron a escribir sobre esto, "tanto monta, monta tanto".
Un beso
Lys,
ResponderEliminarGracias por lo de "amiga", llegó muy dentro, y lo otro, son como ya dije antes, reflexiones "en voz alta"
Un besote
Los animales también son capaces de reprender y castigar a sus cachorros, cuando estos realizan actos que puedan perjudicar la seguridad de él y de su comunidad.
ResponderEliminarAhora el hombre( en el término que incluye a la mujer) mantiene en tal estado de lenidad salvaje a sus hijos, que se dan multitud de casos, en los que los hijos golpean y castiagna sus padres con violencia...no exite premio y castigo adecuados a los hijos...un abrazo y enhorabuena por tu blog....azpeitia
Y lo que me pregunto yo es si esos padres que sobreprotegen o desatienden a sus hijos son verdaderamente conscientes de lo que están haciendo y cómo lo están haciendo.
ResponderEliminarMe parece que se nos presupone educadores de nuestros hijos pero más de uno necesitaría haber sido educado para ser padre.
Es cierto amigo Azpeitia, a veces los animales actúan más civilizadamente que las personas, lo que debería avergonzarnos a todos.Pero nuestro comportamiento es tan imprevisible...
ResponderEliminarGracias por tus palabras.
Un abrazo
Ese es el dilema, JuanRa, no existen muchos viejecitos sonrientes que vendan perlita dosificadas...
ResponderEliminarUn saludo
Bueno, cielo, cuando la mente entra en juego, suele entorpecer los llamados del alma, los instintos... muchas veces el sentido común y las tendencias naturales...
ResponderEliminarDejemos al corazón tomar algunas decisiones...
Un beso, linda
Natacha.
mi querida Montsita, bien sabrás que es mucho más fácil "educar" sin regañinas ni discusiones.........forma parte del amor.....los niños en el fondo necesitan reglas y referentes con las que crecer para no estar perdidos....
ResponderEliminarangie
Quizás una de las tareas más dificiles en la educación, sea proveerlo de todas las alas disponibles para que puedan alzar el vuelo por si sólos. Y no me refiero solamente a los estudios, sino tambien a una ética...una escala de valores básicos, unas normas de urbanidad, etc...no todo está en los libros.
ResponderEliminarUn beso grande preciosa:)
Preciosa fábula.
ResponderEliminarNatacha,
ResponderEliminarMás que al corazón al sentido común como tú bien dices...
Un besazo
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Angie,
Hay veces que los razonamientos quedan en el aire, y una ragañina a tiempo puede evitar un error futuro.
Al menos yo así lo pienso
Besosss
Tengo un hombro dislocaoooooooooo
Oteaba,
ResponderEliminarCuanta razón llevas, hablas como un libro abierto.
Bessos a t´çi también amiga,
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Rosa,
Me alegro de que te guste
Besoss
Es una pena que los niños no vengan con instrucciones como los electrodomésticos. Siempre te equivocas, aunque seguiré intentando hacerlo lo mejor posible.
ResponderEliminarUn abrazo,
¿Y quién encuentra el equilibrio de las cosas, a veces? ¿donde puede estar el mal o el bien de lo que hacemos si cuando lo hacemos es siempre con amor? cuando protegemos a nuestros hijos, lo hacemos pensando en que será el bien para ellos ofreciéndoles todo nuestro amor. Montse, es tan fácil saber lo que debemos o no debemos hacer, pero en la práctica, es la universidad de la vida la que nos va enseñando en la educación de nuestros hijos, y en todo lo demás.
ResponderEliminarMuy buen post, Montse, un besazo.
Es difícil, tremendamente difícil saber dónde está el límite del cariño y donde empieza el malcrío de los peques. Es algo de lo que nunca estaremos seguros en ese afán de colmarlos de amor y atenciones. Y todo se complica aún más porque cada uno es distinto, y cambian, y tú maduras y aprendes..., para cometer nuevos errores, ¡pero que apasionante aventura!.
ResponderEliminarAl final nuestra esperanza es que ese amor germine en ellos al margen de nuestros fallos.
Besos. ;-)
Bear,
ResponderEliminarjaja, eso ya lo hemos hablado antes ... Sería perfecto!, Pero aún no llegó el caso.
Besos
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María,
Pienso como tú, a base de experiencias, de aciertos y equivocacioens, nos vamos marcando las pautas a seguir, y poco a poco aprendemos ( no sin esfuerzo) a ser padres.
Besos
Carlos,
ResponderEliminarEs más o menos lo que le dije a María, yo creo que lo que más nos enseña es el acertar o equivocarse, las satisfaciones que sentimos cuando sentimos que hicimos lo correcto, y la congoja que nos entra cuando erramos claramente.
Y totalmente de acuerdo, es super difícil, cuando todo se hace por amor.
Besos