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sábado, 29 de marzo de 2008

El confesionario

Confesión



- Buenos días padre, me acuso de haber pecado.



- ¿Qué clase de pecados, hija mía?



-
De omisión padre, de omisión.



Me acuso de:

No haber ayudado cuando debí ayudar,

Ni escuchado cuando tenía que escuchar,

Ni sonreído al que debería haber sonreído,

Ni tendido mi mano cuando me la pidieron,

Ni abrazado cuando debí abrazar,

Ni besado cuando me pidieron un beso…



Y también me acuso padre, por el inmenso dolor que me causa el que:




No me ayudaran cuando pedí ayuda,

Ni me escucharan cuando debí ser oída,

Ni me sonrieran cuando quería una sonrisa,

Y no me tendieran la mano cuando la necesité,

Ni me abrazaran cuando yo lloraba,

Ni me dieran ese beso …




Porque… eso también es pecado, ¿No, padre?



- No hija mía, eso no es pecado, eso se llama “SENSIBILIDAD”.

Anda, reza un Padre Nuestro y … ¡no sientas más!



4 comentarios:

  1. ¡Cuantos pecadillos de esos cometemos todos¡ con lo facil que seria no cometerlos, la mayoria de las veces.Aqui me tienes Montsita, si me necesitas.....silva, que yo hare lo mismo.Besos

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  2. Fifty, fifty, dar y recibir en su justo equilibrio...
    Besos

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  3. No crees que si das recibes?por lo menos a mi en general me pasa,(exepto raras exepciones), como dice mi padre hay que sembrar para recoger, besos.

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  4. Totalmente de acuerdo con tu padre. El refranero es sabio.
    Un beso para ti y otro para él.

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